Ya les
indiqué, tiempo ha, que si no observan nuevas entradas es que estoy
“embarcado”. Acabo de regresar de La
Palma , y valga la presente de salutación hasta que las
neuronas vuelvan a coger el ritmo. Que será mañana, porque venía escuchando la
radio y hay entretenimiento.
La constancia
del periplo se refleja en estas dos fotografías. La primera, el lugar de la
estancia: Casa Callejones, en Mazo, donde el silencio era “escandalosamente”
notorio y significativo. La inserto, verán que también fue el Hyundai conmigo
(si mi mujer se entera), por si Hermas Concepción Méndez me lee (háganle llegar
el ruego), alcaldesa que fue de esta hermosa villa palmera. En la segunda, uno
de los tantos balcones de la Avenida Marítima en Santa Cruz. Esta vez estaba
el mar algo mejor; en la anterior me “enchumbó” todo.
Cuando le
eche una visual con detenimiento a las fotografías, lo mismo le doy un cambio a
la columna de la izquierda. Deja ver. Hasta mañana.
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