La Virgen del
Socorro ya está tranquila en la parroquia de San Pedro. Así tal cual lo leí. Y
tendré que llamar al amigo Rafa para que me explique quién –o quiénes, vaya
usted a saber– la estuvo molestando. Sabíamos, por fuentes merecedoras y dignas
de todo crédito, que la susodicha había bajado a la playa, algo bastante normal
en verano, acompañada por un sinfín de noveleros (amén de fieles devotos),
incluido el propio alcalde, y había habido meneos, saltos y brincos. Lo normal
en toda supuesta romería que se precie. Pero si alguien la molestó, caiga sobre
él –o ella– toda la carga de la justicia divina, porque eso es pasarse. Un
respetito es muy bonito. Y si no sabes beber, quédate en casa viendo las
repeticiones del segundo canal de la autonómica.
Debe estar
asimismo muy molesta doña Belén Allende (no los mares). Porque allá en la
avanzadilla atlántica de este archipiélago nuestro, en la otrora isla del
meridiano, se ha consumado la moción de censura y tenemos otro presidente al
frente del cabildo. Se prometen recursos a mansalva porque los unos la estiman
legítima y los otros no. Que si son tránsfugas o que si tienen derecho a
recurrir su expulsión. Que si esta es con carácter inmediato o que cómo
demonios me van a echar antes de cometer el pecado. Consideraciones jurídicas
al margen, un servidor estima, y se pregunta, si son necesarios estos
espectáculos. Si es cierto, y no soy nadie para ponerlo en duda, de que los
herreños lo demandaban y se trataba de una cuestión de conciencia (alega el
señor Armas), ¿por qué esperaron dos meses y medio y no la llevaron a efecto al
día siguiente del de la sesión plenaria de constitución allá por el mes de
junio? Ya se sabe que es proclamado presidente el cabeza de lista de la
formación más votada. Pero ahora se tendrá por delante otros tres meses para la
puesta al día, y pendiente, claro, de lo que diga la Justicia, con lo que los
herreños habrán perdido más de medio año, periodo en el que solo ustedes, los
políticos, habrán visto satisfechas sus necesidades más perentorias.
Si se suman
estas expulsiones (me pregunto en qué situación queda el resto de la militancia
herreña que también apoyó esta moción) a las habidas en La Palma tras los
pactos en los diferentes ayuntamientos (ignoro la casuística de La Gomera en
las habidas en el anterior mandato), bonito queda el PSC-PSOE. Se está
deshilachando a marchas forzadas. Me van a tener que llamar para completar las
listas al Congreso de los Diputados (ya saben mi parecer del Senado), porque a
esta paso me dirán. Mientras, sigan presumiendo de la fortaleza del pacto a
nivel regional (CC-PSOE). Lo que me recuerda lo ocurrido en mi pueblo realejero
en el periodo 2007-2011: era más consistente que la estructura del molino de
agua. Ese, el que se fue al coño, y nunca mejor expresado.
Con este
panorama, nada me sorprende de que cada vez cojan más tortugas enredadas y
heridas. Bobas que son. Lo mismo que pretenden hacernos aquellos que dicen
representarnos, pero cada vez está más nítido que solo se representan a sí
mismos. Y en todo río revuelto, ya se sabe. Ya anda otra formación de escindidos
(SXTF) tendiendo una mano a don Alpidio (y su troupe), porque hay que reunificarse y tal y cual. Es un mercado de
fichajes que no dispone de los tiempos de los del deporte. No, aquí se está
permanentemente al acecho por lo que pueda caer. No se cierra, siempre abierto.
Da lo mismo estar aquí o allí, lo importante es estar. Ya sabes lo de los principios: pueden cambiarse a
conveniencia. Ocurre también entre NC y CC, quienes no se recatan en estipular
lo del mero interés electoral. Pero dejando claro –lo dice Román y no yo– que
las diferencias hoy por hoy siguen siendo insalvables. Caraduras. Y se suma al
espectáculo, o se sube al carro, el conejero José Dimas Martín, ahora líder (a
la luz, que no a la sombra) del PIL, quien cree que CC destruye el nacionalismo
para ‘nutrirse’ de los restos. Entre carroñeros anda el juego. Aprendan del
ejemplar que puse ahí al lado en este blog.
Menos mal que
este pasado fin de semana, para alegrarnos un fisco, vino Mariano Rajoy a Gran
Canaria para hablarnos de su proyecto, y allí, en el denominado Foro por el
empleo, aparte de no concretar, como siempre, absolutamente nada (es una
sorpresa que prefiere guardarse por si llega a La Moncloa este hombre
dicharachero, jovial y con un déjame entrar que…), nos espeta que el mismo (el
proyecto) necesitará de la participación y el apoyo de todos. Menuda novedad. Y
pedirá ayuda a los bancos. ¿Para? O sea, más de lo mismo.
¿Crees acaso
que con estos mimbres puede estar uno confiado ante lo que se avecina?
¿Entiendes el porqué sigo confuso? Gracias, sabía que me entenderías. Voy a dar
una vuelta a ver si se me quita. Vuelvo en un rato. No me censures por ello. No
te aproveches de mi ausencia momentánea.
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