jueves, 3 de marzo de 2011

Paulino Rivero Baute

Hace un par de noches estuvo nuestro presidente en un programa televisivo (59 segundos). Y como he tenido la oportunidad de hablar con varias personas que también lo vieron, he llegado a la conclusión de que el hombre va sobrado. Tanto que se permitía corregir a los entrevistadores cuando creía que el enunciado de la pregunta no era del todo correcto (según su óptica, claro). Algo que tampoco me extraña mucho cuando puedo comprobar que alguno de esos periodistas estudió su carrera en la facultad lagunera al mismo tiempo que otros (me incluyo). Y lo manifiesto así porque mientras estos últimos asistíamos a clase, entregábamos nuestros trabajos y realizábamos los exámenes y pruebas correspondientes, él, el elegido, asaltaba profesores en pasillos y despachos. Bueno, fue el suyo un aprendizaje ‘a lo político’. Los más no ejercimos en medio de comunicación alguno (muchas veces pienso que afortunadamente al comprobar cómo anda el patio) y él, el elegido alcanzó alto rango en la redacción de un medio escrito. Al tiempo de seguir deseándole suerte, que guarde sumo cuidado y no hable muy alto por si el deje se le nota demasiado y no sea que la independencia lo sepulte. Y señalarle a otra periodista que no conjeture con que Rivero procede del sector educativo, porque ello supone un grave insulto a muchísimos docentes (me incluyo otra vez).
Ayer se conocieron los datos del paro correspondientes al pasado mes de febrero. En Canarias (al igual que en el resto del territorio patrio) continuamos la escalada. No obstante, y transcribo de la prensa: “El jefe del Ejecutivo subrayó que Canarias es la comunidad autónoma que más empleo ha generado en los últimos doce años, pero volvió a insistir en la necesidad de modular el crecimiento. En este sentido, indicó que, entre 1996 y 2007, la población de las Islas se incrementó en 600.000 personas venidas de fuera y eso hace imposible dar oportunidades de trabajo a todos”. Cuando Paulino hace referencia a los que vienen, me asalta tremendo titubeo. Porque no deberá hacer alusión a los turistas, sino a los que, supuestamente, aparecen para quitarnos el trabajo. Pero si alguien procedente de cualquier otro país está trabajando en Canarias, deberá tener sus papeles en regla. Y tendrá que vivir en algún pueblo de estos peñascos. Me voy al Estatuto de Autonomía y leo en su artículo cuarto que canario es todo aquel que de acuerdo con las leyes tenga vecindad administrativa en cualquiera de los municipios de Canarias. No entendería un servidor que un individuo trabaje en Canarias y viva en Nueva Zelanda. Es que si no fuera así, habría que echar, fíjese usted, señor presidente, hasta a alguno de los que le entrevistaron en la noche del pasado martes, a más de uno de los propios militantes de CC (¿qué incongruencia, no?), y si me apura un fisco, puede que vaya a tener algún conflicto familiar.
Sobrado y visionario. Luego se permite la osadía de criticar a Zapatero por idénticos motivos. La verdad es que mi alejamiento político me hace vacilar en infinidad de ocasiones. Pero si las autonomías (17) tienen transferidas las competencias relacionadas con el trabajo, con el mercado laboral y todas esas cosas, y además usted vio antes que nadie (ni siquiera Rodrigo Rato se enteró en aquel entonces) que venía la crisis, no comprendo el porqué no supo atajar a tiempo esta sangría que nos ha hecho alcanzar el porcentaje más elevado de parados de toda España. Pero va aún más lejos. Mientras sigue incrementándose la lista, nuestro estimado presidente vislumbra que estamos recuperándonos a marchas forzadas. Y se molesta porque las buenas cifras que se registran en el sector turístico no hallan reflejo en la contratación de personal. Pues mire a ver qué demonios pasa. Porque desde hace meses le escucho la misma cantinela, y al tiempo los empresarios alegan por activa y por pasiva que ni comprendían su optimismo ni creían que la llegada de más turistas iba a ser la panacea. Y los datos, tristes datos, parecen no darle la razón, señor Rivero. Mientras tanto un ignorante como yo se cuestiona si no estamos cayendo en la misma trampa de siempre. Porque hoy las piedras nos ruedan favorables (la situación norteafricana nos viene como anillo al dedo, aunque parecemos alegrarnos por el mal ajeno), pero mañana mismo (y por la misma razón) los precios de los carburantes nos juegan otra mala pasada. Usted confía ciegamente en que el turismo nos saque del pozo. Yo no lo tengo tan claro, y lo que es peor, los hoteleros parece que tampoco. Y como le presupongo altísima capacidad (también corre, atiende al blog, navega y bucea en las redes sociales… y sin nadie que le eche una mísera mano), me digo si no existen más alternativas en estas islas. Hasta ahora, o el guiri o el guiri; no hay más.
Vuelvo a leer en la prensa: “También lamentó que, a pesar de los instrumentos puestos en marcha por el Gobierno para impulsar la renovación y la rehabilitación de las áreas turísticas, estas actividades apenas hayan tenido repercusión porque el mundo empresarial ha estado más preocupado por salvar los muebles”.
Don Paulino, permítame una objeción: si se han ofertado posibilidades, y hay otras en cartera, y las consecuencias han sido más paro, puede que debería usted aplicarse la siguiente medicina: “Hay que hacer bien las cosas, con responsabilidad y eficacia”. ¿Sabe de quién es la sentencia? Pues muy sencillo: de alguien de su gobierno haciendo referencia a la incorporación de 200 liberados sindicales a su puesto de trabajo, al cumplir ‘estrictamente con el Estatuto de la Función Pública’. Sí, eso expresó el personaje. Y se quedó relajado. Sin pensar en el maravilloso y espléndido concurso de la TDT (cuídese porque los están esperando en la bajadita que va desde Las Arenas a Playa Jardín, pasando por el barranco de San Felipe), de los disparos de Bañolas a Roldós, de las excelencias de la tele ‘nuestra’, y más, y más, y más.
Insisto por enésima. Sé que no me va a leer. Ni le van a pasar este relato. Me conformo con que se haya percatado de SU autoría en lo de “hacer bien las cosas”. Sí, “con responsabilidad y eficacia”. Casi me convence. Lo malo es que al instante me acordé de lo que hizo, junto a Jorge Rodríguez, con los trabajadores del hotel (realejero) Maritim (y lo que se avecina), y dudé de la mayoría de sus alegatos (turísticos).
Espero verlo en unos días inaugurando la variante de Toscal-Longuera. Seguro que Melchior lo invita. Y Oswaldo, por descontado. Como Cristina Valido hace unos días en San Juan (José) de la Rambla tuvo a bien hacer partícipe de la apertura de una guardería a Pepe Regalado. Su dirección general no había puesto un euro, pero es por si Elena no se presenta en La Guancha. A pesar de las barrigas, qué livianos son todos.
Lo mismo mañana escribo de Santiago Pérez. Hasta ahora.

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