martes, 26 de abril de 2011

¿Cinismo o falta de ignorancia?

Cada domingo, y sobre todo en periodos preelectorales, nos ‘sorprenden’ los políticos con sus epístolas periodísticas. Algo sabemos –y sufrimos– los que tuvimos la oportunidad de remitir colaboraciones a los directores para que nos publicaran en prensa nuestras opiniones. Menos mal que esto de la informática e Internet nos ha permitido ‘fabricarnos’ nuestros blogs. Y claro está que ni siquiera son ellos (los políticos) los que se sientan ante un teclado para expresar sus pareceres y deleitarnos con los catálogos de buenas intenciones que luego no han de cumplir. Ya saben, por anteriores entradas, que de Wladimiro mucho he escrito porque él jamás ha sido responsable de nada, simplemente pasaba por allí, y ahora que no aparece en las listas para las próximas tampoco hace tanto acto de presencia dominical como antaño. Puede ser que esté poniendo, por fin, en práctica todo lo que ha venido sosteniendo en estos años pasados.
Desde hace unas semanas se prodiga bastante Cristina Tavío. Sí, esa que tiene un músculo facial mal equilibrado y le provoca que enseñe reiteradamente su dentadura. La que olvida que ha (co)gobernado en el ayuntamiento santacrucero durante un tiempillo, que diría un amigo, que ha salido corriendo detrás de Zerolo en más de una ocasión para desagraviarlo por los desplantes de Llanos, y que, precisamente, la hacienda municipal está regida por uno de su tropa, al que ahora ubica en el número 7 por la circunscripción electoral de Tenerife al Parlamento de Canarias.
Dice –escribe– Tavío que “en el Ayuntamiento de Santa Cruz seremos los primeros en dar ejemplo, reduciremos a la mitad el número de concejales liberados y prescindiremos también de la mitad de los asesores y gastos políticos. Solo con esta medida, el primer día ya habremos ahorrado más de dos millones de euros a los chicharreros. Empezaremos ordenando la casa por dentro, con un plan de reforma y modernización de la administración municipal que haga la vida más sencilla a los vecinos y la inversión más fácil a los emprendedores. Vamos a implantar un severo plan de austeridad para ahorrar hasta el último céntimo disponible, y pondremos ese dinero a trabajar, ayudando a quienes peor lo están pasando, conteniendo la presión fiscal y realizando inversiones realmente productivas en nuestros barrios”. Y no se le cae la cara de vergüenza. Claro, si no la tienen. Chacha, esto tuyo es de juzgado de guardia. Como lo del empleo; sí, ese mensaje con el que te quedas de la visita de tu jefe supremo la pasada semana. ¿Cómo? Vale, te lo recuerdo: “estas elecciones no son solo locales y autonómicas, son unas elecciones para el empleo y la recuperación, y para decirle al Gobierno que no vamos a esperar más, que vamos a empezar a cambiar las cosas con su ayuda o sin ella”. O ustedes (los elegibles) son idiotas o lo somos nosotros, los electores. ¿No hay que predicar con el ejemplo? Si ya hubiesen puesto en práctica esos magníficos propósitos, a buen seguro que el número de votos se incrementaría. Además, cuando Ángel Llanos fue defenestrado, ¿qué hiciste tú? ¿Por qué no dejaste a Miguel que gobernara solo y así ahorrar la pasta gansa que el PP se estaba embolsando, incluso para compras dudosas? No, lo de las bragas no fue invento mío, mira para otro lado. Pregúntale a Soriano. Él es más zorro viejo que yo. Fernando Fernández también intuye algo y presume de conocerte mejor que el responsable de Pepillo y Juanillo.
