martes, 8 de junio de 2010

Subvenciones


El Boletín Oficial del Estado (número 120, de 17 de mayo de 2010) ha publicado una Resolución del Ministerio de Trabajo e Inmigración, de 3 de mayo de 2010, por la que se convoca para el ejercicio 2010 la concesión de subvenciones a las organizaciones sindicales en proporción a su representatividad por la realización de actividades de carácter sindical. Podemos leer en la misma que el objeto es aprobar la convocatoria correspondiente al año 2010, para la concesión de subvenciones a las organizaciones sindicales en proporción a su representatividad, por la realización de actividades de carácter sindical. Y que la finalidad de estas subvenciones es fomentar, mediante la financiación, la realización de cualquier tipo de actividad sindical dirigida a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales de los trabajadores. Añade, asimismo, que la cuantía total máxima de las subvenciones convocadas por esta resolución con cargo al crédito presupuestario indicado será de 15.798.500,00 euros. Una nimiedad, tal y como expresan esos dígitos.
Eso, peccata minuta. Uno entendía que cualquier organización deberá sostenerse con fondos propios, a saber cuotas de sus afiliados, por ejemplo. Pero no, hay que inyectarles directamente en vena. Como a los partidos políticos. Y en esas actividades sindicales entra el que ANPE lleve a Madrid este pasado fin de semana a 350 delegados para celebrar su sexto congreso estatal. Amén de los invitados, que los hubo. Y bien. Con todos los gastos pagados, por supuesto. El paripé de rigor: concentración ante el Ministerio de Economía y Hacienda. Con la boca chiquita, porque con la otra y amplia sonrisa pongo la mano para recibir el montante para gastos de funcionamiento.
El gobierno alemán (no sé si la medida le dirá algo a Rajoy, Cospedal y Soria) reducirá en 10.000 el número de funcionarios y bajará el sueldo al resto. Si yo fuera Cándido Méndez, que no lo soy, ya me estaría afeitando. Pero como España es diferente, aquí presumimos por llevarle la contraria a Europa y hacemos lo que nos salga del forro (por eso no soy Cándido, siempre he sido más ‘cabeza cuadrada’). Y Merkel que se ande con cuidadito, porque le mandamos a un tal Arenas (que para eso fue Ministro de Trabajo) para que le explique, con su gracejo andaluz, el cómo se vive del cuento.
El que somos diferentes lo podemos comprobar en estas declaraciones de José Manuel Bermúdez, vicepresidente del Cabildo tinerfeño y hombre que no le ha dado un palo al agua en su vida (ni en bajada): “En un futuro no sé si mi partido seguirá contando conmigo para que continúe en mis cargos actuales o para que vaya a otro sitio”. ¿Tú te das cuenta? En primer lugar, ‘mis cargos actuales’, pues la polivalencia es lo que se estila. Y si mi partido cree que aquí no valgo, ya tendrá otro entretenimiento. Pero de volver a casa, nada de nada. Yo nací político y a ello me dedico en cuerpo y alma. Como se nace sindicalista. O como se nace presidente (o presidenta) de cualquier institución para siempre jamás. Y si no cumplimos los requisitos tenemos dos opciones: los obviamos o los cambiamos.
Saben ustedes, amables lectores, que un servidor ya está jubilado. Cumplía los requisitos que la legislación estipulaba y se mandó a mudar. Otros se largaron sin cumplir nada. Porque en la época dorada cualquier excusa fue válida. Fomentada, incluso, por los propios sindicatos porque, como me dijo cierta vez una liberada sindical (de los que pasan por los centros docentes a colgar un papel en el tablón de anuncios), “Madrid paga”. De aquellos lodos estamos ahora embarrados hasta las narices. Pero los bien situados quieren seguir manteniendo prerrogativas, privilegios. En la política, en el mundo sindical, en las empresas tapadera y en la madre del cordero. Y a los borregos nos siguen llamando para que nos sumemos a movilizaciones. Ellos saldrán delante en la pancarta, en la foto. A ellos no les descontarán un euro, porque ese es su cometido. Mientras, le hacen el juego a quienes van a ganar las próximas elecciones. Por inercia, que no por méritos. Los ‘piel de cordero’ sostienen un discurso tan izquierdoso que si Marx levantara la cabeza… Jamás en la historia le han puesto tan a huevo a unos políticos mediocres lo que se menta como ‘los resortes del poder’ ¿Así se las ponían a Felipe II? Y los sindicatos, amarrados al pesebre de las subvenciones, felices, contentos y de vacaciones en la capital, porque lo mismo les da Juana que la hermana. Feliz día.

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