miércoles, 30 de marzo de 2011

Se tienen miedo

Cuando ya tuve el segundo en mis manos, con los dos (El realejero y  la mirada positiva) delante de mis narices he llegado a la conclusión de que Coalición Canaria (Oswaldo Amaro) y Partido Popular (Manuel Domínguez) se tienen miedo (electoral). Alguno me matizará que respeto. Pues vale, respeto.
Y con respecto al contenido de ambas publicaciones, hacer constar que CC no se recata lo más mínimo en adueñarse de obras que incluso se remontan a la época en la que todavía gobernaba el PSOE de la mano de José Vicente González. Puede que sea el agradecimiento tardío por haber llevado la gerencia de la difunta Mancomunidad del Norte. Con José Vicente enfermó y con Alfonso se murió. De la que restan secuelas importantes, traducidas en deudas a colectivos que participaron en actividades culturales, y que esgrimiendo dificultades por la crisis se atisban de muy difícil solución.
Todo lo que alega el PP realejero en su revista acerca del necesario cambio de modelo en la gestión municipal para acelerar la administración local, choca frontalmente con lo aparecido en la de CC. Intento ser lo más objetivo posible y te lo explico de otra manera. Si se pusiese en práctica lo que Domínguez y los suyos plantean en sus propuestas, me temo que las 48 páginas con las que nos deleita Amaro (y los suyos) se quedarían muy cortas. O lo que es lo mismo, si no se ha hecho nada y llenamos esa cantidad de planas, agárrate si se hubiesen movido. Conclusión: el papel aguanta todo lo que le tiznen.
Claro está que cada cual exagera y arrima el ascua a su sardina. Lo malo es cuando ni siquiera dejándolo en el 33,33% de lo que ambas formaciones propagan, nos acercamos mínimamente a la realidad que podemos comprobar aquellos que transitamos los rincones del pueblo. Lícito es que cada uno pretenda vendernos su moto. Y que nosotros libremente nos lo creamos o no. Y que luego actuemos en consecuencia, a saber, votando por un tercero.
Lo de La Cruz Santa tiene su enjundia. Como la posee el paseo del colesterol más bello del mundo. Ahí, modestia aparte, sin rubor alguno. Con un alarde tipográfico (estilo Hollywood, o más), aseguran Oswaldo y Tomás (dos principales actores interesados) que consiguieron sacar adelante la mejora integral de la calle Real, a pesar de que la oposición había impedido que esta obra, de vital importancia para el desarrollo de La Cruz Santa, se desarrollara (y valga eso que se dice) antes. Tras asegurar por activa y por pasiva durante meses que el dinero del Cabildo (75% de la obra) se había perdido, tras la impresión desaforada de panfletos que ponían a caer de un burro a los dos grupos de la oposición, viene a resultar que un servidor (tras la lectura de las paginas 14-15 de El realejero, y la 11 de La mirada positiva) no sabe a quién agradecer las gestiones ante el Cabildo. Hagan ustedes el ejercicio y pásenme el resumen, por favor, porque yo, ante tanta brillantez (y tanta eminencia), me pierdo.
Hace pocos días el PP se preguntaba qué pasaba con las obras de las nuevas dependencias del Centro de Salud que se ubicarán en el otrora edificio conocido por El Mercado. Pues viene a resultar, según CC, que la culpa es de ellos mismos porque mientras gobernaban con Paulino se dedicaron a bloquear dicho proyecto. ¿Tú no crees, estimado fisgoneador, que ya estamos creciditos como para que nos estén tomando el pelo de tal guisa? Imagínate que soy el alcalde (cosas peores se han visto) y pertenezco al mismo partido político que el presidente de Canarias. Tengo fundadas sospechas de que una Consejería (la de Sanidad, dirigida por un miembro de mi socio gubernamental) me pone pegas para llevar adelante una obra que cuenta con todos los parabienes técnicos y legales. ¿Y me quedo de brazos cruzados o me encierro en casa con ligeros dolores de cabeza? ¿O acudo, ipso facto, a exigirle a mi mandamás (político y ejecutivo) que tome cartas en el asunto? Ya que nunca supimos dónde cayó la lluvia de millones, estimado alcalde actual, ¿olvidaste también cómo se daban los moquetes en la mesa? Qué poca memoria tienes. Debes recetarte unas generosas dosis de ‘Fósforo Ferrero’. De película.
Mientras CC nos transmite que ni los propios vecinos de Realejo Bajo conocen la zona por la cantidad de acciones ejecutadas, el PP se pregunta cuáles son las razones por las no se han iniciado las obras de rehabilitación del conjunto histórico (en manifiesta defensa de Ledesma y para tenerlo contento en su peregrinación a La Meca, perdón, al Puerto). Cuéntenle una de chinos a San Sebastián, que lo hallan al lado.
Mira, yo no sigo. Creo que estas dos formaciones políticas están hablando (escribiendo) de dos pueblos diferentes. Que para más inri en ninguno de los casos es el mío. Insisto, haz tú mismo la comparación. Lo del Recinto ferial (para CC con minúscula y para el PP con mayúscula, yo me fui por el camino del medio) es infumable (por cierto, Oswaldo una vez más dentro de una obra y sin casco). Una zona industrial que comienza a remontar el vuelo (ya va por la Madre Juana) para sustituir, me imagino, al festival de parapente de La Corona. Que no, que no sigo.
Los unos por exceso y los otros por defecto. Me entristecen. Compadezco al sector del electorado que debe decantarse hacia uno u otro lado. Humildemente les aconsejo que abran los ojos y comprueben que hay otras vías. Sí, conmigo no cuenten, y lo digo así de claro. No quiero que en Los Realejos sigan reproduciendo los avatares acaecidos en Canarias desde que Manuel Hermoso presentó aquella moción de censura a Jerónimo Saavedra. Y ha llovido. Y parchean. Y ha corrido el barranco. Y parchean. Y vuelve a llover. Y vuelven a parchear. Y vuelve a correr el barranco. Y vuelven a parchear…
Hasta mañana.

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