jueves, 23 de diciembre de 2010

Plaga de langosta (y 5)

En la isla de la Gomera, señala La Vanguardia, el núcleo más importante se halla situado en el valle de Hermigua, donde se la combate con todos los medios, por lo que es optimista la impresión que se tiene.
El Ministerio de Agricultura seguía enviando importantes cargamentos de insecticidas y otros elementos para luchar contra la temible plaga, que ya llevaba asentada en las islas veintitrés días y que es la más importante que se ha registrado en la historia del archipiélago.
El ingeniero jefe de la Jefatura Provincial Agronómica declara que la ayuda enviada desde el ministerio de Agricultura ha sido fundamental (varias avionetas del Servicio Agrícola Aéreo, importantísimas cantidades de insecticidas, lanzallamas, máquinas espolvoreadoras y otros elementos). Añadió que los núcleos más importantes de la plaga se habían concentrado en esos momentos al sur de la isla, entre el Porís de Abona y la Villa de Arico. Confirmó que los insectos habían desaparecido de Adeje, al combatirles sólo con espolvoreadoras y cebos envenenados, y destacó el gesto del alcalde de la localidad de entregar tres pesetas por kilo de langostas capturadas.
El núcleo que azotaba las vitales comarcas agrícolas de la zona Norte ha desaparecido completamente, si bien, la plaga se ha refugiado en las montañas de Anaga, donde no puede combatírsela aunque es seguro que estos contingentes de langosta se hallan agotados por los efectos de los insecticidas arrojados desde las avionetas y los cebos envenenados que se colocaron en las plantaciones.
Añade que los aviones de la Compañía Aerotécnica siguen sus vuelos en las zonas de Tacoronte, El Sauzal y La Matanza, habiendo arrojado 103 toneladas de insecticidas con los seis aviones, y la Compañía S.A.E.S.A. ha arrojado, con sus dos aviones, seis toneladas. El señor Menéndez destacó la labor que los aviadores llevan a cabo y dijo que desde el primer momento ha sido eficacísima su campaña de destrucción, pues operaron diariamente y algunas jornadas efectuaron hasta quince vuelos.
Concluye: Millones y millones de langostas han muerto sobre los campos tinerfeños, pero muchas siguen viviendo, aunque se encuentran en estado de agotamiento.
Surgían, no obstante, sustos de vez en cuando. ABC, 16 de noviembre de 1954 (martes), página 25: En contraste con las últimas noticias optimistas sobre la situación de la plaga de la langosta, ayer por la tarde densas nubes de insectos aparecieron sobre Santa Cruz de Tenerife. Los insectos son mayores y de un color más oscuro que los que se vieron al comienzo de la invasión. Tan pronto como se divisaron los primeros núcleos de la langosta se encendieron hogueras para ahuyentar a los temibles insectos que tantos daños están causando a la agricultura insular. En La Gomera se reprodujeron concentraciones en la capital y en El Hierro se observaron pequeños contingentes en El Golfo.
Alcanzamos el 18 de noviembre (jueves) y ABC, páginas 21 y 22, titula: Se combate intensamente la langosta en Tenerife. Indica luego en el cuerpo de la noticia que la concentración que se había localizado en El Río, Arico y Fasnia se había desplazado hacia Santa Cruz, pasando por El Escobonal, Güímar y Barranco Hondo (cual si de una excursión se tratase), poniéndose los agricultores en la tarea de combatirlos, observándose que no eran tan voraces como los primigenios. Existe otro importante grupo en Taganana, habiendo causado importantes daños. En La Gomera, la plaga está concentrada entre Alajeró y Vallehermoso. Esta misma información es reproducida al día siguiente (19 de noviembre, viernes) por La Vanguardia en su página 4.
ABC, 23 de noviembre de 1954 (martes), página 39: Se extingue la plaga de la langosta. Santa Cruz de Tenerife, 22. Continúan siendo satisfactorias las noticias que se reciben de las islas de Hierro, La Palma y Gomera, relativas a la plaga de la langosta que ha azotado el archipiélago canario. Aunque se vislumbran algunas nubes de insectos, no constituyen grave peligro porque su voracidad ha disminuido considerablemente y las que se refugiaron en las cumbres de Anaga ya no suponen amenaza para los terrenos cultivados.
Por último, en La Vanguardia Española de 25 de noviembre (jueves), página 6, podemos leer que las precipitaciones contribuyen a la extinción de la langosta. Y fueron lluvias torrenciales que causaron el derrumbe de un techo en la capital tinerfeña y los cascotes desprendidos alcanzaron a una niña de catorce meses (Pilar Hernández), que resultó gravemente herida. Las actuales lluvias han impedido la continuación de la eficaz campaña contra los focos de langosta que aún quedan en determinados puntos de la isla, suponiéndose que el agua caída ha diezmado estos núcleos.
Y hasta aquí el relato, la secuencia de unos hechos que causaron gravísimas pérdidas en el agro de las islas. Debo confesarles que yo he quedado sorprendido por el tratamiento informativo. Piénsese en la procedencia de las fuentes y en los medios que las han recogido y plasmado en sus planas. Entiendo que ha valido la pena perder unas horas en la tarea. Al tiempo espero que este modesto blog haya sido un buen cauce para su difusión. El periodismo actual vive muy deprisa para detenerse en estos aconteceres de años idos. Y si estos cinco artículos hubiesen sido remitidos a cualquier medio de comunicación convencional, a buen seguro que habría de esperar sentado. Ojalá –toco madera– no me ocurra lo de cuando comenté lo del Titlis, fechas en que naufragaron “Pepillo y Juanillo” y estuvieron casi tres días en medio de la tempestad. Menos mal que no había cigarrones por la zona.
Hasta mañana. Y haremos la cuatrocientas.

4 comentarios:

  1. La fotografía es de la iglesia de un pueblo del Sur tinerfeño. Se admiten respuestas. La de mi amiga América no entra en el concurso.

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  2. Margarita Rodríguez Espinosa me dice:

    "Recuerdo vagamente la plaga de langosta: soy viejita. Lo que mejor recuerdo es a mi hermana mayor encerrada en su habitación porque le tenía pánico a todos los bichos. Para su terror, mi hermano y yo recogíamos los cadáveres que encontrábamos y nos los llevábamos a casa".

    Gracias, maestra.

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  3. Y mi prima Celina:

    "Yo sí que me acuerdo, primo. La preocupación tan grande que tenía mi padre porque se comían todo lo que estaba sembrado, mientras nosotros, como menudos que éramos, nos divertíamos amarrándole un hilo en las patas y corríamos por la calle con ellos como si fueran una gometa".

    Gracias, familia.

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  4. A esta hora de la tarde comunico solemnemente que mi amiga Nina (Cristobalina Mesa León), estudiosa y caminante, me ha aportado la solución vía e-mail. Obviamente, no la voy a reproducir por si alguno se copia. Ella me ha devuelto el premio y dejaremos tranquila la mensajería electrónica hasta enero para irnos de compras. Queremos aportar nuestro granito de arena en la superación de la crisis.

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