viernes, 25 de junio de 2010

Puerto de la Cruz


El pasado martes acudí al Instituto de Estudios Hispánicos (Puerto de la Cruz), lugar donde se impartía una conferencia (Germán F. Rodríguez Cabrera) que versaba sobre la Hacienda de La Gorvorana. Y como uno conoce algo de esa finca en la que vivió al menos dos décadas, allí me senté, con Jorge Acevedo, y escuché atentamente cuanto en la sala se manifestó. La asistencia de Jorge (y su hermano Pedro) se debe a que en la casa grande de La Gorvorana fuimos  muchos los que nacimos y residimos una parte importante de nuestra existencia. Pero esa es otra historia.
Como estaba en el Puerto, alguien me comentó si tenía algo en contra de Jaime Coello. Había leído, obviamente, la entrada en este blog correspondiente al pasado domingo (Apuntes breves). Y como ayer le eché una visual al manifiesto de esa nueva formación política, he vuelto a releer mi comentario y no encuentro en línea alguna motivo para que nadie, absolutamente nadie, y mucho menos Jaime –al que conozco de las fotos e informaciones de sus andanzas públicas–, pueda sentirse ofendido. Porque el colmo sería que uno no pudiese echar mano del artículo 20 de la Constitución y opinar de aquello que crea conveniente. ¡Ah!, como aludí a Félix y Paulino, me dijeron: “hay más”. Se estarían refiriendo, me imagino, a Paco Carballo. Y digo yo que cuantos más sean los que hayan fracasado con estos ‘inventos’, más razón me dan.
Tengo la ligera corazonada y me ronda un runruneo (esto es una aliteración) de que algún miembro del partido socialista portuense quiere también jugar su carta en esta aventura. Repito, es una mera impresión. Pero en el PSOE suelen ocurrir cosas raras. Y ahora que Zapatero está en horas bajas, parece que la piña demandada por Felipe no surte efecto aún. Ahí tienen a Gutiérrez. Se abstiene por coherencia. No, lo coherente es dejar el escaño. Porque mientras no cambie el sistema electoral, hay lo que hay. Las explicaciones para justificar el seguir cobrando el sueldo, a mí no me convencen. Y que yo sepa, no pertenezco a disciplina partidaria alguna. En fin, jaulas de grillos.
Hago el inciso pertinente para venirme un momento a mi pueblo. En el que dirigentes del PP se fueron de excursión por Realejo Bajo, se sacaron unas fotos y lanzaron a los medios de comunicación unos listados de obras que dejaron contentos a todos los habitantes de esta zona tan denostada, como nos señala en sus escritos Esteban Domínguez. Y uno le preguntaría a Sebastián, Manolo y Adolfo si a ellos les gustaría que estando gobernando en Los Realejos, la oposición les hiciera lo mismo. Porque esta inversión no vendrá directamente de la nefasta Consejería de Turismo para que la Asociación de Vecinos proceda a la contratación de las obras, marginando –o puenteando– al ayuntamiento. Claro, lo malo es que el PSOE ya lo ha hecho en anteriores ocasiones (por ejemplo, en Las Aguas, San Juan de la Rambla). La palma, no obstante, se la lleva CC, que aprovecha hasta las fiestas de los viejos. Con o sin el auxilio de Pepe Benavente. Cuando este no puede ir, no falta quien dé el ‘cante’. Y el querer apuntarse tantos no parece la mejor y más consecuente postura. Solo faltó que viniese también Cristina Tavío, la del “yo creo que”. ¿No la escuchaste en 59 segundos?
Insisto, recalco, repito. Nace la alternativa al binomio CC-PSOE en Puerto de la Cruz. ¿Qué pensará el PP mientras tanto? Estoy confundido: ¿cree de verdad esta gente que de la noche a la mañana, así como quien no quiere la cosa, van a sacar un número de concejales tal que el resto de partidos acudirán raudos y veloces a tocar en su puerta para ofrecerles, incondicionalmente, sus servicios?
A quien me comentó si tenía algo en contra de Jaime Coello, el consejo de que me siga leyendo. Y que, si a bien lo tiene, recomiende este blog a su círculo de amistades. Por mi parte, la promesa de intentar seguir mejorando para alcanzar ese difícil escalón que en cierta ocasión me descubrió Manolo Plasencia (q.e.p.d.) cuando me dijo muy seriamente: “muchacho, hoy no te entendí nada”. Colaboraba uno en aquel entonces en determinada prensa escrita de esta provincia occidental. De ahí al Premio Planeta, un paso.
Hasta mañana.

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