lunes, 14 de junio de 2010

Titulares


Está meridianamente claro que Jerónimo Saavedra sigue siendo un claro referente en el acontecer político de estas ínsulas. Hace ya unos meses comenté algo de su amago de propuesta para reformar la ley electoral y que pudieran formar parte del equipo de gobierno personas que no hubiesen concurrido en una lista (en la plancha, como solemos mentar). Estuvo, asimismo, en boca, y pluma, de periodistas, su disparidad de criterios con el entonces secretario general de los socialistas canarios. Aquel personaje, culto y preparado, pero poco inteligente (óptica política, of course), que, tras un exitoso resultado electoral, la echó a perder con sus modos poco diplomáticos, para luego volver a arrancar la caña. Y por ahí van los tiros en mi reflexión de hoy lunes.
Uno puede entender que los medios de comunicación, fundamentalmente impresos, busquen titulares atractivos, capaces de enganchar al lector para que no se quede ahí y continúe en las líneas, de menor cuerpo, que se hallan debajo. Porque a todos nos ha pasado. No me lo niegues, porque tú no eres diferente. Le echamos una rápida visual a los titulares y, normalmente, salvo las excepciones de rigor, nos dirigimos a la sección más interesante: deportes, sucesos, contactos… Pero algunos se pasan un par de pueblos. Un ejemplo muy significativo lo encontramos en una intervención radiofónica de Saavedra en la que, simplemente, respondiendo a una pregunta decía que el talante del actual secretario general del PSOE canario, José Miguel Pérez, es diferente del que tenía Juan Fernando. Y esta obviedad –que no requiere espejuelos, como decía mi abuela– conduce a cierto plumilla a escribir: ‘Saavedra arremete contra López Aguilar’. ¿A la trompada limpia?, pregunto yo. Chacho, ni tanto ni tan poco.
No podemos negar, ya lo menté al principio, que Jerónimo sigue con la cabeza bien amueblada. Y cuando dispara –dialécticamente–, ni siquiera sus propios compañeros de militancia captan las ‘directas y a la línea de flotación’. Manifestó que él haría todo lo posible para tender lazos –o algo así– que condujeran a la ruptura del actual pacto CC-PP. Ello no significa, al menos yo así lo entiendo, que estuviese proponiendo ‘echarse en los brazos’ de uno de los escindidos para entrar a formar parte del gobierno. A estas alturas de la película no parece que sea lo procedente. Pero que PP y CC acaben a la greña (algo más de lo que ya están, pero que la agarradera es mucha agarradera), no es mala estrategia política. Rápidamente saltó Spínola para señalar que seguirían en la oposición hasta 2011. Cállate, hombre, que estás más guapo. Nadie te ha dicho que no sea así, pero das a entender que con el mullido sillón del Parlamento y un par de preguntas de vez en cuando, misión cumplida. Pues no.
Las militancias de ahora no deben ser como las de antes. Un servidor no estuvo de acuerdo en varios aspectos y arrancó la caña en 1987. Y aquí estoy escribiendo boberías. Pero con ellas no comprometo a nadie, me comprometo yo. Solito como la una. Y me perjudica porque mi ayuntamiento no quiere darme un euro para publicar libros. Ahí tenemos a Corrales en la capital tinerfeña que es otro que salta a destiempo que es un disgusto. Le pregunta a Tavío (Cristina) que si Soriano está en lo cierto cuando critica a su propio partido. Ten cuidado porque te puede contestar que a ti qué coño te importa o que te mires en el espejo del PSOE. Arregla tu gallinero para que los resultados en las próximas municipales sean más dignos que los obtenidos hasta la actualidad y de paso ayudan a mejorar los del Cabildo y Parlamento. Vaya mediocridad hay suelta por esos mundos de dios (lo siento, pero voy otra vez de minúsculo).
La última. Alegó Jerónimo que si el PP llevara de candidato a Gallardón, arrasaría. Otra cuñita para que Rajoy, Aguirre, Camps y resto de la tropa popular se pongan nerviosos. Porque Mariano, independientemente de que las encuestas favorezcan a su partido, no levanta cabeza en su liderazgo. Es un problema de estructura. Hay gente que no da más de sí, da más de no. Y Rajoy es uno de ellos, pero Alberto no. Y Esperanza no lo puede ver ni en pinta. Y Francisco amenaza con levantarse en Valencia… ¡Qué listo eres, Jerónimo! Lo triste es que la grey política, con carácter casi general, es mediocre, vulgar y anodina en grado superlativo. La ley electoral de Canarias pone el resto.
Otro día, si se tercia, escribiremos –hablaremos– de la culta y ‘operística’ Pepa, la de Las Canteras. Hoy me quedo con Lolita Pluma, sus gatos y Santa Catalina. Hasta dentro de un rato.

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