miércoles, 3 de noviembre de 2010

Exámenes (y 13)

Supresión de los exámenes
Las reivindicaciones del Magisterio para que se reformaran, o se suprimieran, las Juntas locales conduce a varias modificaciones en la legislación –cosa normal, por otra parte, dadas las múltiples variaciones sufridas en la ley Moyano–, entre las que deben señalarse las concernientes a los exámenes.
Desde el revoltillo que suponía que cualquier analfabeto, componente de la Junta, estuviese legitimado para preguntar (?) al alumnado, hasta el extremo opuesto de que sólo preguntaba el maestro, o el Inspector, de hallarse presente, todas las posibilidades que pudieran  concitarse.
El Real Decreto de 5 de Mayo de 1913 (Gaceta del 13) reforma las Juntas, locales y provinciales, y en su artículo 24 suprime los exámenes generales, sustituyéndolos por una exposición escolar, junto a la consabida Memoria, a la que serán invitados los miembros de la junta local y vecindario en general.
La completa autonomía que ello supuso para los maestros en el ámbito de sus respectivas escuelas, condujo a que algunos, obstinados en permanecer subordinados a la tiranía de la Junta local, continuasen celebrando los exámenes con gran pompa.
Y como tal proceder ocurre, normalmente, con aquellas en las que sus miembros no saben, en su mayoría leer ni escribir, y la ley no puede establecer excepciones de ningún tipo, La Región Canaria (Santa Cruz de Tenerife, 19-octubre-1914, año X, número 740, páginas 1 y 2), como órgano de las Asociaciones insulares del Magisterio Canario, realiza el oportuno llamamiento a dichas Asociaciones para que intenten corregir esos procederes: De continuar celebrándose exámenes antirreglamentarios, debe ser el Inspector el encargado de poner fin a tales acciones.
Fijémonos que había transcurrido más de un año de la publicación del R.D. y que las aclaraciones en los periódicos, sobre todo los profesionales, fueron reiteradas. Se puede constatar en la prensa de la época en infinidad de ocasiones. Y, a pesar de los pesares, el Magisterio continuaba apegado a rancias tradiciones, arrastradas como losas desde tiempos inmemoriales.
No obstante, se seguían celebrando en los colegios particulares. Como en el denominado “Colegio del Puerto de la Cruz”, que regentaba D. José Curbelo Medina, quien en atento B.L.M. invita al alcalde y resto de los miembros de la corporación a los que habrían de celebrarse el 31 de julio de 1915.
En la “Sección de Noticias” de Eco del Magisterio Canario (La Laguna, 15-junio-1916, año III, número 101, página 10), al finalizar el curso de 1915-1916, inserta aún “Exámenes en las escuelas”. Y bajo título engañoso recuerda en el cuerpo de la noticia que fueron suprimidos en 1913 y sustituidos por las exposiciones escolares.
Pero los viejos recuerdos seguían haciendo acto de presencia seis años después. En la polémica suscitada en el semanario icodense La Comarca entre uno de sus habituales colaboradores, “Tinguaro”, con alguien que se firmaba con el seudónimo de “Mínimo”, y en uno de dichos cruces (La Comarca, Icod de los Vinos, 13-julio-1919, año I, número 16, página 1), ruega el segundo al primero que abogue por la restauración de los exámenes, porque es la única manera de que el maestro se lo tome en serio, al sentirse fiscalizado por la Junta examinadora y como único método eficaz para acabar con el analfabetismo y con la banda de chicos que pululan por las calles para deshonra de los pueblos cultos.
Cuando atisbaron mis incondicionales lo de “(y 13)”, más de uno exclamó: ¡por fin! Otros, sin embargo, me comentan que estas incursiones en la enseñanza del ayer les hacen rememorar pasajes de cuando acudían a las escuelas varias décadas atrás: salones de mala muerte en los que aquellos maestros con regla en mano hacían bueno lo de la letra con sangre entra.
Hay muchísimas más curiosidades en el tintero. Lo mismo me lío un buen día la manta a la cabeza y me da por publicarlas. Se aceptan colaboraciones dinerarias. Condiciones: a convenir.
En la fotografía, alumnos de 7º de EGB (noviembre de 1992) en el colegio público Toscal-Longuera (Los Realejos). Hoy tienen, pues, 18 años más. Estarán, a saber, por treinta y pocos. Si conoces alguno, pásale el recado. Eduardo está en Alemania. Yaiza debe estar por Finlandia. A Mariana la veo de vez en cuando. Julián creo que tiene una empresa relacionada con el deporte. ¿Y el resto?
¡Ah!, me gustaba el texto que tienen detrás en la pared, al lado de la pizarra: No camines delante de mí, puedo no seguirte. No camines detrás de mí, puedo no guiarte. Camina a mi lado, y simplemente seamos amigos. ¿Bello, no? Podría aplicarse, perfectamente, a algunos socialistas tinerfeños muy amigos de acudir a los lavaderos públicos.

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