jueves, 14 de abril de 2011

Sigue subiendo

Me refiero a la temperatura preelectoral. En campaña no estamos, pero cada cual se las ingenia como puede para vender más y mejor su mercancía. Y lícito es, faltaría más, ya que, al no estilarse el mitin en la actualidad, los recursos audiovisuales proliferan. Y mientras no se demande directamente el voto hasta que se abra la veda dieciséis días antes del tan ansiado 22 de mayo, encontraremos candidatos en cualquier esquina.
Un servidor les confiesa abiertamente que cada vez se halla más confuso. Y como en una etapa, ya lejana, tuvo la osadía de participar activamente en eso de la cosa pública, al no encontrarse satisfecho con tanta ida y venida de otros que también estuvieron y ahora parecen saltapericos brincando, lo mismo un año de estos me animo y comienzo a escribir mis memorias. Porque a lo mejor es bueno que se sepan algunos aconteceres no muy distantes (en el espacio, que sí en el tiempo). Puede que el momento de repartir las cargas de los sambenitos se aproxime a pasos agigantados.
Difícil se me antoja cuando un candidato opta a la alcaldía de un ayuntamiento que hasta estos momentos ha estado ocupada por un miembro de su misma formación política, y este ha dejado una huella más bien turbia. Ahí tenemos el ejemplo de la capital tinerfeña, en el que, de los ediles actuales, parece que solo repiten tres, siendo uno de ellos el famoso Hilario, el del tonicazo (debe ser por eso, por autóctono) y una segunda la propia esposa del presidente autonómico (algo que cae por su propio peso). Pero si Bermúdez, que lleva en campaña unos dos o tres trimestres (y sigue cobrando del Cabildo), promete ahora austeridad, menos papeleos y no vender humo, supongo que Zerolo sí lo hacía. Es más, el aspirante quiere un nuevo Santa Cruz (lo que significa que antes no lo era), pero siempre de CC (para disimular que lo que realmente pretende es romper (al menos en apariencia) con las deudas, Las Teresitas y otros asuntillos de igual porte. Por cierto, en Gran Canaria es Bañolas, consejero de Sanidad, el que quiere poner menos trabas y simplificar tanto trámite burocrático. Lo malo es que CC lleva gobernando la tira. Y mira por donde se dan cuenta de estas nimiedades unos meses antes de cada cita con las urnas.
En esto estábamos cuando apareció el que escribe estas cosas: “ni uno solo de los canarios es español. Pueden ser españoles los peninsulares que residen habitualmente o tienen fijo su domicilio en Canarias. Esos son españoles. Y por supuesto, los godos que se las dan de importante”. Y como a renglón seguido sigue implorando a Paulino para que tome las riendas del independentismo, me pregunto, y les pregunto a ellos dos, en cuál de las tres categorías anteriores ubico a doña Ángela Mena, dependiendo de si la vislumbro con peineta y mantilla o con traje de maga a lo Néstor Álamo.
Todas las administraciones, sin excepción alguna, justifican su inoperatividad con lo de no hay dinero. La primera, la de Milagros Luis Brito. Ante las quejas de sindicatos, asociaciones, docentes y otros, por la falta de profesores, ella lo niega rotundamente y alega que es falso. Dice que todos los profesores se sustituyen. Le faltó añadir (por obvio) que a sí mismos, es decir, enfermas, estás de baja dos semanas y cuando retornas, ocupas el mismo puesto que antes, por lo que te has sustituido, ¿o no?
Pero para descubrimiento del siglo el de Cristina Valido. Mujer muy válida, que fue concejal en el ayuntamiento villero en uno de los dieciocho mil mandatos de Isaac Valencia, y que ahora ejerce las funciones de consejera en el Cabildo tinerfeño. Dijo, mejor, escribió, en dos artículos periodísticos que los niños de hoy son los adultos de mañana. Luego descansó, el agotamiento la pudo.
Después que Nacho González aprobara el plan general santacrucero y pactara con Paulino (no te preocupes que después de las elecciones volverán a pelearse), está el hombre escribiendo artículos periodísticos (observarás que me repito del párrafo anterior, pero a los políticos les entra unos meses antes de las elecciones una fiebre escribidora que te tuerces) como un descosido. No para de sostener que el trabajo es para los canarios (¿te suena de algo?). Y me vuelve a entrar la duda acerca de a quién consideran canario sus ilustrísimas. Y no digo –escribo– ‘más nada’.
A Sebastián Ledesma, realejero nacido en el Puerto, se le acaba de encender la bombilla que tuvo apagada cundo fue director general de Infraestructuras Turísticas. Ahora tiene claro (por lo de la bombilla) qué hacer con el Taoro. Pues te pudiste haber adelantado y ya estaría la obra a la mitad. De todas maneras, pásale la receta a Marcos Brito, porque los portuenses no son tan idiotas como para darte el voto por estas excentricidades. Y ya debes tener las cuentas sacadas, porque te escuché hace unos días en Radio Arena que ‘cuando esté en el gobierno’. Yo espero, modestamente, que más de uno, incluyendo a los voceros radiotelevisivos, deba tragarse sus palabras el 22 de mayo por la noche. O el 23 de madrugada. Me quedaría bastante satisfecho, y sería motivo de una entrada especial, si tuviese la oportunidad de poder cantar ‘victoria’. Ya te lo explicaré. Hasta mañana.

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