sábado, 16 de julio de 2011

Seiscientos

Dudé entre seiscientos y seiscientas. Porque hace un tiempo puse trescientas, cuatrocientas, refiriéndome al número de entradas en el blog. Pero luego me enteré, por esto de las modernidades, que se dice post. Y me dije, como el mago, pos lo escribo en masculino. E indagué y hallé:
“Un post se traduce en español como ‘artículo’, aunque se suele utilizar con la terminología inglesa o el nombre de ‘entradas’ en la publicaciones hechas en blogs. Los posts son los artículos que vamos publicando en el blog y que se ordenan de manera cronológica. Por lo general, los posts tienen un titular, un cuerpo del artículo donde se puede introducir texto, fotografía, código html e incluso audio. Los posts están archivados por categorías y también se acompañan de palabras clave relacionadas con el contenido del artículo. Además, por lo general, los posts permiten que los lectores realicen comentarios, aunque es una función que se puede habilitar o deshabilitar en función de interés del autor del blog”.
También me apetecía lo de seiscientos por el paradigma del parque automovilístico español (perdón, don José) y prototipo de que, por fin, salíamos del ostracismo para adentrarnos por los caminos de la modernidad (ya sabes que de la época aún conservo la moto [TF-13.137]; y relacionado con ella, señalarte que llevo casi un año –en agosto lo hará, días 2 y 17, respectivamente– esperando que dos asesorías de este pueblo me contesten si se puede o no hacer algo para volver a darle de alta). Del vehículo en cuestión, te indico:
“El Seat 600 nació en 1957, el mismo año que desapareció el Biscúter. En aquellos momentos el parque de vehículos era muy reducido y predominaban los transportes públicos, los camiones y las motocicletas fabricadas en Catalunya, como la Bultaco, la Montesa, la Derbi o la Ossa. La Guzzi y la Vespa se importaban desde Italia, y la Mobylette venía desde Francia. Entre tanto ruido, el 600 fue el escogido para reinar antes de nacer. Su salida de fábrica coincidió con el estreno de los primeros parquímetros de París y el Sputnik ruso.
La aparición del 600 se convirtió en el fenómeno social del año y en el inicio de la motorización española y del desarrollo económico de los sesenta. Muchas familias de clase media hicieron realidad el sueño de adquirir su propio turismo por un precio aproximado de setenta mil pesetas. Y fue así como la caja de herramientas se convirtió en el juguete preferido de muchos padres de familia y jóvenes con vocación de Fittipaldi que aprendieron mecánica hurgando el capó posterior.
Aunque el modelo español era una réplica exacta del que había lanzado Fiat unos meses antes, los dos diseñados por Dante Giacosa, muchos especialistas coincidieron en señalar que el pequeño utilitario español era bastante más resistente que su hermano turinés. Este vehículo de cuatro plazas, con un peso de 600 kilos y una velocidad máxima de 90 km/h en terreno plano, fue mejorando lenta pero constantemente durante sus 17 años de vida”.
Como el preámbulo ha sido demasiado extenso, tendré que limitarme a contarte que hoy hago la entrada número 600. Si este nuevo medio no hubiese hecho acto de presencia y uno estuviera aún sujeto a las colaboraciones en la prensa tradicional, suponiendo un artículo por semana, esta cantidad que ahora alcanzo en Pepillo y Juanillo (I) me habría supuesto once años y medio de mi existencia.
Ahí, en el contador de visitas, que lleva girando desde el 31 de marzo de 2010, se reflejan las ojeadas que desde 57 países han tenido a bien alongarse a esta ventana abierta. Y Google Analytics me sopla, entre otras curiosidades, lo siguiente:
Se destaca España, obviamente, en el número de visitas (28.840) y en el de ciudades ‘fisgoneadoras’ (112). Le siguen México (203-72), Venezuela (114-11), Colombia (112-23), Argentina (112-28), Alemania (105-34), Perú (87-8), Estados Unidos (77-17), Chile (72-19), Francia (57-20)… Y en esa relación de países hallamos una única visita desde Senegal, Grecia, Iraq, India, Pakistán, Líbano, Ukrania, Filipinas, China y Marruecos.
Mi reconocimiento a todos ustedes por hacerlo posible. Intentaremos seguir en la brecha. También en Pepillo y Juanillo (II), pero ahí con mucha más parsimonia. Merci beaucoup et à bientôt.

2 comentarios:

  1. muchas felicidades y al toro del 1430.

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  2. Por cierto, es mentira lo de los 90 km/h. En bajada, con el viento de popa y más de cinco ocupantes, llegaba la aguja del velocímetro hasta el tope donde descansaba, dando una vuelta entera, se entiende. Eso sí, frenarlo luego ya era otra cosa, le pasaba como a los barcos, que requieren unas millas para detenerse.

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