¿Cómo te atreves a escribir esto que te transcribo por si lo olvidaste o no te lo grabó el amanuense?: “Temerosa de perder el poder en la capital después de treinta y dos años, Coalición Canaria se empeña en confundirnos, repitiendo a todas horas que no es el momento de elegir entre Zapatero o Rajoy. Sin embargo, olvida explicar a los canarios que sus dos votos en Madrid ya eligieron por todos nosotros, y eligieron a Zapatero. Esa irresponsable decisión nos mantiene atrapados en la crisis, y resulta nefasta para nuestra tierra. Una vez más, CC se equivoca”. Chacha (otra vez, y perdón por la familiaridad), ¿con quién estás de la mano en Chicharros Town? ¿Con quién comían hasta el otro día en idéntico pesebre y surcaban los cielos en helicóptero gubernamental?
O se pierden los papeles o les ciega la obsesión. Tú escribiste (o te escribieron) que “aplicaremos con rigor la Ley de Morosidad vigente para que los más de seiscientos proveedores, a los que el Ayuntamiento de Santa Cruz adeuda más de catorce millones de euros, puedan cobrar sus facturas en un plazo de treinta días”. ¿Y no lo repasaste antes de enviarlo a la redacción? ¿Por qué no aprovechaste la ocasión y en el mismo correo, con copia oculta, se lo mandaste a un tal Jaime Hernández-Abad Amaral?
No solo lo tuyo es de película, sino que me apuesto una cena a que el día 23, ante la desilusión por no poder ser alcaldesa, estarás a las ocho de la mañana, si no antes, conversando con Bermúdez para alcanzar cualquier arreglo. La pena es que otros ‘espectáculos’ permitan que el de ustedes sea protagonista. Eso, de película.
Y ya que estamos en la capital tinerfeña, donde se ha producido la triste muerte de unos indigentes, donde el paro campa a sus anchas (lo reconoce hasta José Manuel, segundo de a bordo en el Cabildo con Melchior), donde los servicios sanitarios y asistenciales siguen requiriendo notables mejoras, donde la suciedad en la periferia nos deleita con paisajes de escándalo, concluyamos con las perlas del presidente cabildicio y aspirante a la reelección de la mano de CC. Quien también escribe como un desaforado. Menos mal que Pepe Segura ahora no es candidato. Según Ricardo, son tantos los puestos de trabajo que ha creado la institución insular que un servidor no comprende por qué hay más de trescientos mil parados. Dice –escribe, o dicta, o firma y ya está– que desde que llegaron al gobierno del Cabildo se comprometieron a favorecer a las personas mediante el empleo y las prestaciones dignas para los más necesitados.
Deseo vehementemente que la vista no se les deteriore a nuestros políticos. Porque cuando nos pintan el panorama de tal guisa, reconozco que cada vez estoy más ciego. Yo debo patear por otros lares donde no vislumbro todos esos logros. Me alegro infinitamente de que haya gente con suerte y no haya tenido que sufrir las consecuencias de enfermedades graves, por ejemplo.
Y cuando el articulista dominguero expresa lo de “sin deslealtades, zancadillas o egoísmos”, no sé si se refiere a este incordio protestón que se responsabiliza (doy fe) de lo que en este blog se inserta, o, quizás, le está lanzando un reproche a su vicepresidente, y socio, Antonio Alarcó, médico por más señas.
Por último, y perdón por haberme extendido en este post (¿está bien puesto, tocayo?), cuando el señor Melchior escribe –o se lo escriben– que el servicio a la ciudadanía debe ser una prioridad para los que han decidido dedicar una parte de su vida al ejercicio de la política, me entra una risa solo comparable en el grado de imbecilidad a la que esgrimen un alto porcentaje de los candidatos a los que hemos de votar (botar) el 22 de mayo. Una parte de su vida, una parte de su vida, una parte de su vida… Mejor las tres cuartas partes de su vida (en el otro cuarto no han cumplido los dieciocho). ¿Un ejemplo? ¿Estamos de coña o qué?
No obstante, y a pesar de todo, sigan escribiendo. Es mucho más constructivo que el ji, ji, ji, ja, ja, ja del feisbuc. Hasta mañana.

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