sábado, 30 de abril de 2011

Realejos de ayer mismo (5)

Seguimos con nuestro repaso deportivo:
En Falange, 24 de agosto de 1947, página 6, sección de Deportes: Jesús Navarro, primer entrenador canario que practico una táctica. En el Victoria ensayo con éxito el sistema del tercer defensa. Pero el “hincha” prefiere triunfos de goles
Va un extracto (la falta de tildes, tal cual, no pienses que se me fue la olla):
“Las tácticas –¡cómo no!– llegaron a España, a Canarias... pero hoy los seguidores de los clubs, que pagan, chillan y exigen con exceso, quieren triunfos. No quieren saber de otra cosa. A veces es es que no saben comprender...
Algo de todo esto ocurrió a Jesús Navarro el año anterior, cuando preparaba al club Victoria, realizó en Canarias el primer ensayo táctico. Previos los necesarios entrenamientos y las pruebas de rigor, el Victoria, que jugó dos encuentros en el pueblo tinerfeño de Realejo, puso en práctica el sistema del tercer defensa, ganando los dos partidos. Consistía el sistema en subir al medio centro, bajar un medio ala y subir a un defensa al puesto de medio centro. Más claro, el cambio fué el siguiente: La defensa la componían Marín y Cástulo. La medular, Polo, Silva y Breschi. Al comenzar el partido Cástulo ocupa el puesto de Silva y éste pasaba al ataque. Al puesto de Cástulo en la defensa bajaba Breschi, y el puesto de éste era cubierto por el interior Torres. Así tenemos siete atacantes y la defensa cubierta”.
Si entender gran cosa de fútbol, y sin ser capaz de ver un partido entero por la tele, igualito que ahora… pero al revés.
En Aire Libre (25 de agosto de 1947, página 2), dos notas informativas. La primera, un comentario firmado por Mariano Aso Gastón, que lleva por título Debemos hacer deporte, y subtitulado: Un rato de ejercicio después del intenso trabajo en la oficina, taller o sobre libros de texto, despeja la inteligencia e imprime un afán de superación. Del mismo, unos fragmentos, ya que tan de moda está ahora el footing y esas cosas para bajar la tripa y dejar a cada paso un fisco de colesterol (del malo):
“El deporte en la juventud tiene una importancia biológica y social de extraordinario relieve. Físicamente, sin excesos perniciosos desde luego, vigoriza y contribuye a la armonía y a la belleza somática. Moralmente, una hora de competición deportiva excluye pensamientos torvos, aleja a los jóvenes de los tugurios infectos y con el sentido de la responsabilidad que inculca, les encamina hacía la vida sana, recta, austera.
Sin duda es necesario, vitalmente necesario, crear escuelas, bibliotecas, salas de conciertos en las que la juventud pueda entregarse a les goces inefables del espíritu, pero no estará de más que junto a estos centros de cultura y de arte se construya un gimnasio, una piscina, un campo deportivo para proporcionarle también distracción saludable y honesta al cuerpo en las horas de asueto porque convengamos en que no todo ha de ser trabajar y trabajar sin descanso”.
Y en el mismo ejemplar, otra opinión de Lorenzo Abreu (Puerto de la Cruz, agosto de 1947) titulada ‘En pro de los equipos de tercera categoría’:
“Como decíamos en nuestro primer escrito y como ratificó un colaborador de este semanario, Sergio García, es preciso crear equipos juveniles; equipos viveros, con los cuales se equilibrará el nivel de los conjuntos superiores, es decir, se compensará el número de sus inevitables bajas. Nada es eterno; todo se acaba. Hay que aficionar a la juventud; hacerles deportistas perseverantes, no dejarles un legado de indiferencia.
En esto tampoco vemos obstáculo, también daremos una posible solución: Las Delegaciones del Frente de Juventudes de la Comarca, ya que no intervienen en los Campeonatos Provinciales de la organización, deben solicitar la dispensa correspondiente y organizar, en sus pueblos respectivos, los equipos necesarios para rehacer la tercera categoría, que, desgraciadamente, lleva algún tiempo sin dar señales de vida. Así renacerá el fútbol juvenil; la juventud podrá practicar su deporte favorito, se hará sana de cuerpo y alma. Ello no es costoso; sólo hace falta voluntad, deseo de colaborar.
El Puerto de la Cruz es el llamado a dar la norma, pues ha celebrado, durante dos años consecutivos, un Campeonato Juvenil y tiene, en consecuencia, un gran número de jugadores aptos para militar en tercera categoría. Por lo menos, pueden organizar tres clubs: uno creado por el Comité de Clubs Juveniles; otro, por el Frente de Juventudes, y un tercero, pupilo del clubs de primera categoría. Deben actuar pronto; lo contrario será funesto, acabará con un sinnúmero de jugadores en formación.
Venancio Martín Rodríguez –el alma de los clubs juveniles– es la única persona que ha sostenido el fútbol modesto y el que, allá en la temporada 42-43 le hizo resurgir, cuando todos habían fracasado y cuando ya parecía imposible volverlo a intentar. Si hubieran muchos Venancio, no habría crisis futbolística; habría una buena cantera, sobrarían jugadores. Aplaudimos su labor y le ponemos de ejemplo para ser imitado, para que se apoye nuestra petición.
Esperamos de las organizaciones citadas las únicas caracterizadas para ello, que atiendan nuestra invitación y la practiquen Así harán deporte, forjarán hombres sanos; cumplirán el lema de todo deportista: «mente sana in corpore sano». Que así sea”.
Por último, en Aire Libre, 22 de septiembre de 1947, página 4, y en la sección ya comentada en anteriores entradas de ‘El fútbol en el Realejo’:
“Al parecer se han enfriado las buenas voluntades de los que asumieron la dirección del Español de Realejo Bajo. O, por lo menos, se han entibiado, pues en estos últimos días la calma es tal que la gente se pregunta si en verdad existe el Español.
Aquí lo único que ha perdurado y lleva rumbo de seguir perdurando por mucho tiempo, es nuestra banda de música «La Filarmónica», y eso gracias a la decidida voluntad de algunas personas que, por excepción, se han impuesto y han vencido todas las dificultades. Si no… dudaríamos que la banda tuviera cerca del siglo de existencia.
Aquí todos se cansan pronto, vencidos por la apatía. Así ocurre con el fútbol. Al principio, una afición de miedo. Ahora, ni una palabra sobre la pelota.
Desearíamos que esta nota fuese alentadora para los buenos aficionados que rigen los destinos del recién tutelado Español. Vimos ha poco en estas mismas columnas una nota del Cruz Verde, de Icod, en el que proponía la tercera categoría para el Imperio, Arenas, Cruz Verde y Español.
Estimado amigo presidente del Español: ¿por qué no gestionamos esta tan buena idea? La afición y los jugadores –que son los únicos verdaderos aficionados– os lo pagará cosechando triunfos. Moveos, que sois jóvenes y tenéis vitalidad… y que no siga prevaleciendo la apatía. Como buenos aficionados, nuestro deseo es: ¡que viva el fútbol en el Realejo! A. H”.
Aclaración: las dos fotografías están tomadas del libro ‘Los Realejos, un siglo en imágenes’.
Bueno, proseguiremos si ustedes no me señalan lo contrario. Ya saben: a mandar.

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