viernes, 3 de diciembre de 2010

Frases

Un breve muestrario, unas pinceladas, unas guindas (son las ventajas de poder ‘perder’ unos minutos con estos ejercicios que te ayudan a tener la mente  entretenida, despejada):
“Si me piden que esté en el Cabildo de Lanzarote, no diré que no”. (Inés Rojas, actual consejera de Bienestar Social y Vivienda en el gobierno de Canarias). Y añade: “A nadie que le guste la política se le puede esconder que me gustaría trabajar en la política de Lanzarote”. Hombre (es una manera de expresarse), Inés, cómo te lo diría. Precisamente en la de Lanzarote, modelo de gestión de la cosa pública. El forjarte en la escuela de Paulino (sin dobles), te conduce, inevitablemente, al ímprobo deseo del no retorno a las aulas, aunque ya tengamos pizarra digital.
“Somos muchos los militantes socialistas que reivindicamos el ejercicio de valores democráticos”. (José Manuel Corrales, el que manifestó que si lo veían en el PSOE le dieran de tortas, bueno de hostias). Muchos no, todos, porque, de lo contrario, de mantener tu tesis, yo podría pensar que tú eres, sin ir más lejos, uno de esos pocos que no creen en esos valores. Razonamiento lógico a la par que simplista, ¿no?
“Paulino Rivero no está a la altura de ser presidente del gobierno de Canarias”. (Ignacio Viciana). Los reiterados paseos por Radio San Borondón no están ayudando a la resolución de la crisis. Y descargar en el pobre maestrito de El Sauzal (que responda Juan Manuel García Ramos) llamándolo bajito, no me parece correcto. No estará a la altura, pero es corredor de fondo y compensa unas carencias con otras virtudes.
“Soy el 100% inocente”. (Inmaculada Acosta, ex secretaria general del Servicio Canario de Salud, e imputada por presunta falsedad documental en la expedición de títulos formativos). Eso, tajante, con rotundidad. Soy inocente en toda mi integridad. Ni siquiera la mano derecha se me desvió. Me recuerda lo de ‘un poquito embrazada’, que dijo a su madre aquella hija que tuvo un desliz, bueno, un poquito.
Y ahora dos titulares con enjundia:
“Intervenidos dos monos en Puerto del Rosario” (Canarias7). Fui al que tú sabes y hallé: intervenir. (Del lat. intervenīre). 1. tr. Examinar y censurar las cuentas con autoridad suficiente para ello. 2. tr. Controlar o disponer de una cuenta bancaria por mandato o autorización legal. 3. tr. Dicho de una tercera persona: Ofrecer, aceptar o pagar por cuenta del librador o de quien efectúa una transmisión por endoso. 4. tr. Dicho de una autoridad: Dirigir, limitar o suspender el libre ejercicio de actividades o funciones. El Estado de tal país interviene la economía privada o la producción industrial. 5. tr. Espiar, por mandato o autorización legal, una comunicación privada. La Policía intervino los teléfonos. La correspondencia está intervenida. 6. tr. Fiscalizar la administración de una aduana. 7. tr. Dicho del Gobierno de un país de régimen federal: Ejercer funciones propias de los Estados o provincias. 8. tr. Dicho de una o de varias potencias: En las relaciones internacionales, dirigir temporalmente algunos asuntos interiores de otra. 9. tr. Med. Hacer una operación quirúrgica. 10. intr. Tomar parte en un asunto. 11. intr. Dicho de una persona: Interponer su autoridad. 12. intr. Interceder o mediar por alguien. 13. intr. Interponerse entre dos o más que riñen. 14. intr. Sobrevenir, ocurrir, acontecer. Dime, con sinceridad, con qué significado te quedas. ¿Habrán incautado dos simios en Puerto Cabras?, pregunto. ¿Te imaginas esa operación a jaula abierta? Qué horror. Chacho, no tenían un verbo menos complicado y sin tantas acepciones.
La última es un modelo de sencillez y claridad:
“Rivero garantiza al tomate una ayuda al transporte el 30% mayor para 2011” (Diario de Avisos). Vuelve a leerlo, por favor. ¿Te quedó claro? Dibuja mentalmente la situación: un presidente autonómico sentado en su despacho y ante él un hermoso tomate de La Aldea de San Nicolás. Que, a lo peor, tuvo que salir corriendo para que la riada no se lo llevase. Estaría, el desgraciado, rojo como un ídem. Y para que no le ocurra eso en la próxima ocasión, Paulino intenta convencerlo de que en las lluvias del fin de semana que está ahí en la puerta, haga el favor de no salir disparado de la mata, sino que aguarde a que el servicio de transporte vaya a recogerlo al invernadero.
Debe ser que el alejamiento de la tormenta nos ha concedido los parabienes suficientes como para ir hoy algo más distendidos. Aprovechemos, que ignoramos cómo será la inminente. Hasta mañana.

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