Una romería es un viaje o peregrinación, especialmente la que se hace por devoción a un santuario. Manifestado lo cual, ignoro la causa que impulsa a Paulino para estar como caja del turrón. No creo que sea el misticismo lo que le conduce a iterar comportamientos romeros. Que, inevitablemente, causan sana envidia en sus socios de gobierno y José Manuel también se suma a la estulticia, pero en plan ganador –incluso alega que camina más–, por lo que ordena a Rita que se enfunde el traje de campesina conejera. En suma, todos para Mancha Blanca. Ni dolores ni artritis en las ofrendas. Generosas, espléndidas, abundantes… Mira, mira, la mía es más grande (la cesta). Con productos típicos de una gran superficie.
Época de grave crisis. Lo dicen ellos, no yo. Avión o helicóptero. Secretarias, jefes de gabinete de no sé qué, reportero gráfico, cámara, entrevistador, el que lleva la maleta, el que carga la mochila. Bajamos y coche oficial, conductor, guardaespaldas, motoristas, policías, un local para vestirse de mago…

El pertinente inciso es para preguntar a los periodistas que tuvieron el honor de entrevistar a Rita Martín en el programa ‘59 segundos’ si sacaron algo en claro de sus intervenciones. Porque mis escasas entendederas estimaron que ninguna de las respuestas guardaba relación con lo que se le demandaba. Eso, pregunte usted lo que quiera que yo le responderé lo que me dé la gana. Lo único que dejó bien claro es que había trabajado mucho años en ese mundo del turismo, algo de lo que no pueden presumir el propio Paulino o Milagros en los suyos respectivos. Y en base a este último planteamiento propuso el nombramiento cuestionado por todos los profesionales del sector. Pero ese tema ya está cerrado.
Observarás que la fotografía que ilustra este comentario de hoy (Romería de Mancha Blanca del 2009, estaba yo allí presente) es fiel reflejo del cachondeo en que hemos convertido estas fiestas. Que también tuvo su reflejo hace unos días en San José de la Rambla, donde el propio alcalde, al tiempo de lucir una singular ‘pipa’ (acepción coloquial: barriga abultada), se colocó unas hermosas gafas de sol (estilo de las que han usado siempre los magos para sulfatar) y se permitió que cada cual se enfundara las prendas de la vestimenta típica que estimara oportuno y donde creyera conveniente. En unas imágenes contemplé a una maga con un simple corpiño (imagínate lo que iba enseñando la moza, bien oronda, por cierto), amén de pantalones vaqueros, sombreros de paja en trajes de La Orotava, hombres con prendas femeninas y viceversa. En fin.
Pero Paulino, hay que reconocerlo, va flamante. Y como Los Dolores se ha convertido en un auténtico desmadre, del que los propios conejeros están avergonzados, en vez de tanto lucimiento, sería cuestión de que se pusiera orden y concierto. Si te quieres vestir de mago, hazlo, pero no te disfraces. Y si no, haz como yo, ve con bermudas, camiseta y cholas, pero mantente al margen, en la orilla y chilla para que te tiren una papa o un huevo.
¡Ah!, leo que “Rivero defiende que en su mandato se ha dado un salto…”. ¿Uno, Paulino? Si estás brincando todos los días.
Mañana, si a bien lo tienes, puedes leer un anticipo del “Potajito de cuentos” que presentamos en La Perdoma.
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