lunes, 30 de mayo de 2011

Llamamiento al Magisterio

Y proseguimos. Uno que se halla retirado (de casi todo), comprueba estupefacto la profunda carga de actualidad que tienen los comentarios de este maestro. Tanto para los docentes como para los políticos. Lo malo, me temo, es que, por las limitaciones lógicas que este blog lleva aparejadas, ni los unos ni los otros lean con detenimiento estas líneas. Y si por un causal acceden al mismo, estimarán que su extensión es harto notoria y con un simple clic, a otra cosa, mariposa. Los maestros y profesores, a través de sus sindicatos, bien podrían captar el mensaje de llamamiento a la unión, eterno problema del colectivo. Y los políticos (que aprendan los socialistas para que no persistan en sus lamentables espectáculos) que asuman lo de “extirpar antagonismos y luchas suicidas entre compañeros”. Pero esos serán temas próximos.
En Voz del Magisterio Canario, 17 de diciembre de 1922, páginas 5 y 6 (en las ilustraciones hallan información del periódico en cuestión), y en un artículo titulado ‘Al valiente Magisterio Canario’, Alfredo Mederos, escribía:
“La clase, a falta de un elemento joven en la lucha, dispuesto a sacrificarse, y que no le guie el interés de ser recompensado utilizando las campañas vindicativas para lograr sus aspiraciones particulares, necesita de orientaciones nuevas, extirpadoras de antagonismos y luchas suicidas entre compañeros, ante la imposibilidad de establecer la compatibilidad del ideal político de cada individuo con los intereses colectivos, Urge una propaganda activa, sin claudicaciones impropias de nuestra enorme responsabilidad ante el mundo civilizado, y que esta actitud sirva de apoyo para obtener nuestras aspiraciones; haciéndonos dignos; porque siempre hemos luchado sin más recompensas que la satisfacción íntima del deber cumplido. Para ello hay que perseguir implacablemente a los desertores del deber, luchando para fomentar el compañerismo, creando una hermandad espiritual que tenga por norma la afinidad de las ideas políticas de todo el Magisterio, utilizadas integramente para mejorar la condición de la Escuela.
Para la realización de nuestras ideas de fraternidad hay que destacar un periódico, dejándolo de utilizar con carácter exclusivamente profesional, y dedicándolo únicamente a defender la Enseñanza; que recoja nuestros anhelos de renovación para infiltrar en la opinión pública la necesidad inaplazable de atender preferentemente las cuestiones de Enseñanza, porque mientras no sea un hecho la dignificación de la Escuela, no vendrá el mejoramiento económico del Maestro. A la Escuela y al Árbol defenderá nuestro periódico, y en un rincón de su última plana se insertarán las disposiciones oficiales concernientes a la profesión. En él colaborarán las primeras firmas literarias que se hayan distinguido defendiendo el Árbol y la Escuela; y todos los maestros lucharán en sus columnas con uñas y dientes, porque pronto sea una realidad la construcción en todos los pueblos de escuelas-bosques. Se le dotará de una buena información telegráfica nacional y extranjera, que unida a sus fines culturales, constituirá la mejor garantía para que sus corresponsales, los maestros de todos los pueblos, inicien la propaganda que ha de hacer de nuestro periódico, el de mayor circulación de la provincia. Esta hermosa idea realizada, nos daría la seguridad de que la Enseñanza, contando con este defensor, pronta alcanzaría el puesto que le corresponde movilizando las iniciativas de todos los hombres amantes de la cultura popular, para entrar en la lucha activa, medio de poder llegar a ver nuestras aspiraciones realizadas ¡Qué hermosos frutos recogeríamos fizcalizando constantemente la actuación de las autoridades, para construir Escuelas dotadas de buen material; abriendo suscripciones para la creación de roperos escolares con el fin de facilitar libros y ropas a los niños pobres que por esta circunstancia no pueden asistir a las clases!...
Tengo el gusto de manifestar a mis queridos compañeros, que éste es el criterio de la mayoría, y que hace falta encauzar para ver realizada esta bella aspiración. Hago un llamamiento a todos lleno de optimismo, solicitando su parecer, mediante una contestación por escrito a la redacción de este periódico, haciendo constar su conformidad y que se hallan dispuestos a ser socios protectores del mismo con una suscripción superior al resto de la opinión extraña a la clase si se lleva a efecto la idea.
Hay que poner a prueba el levantado espíritu de todos, y demostrar que estamos capacitados para organizarnos, haciendo una demostración del valor corporativo para llevar a cabo tan hermosa iniciativa. Contestad a la redacción de LA VOZ. manifestando que están de acuerdo y que el corazón de todos late al unísono, inspirado en un mismo ideal de fraternidad. A. Medero Galán. Realejos «La Longuera» 3 Diciembre de 1922”.
En el mismo periódico (Voz del Magisterio Canario), en el número correspondiente al 1 de enero de 1923, páginas 5 y 6, se incluye una carta abierta (y dirigida a Alfredo Mederos) del maestro de Tenteniguada (Valsequillo, Gran Canaria), Juan Blázquez, de la que extracto algunos párrafos:
“¿Que somos pobres? no, somos muy ricos de espíritu y creo que esta es la mayor riqueza que podemos desear, además que no tenemos nosotros la culpa de serlo materialmente sino aquellos que no saben apreciar la labor del maestro, y que tendrán a nuestra querida patria sumida en el horrible laberinto de la ignorancia.
Nosotros, la gran familia del Magisterio, tenemos cierta semejanza con el hormiguero; éste trabaja silenciosamente durante el estío en las entrañas de la tierra, acumulando allí la alimentación para los días tristes del invierno, también nosotros trabajamos en el interior de los infantiles corazones, proveyéndoles de medios para que en la primavera y el estío de la vida sean hombres nobles y trabajadores y puedan proporcionarse para ese invierno horrible llamado vejez siquiera un mendrugo de pan con que alimentarse, y desechar el horripilante fantasma del hambre; pero a nosotros que hacemos todo esto abriéndoles los ojos para la lucha de la vida, se nos pisotea como se hace con el hormiguero, considerándonos como seres inmundos y echándonos como a los perros los desperdicios del banquete llamado «presupuesto».
Haga V. en ese grupo Occidental lo que este Oriental hemos hecho; excite el espíritu societario y no le quepa duda, hallará eco como nosotros le hemos hallado, aunque desde luego tengo que tropezar con obstáculos, algunos bastante difíciles de vencer, pero con la voluntad todo se hace.
Vengan a nosotros que les esperamos con los brazos abiertos y démonos un abrazo fuerte, estrecho, seguros de que iremos derechos al triunfo; desechen la apatía y miren que será de nosotros si continuamos con el «yo» suicida; allá nos llaman ¿seremos tan estúpidos que les oiremos, negándoles nuestro apoyo? confío en que no”.
El magisterio en aquel tiempo funcionaba por escalafones. Y si ahora los de primaria ‘peleamos’ por no cobrar el complemento que se abona a los de secundaria, imagínense las diferencias que podrían existir con unos sueldos de miseria allá en los inicios del siglo pasado. Y estas reivindicaciones de los del denominado segundo escalafón fueron las que dieron lugar a este cruce de cartas, que seguiremos con la respuesta de Alfredo Mederos al maestro de Tenteniguada mediante otro escrito en el periódico que venimos aludiendo y que titula ‘Llamamiento a los maestros del segundo escalafón del Grupo Occidental’. Y que será el primer motivo que expondremos en nuestra siguiente entrega. Hasta entonces.

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