Valga el
exordio para las pertinentes disculpas por la tardanza de hoy, pero como no me
enviaron unas fotografías que debía incrustar en la entrada que ya tenía
preparada, aquí estoy, a la prisa y corriendo (todo lo que mis dos dedos
índices –mecanografía a la antigua usanza– me permiten) buscando un tema con el
que entretenerles el fisquito de rigor. Y se me ocurrió lo que dio pie al
titular que ves unas líneas más arriba. En consonancia, manifiesto:
Bueno, a un
servidor no tanto. No les voy a brindar la oportunidad añadida, por lo que de
vez en cuando agarro la moto y me mando un pelado al uno, o al cero coma cinco.
Para que tengan poquísimo donde agarrar. Y viene esto a cuento a raíz de irse
conociendo candidatos para el Senado. Cámara de la que podemos enterarnos algo
más en el enlace que me remitieron y que está incrustado como comentario en el
post de ayer.
Ese programa
de La Sexta titulado ‘Salvados’, conducido por el catalán Jordi Évole, más
conocido por ‘El Follonero’, nos introduce en ese portento de Cámara para
concluir (no él, sino los propios senadores) que allí no se hace absolutamente
nada, que es un lugar inútil, que no tiene razón de ser, pero donde sus
señorías –con minúscula– viven la mar de felices, sobre todo cuando se aproxima
final de mes. Te invito, si no lo viste en la tele, que vayas a ese genial
vehículo denominado Internet, que hallarás numerosos vídeos al respecto.
No comparto
la alegría del contenido de un correo que viene circulando desde hace bastante
tiempo acerca de si todos votamos nulo o blanco en estas próximas elecciones,
ese terrible gasto quedaría, ipso facto, suprimido. No creo que sea tan fácil.
Pero sí que constituiría un serio aldabonazo el que el porcentaje de papeletas
nulas fuera lo suficientemente importante como para iniciar el debate
pertinente. Y que los partidos políticos se pusieran las pilas. Es complicado,
porque ni siquiera aquellos minoritarios más reivindicativos quieren soltar la
teta. Aunque entiendo que no valdría la abstención. No, hay que acudir a las
urnas y depositar nuestra protesta más sonora, más que sea, como decía la
parienta, con la consabida etiqueta de Anís del mono.
Además, como
ya estamos conociendo los candidatos que presentan los diferentes partidos, te
habrás percatado de que no solo son los mismos sino que ya parten con un
equipaje bien repleto. Todos, casi sin excepción, ostentan una representación o
cargo público. Desde Alarcó a Abreu. Coalición Canaria siempre entra en la
segunda parte, pero no te preocupes, pondrá otro ‘peso pesado’.
Lo más
significativo, como casi siempre, es lo del PSOE (no se queda atrás el PP). Ahí
tenemos a Aurelio Abreu, perdedor por goleada en las elecciones del pasado
mayo, elevado a la vicepresidencia del Cabildo de Tenerife por mor de pactos
impresentables, con amplias ‘cargas’ (no te rías) de responsabilidad en
diferentes áreas, amén de las orgánicos en el seno de la formación política (en
plan gestor, ay que me troncho), al que le queda tiempo para querer ir a Madrid
de martes a jueves. No, no es jornada partida, es la habitual; la reducida es
ir el miércoles por la tarde y regresar el jueves a mediodía. Billete asegurado
y avión gratis.
En esto de
los candidatos a senadores estábamos, cuando persiste el culebrón Curbelo. Que
sigue callado. Ni que fuera bobo. A don Julio Cruz, delfín del susodicho, no se
le pasa por la cabeza el que se presente a las elecciones bajo otras siglas. ¿Y
no sería una idea compartida el crear la Asociación Socialista Gomera por si
acaso? Si la Federal cumple con su palabra (y no creo que ahora se eche para
detrás, aunque espectáculos mayores ya se han visto), el partido desaparece en
La Gomera y Casimiro será candidato, sí o sí, por esa nueva formación. En tal
caso, ¿a quién va a presentar el PSC-PSOE si no le queda a nadie? ¿Irías tú
mismo mismamente Julito?
Claro que es
doloroso que el partido no siga unido (dijo José Miguel). Causa mucho más que
dolor. Y las causas no vienen únicamente de la dicotomía gobierno-oposición,
como quieren sostener algunos, entre ellos el propio secretario general
canario. Es mucho más profundo, pero los unos por exceso y los otros por
defecto, la casa sin barrer. Y como la izquierda sigue sin saber ponerse de
acuerdo, más tarde o más temprano nos vamos a encontrar con un conglomerado
(echen una visual a ese cóctel que mentan como izquierda real o verdadera),
estilo Torre de Babel, en el que llegar a entenderse sería harto complicado.
Pero ese es tema para otro día.
Concluyo con
la sentencia de Arcadio Díaz Tejera: “Curbelo metió la pata y lo tiene que
pagar”. Por lo que sabemos, estimado aspirante a senador, ha debido meter algo
más. Y cuando la sacó (piensa lo que quieras), en lugar de guardarla
rápidamente, quiso presumir sacudiendo las vergüenzas (airear asuntillos de más
que dudosa reputación) y se expandió un mal olor impresionante. Repugnante.
Pasen, vengan
a ver el circo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario