Escribimos ya algo de la deriva –a mi modo de entender, bastante peligrosa– de CC en Los Realejos. Puede que alguna encuesta casera los haya ubicado en mala posición en esa inminente carrera del 2011 y crean que los panfletos pueden ser una buena solución para corregir el entuerto. Allá cada cual. Yo entiendo que esos tiempos ya pasaron, pero que cada uno haga lo que mejor estime conveniente y oportuno. Se pregunta CC: ¿Por qué el PP y el PSOE ponen escusas tontas para no apoyar el proyecto de la Cruz Santa? Pues lo han explicado por activa y por pasiva. Que yo me lo crea o no es asunto personal. Y cuando vayamos a depositar el voto actuaremos en consecuencia. Pero este ciudadano realejero les pregunta ingenuamente: ¿quisieron poner ‘escusa’ (de escusar) o ‘excusa’ (de excusar)? Porque leyendo la frase unas dieciocho mil veces, me decanto por ‘disculpas’, ‘motivos’, ‘pretextos’, ‘descargos’, ‘justificaciones’. ¡Ah, no!, si quieren enterarse del significado del otro vocablo, el que ustedes pusieron en letras grandes, vayan al diccionario, como hice yo. Y si no, guarden sumo cuidado cuando ensucien el pueblo. Porque el 90% de los destinatarios puede que coja el papelito y lo utilice para limpiarse… cualquier cosa con mugre, pero el 10% restante, me incluyo, lo lee. Y puede que, incluso, sepa interpretarlo. Vaya manía con los políticos. Ni siquiera son capaces de concedernos el beneficio de la duda y pensar que, al menos, podemos ser tan tontos e ignorantes como ellos.

Me voy unos días apenas al lugar de la foto que inserto en la parte superior de esta entrada. Me perderé por terrenos baldíos y solo me alimentaré con queso de cabra. Todo ello motivado porque aquí en este norte tinerfeño la panza de burro me trae a mal vivir. Intentaré hallar una playa, urbana a ser posible, en la que poder relajarme. No pienso tocar el ordenador y abandonaré este blog. Eso sí, llenaré la tarjeta de nuevas instantáneas gráficas para renovar la columna de la izquierda al regreso. No me remitan sino los ‘emilios’ que crean de interés, porque tengo la bandeja de entrada medio llena y se me puede rebosar. Prometo, no obstante, volver con renovados bríos al cotidiano quehacer. Espero que Pepillo y Juanillo me lo sepan disculpar. Hasta luego.
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