No hemos
tardado demasiado en buscar todos los peros posibles al comunicado emitido por
la banda terrorista ETA. Uno puede –y debe– ponerse en el pellejo de los
familiares de los que han sufrido las consecuencias de sus atentados, de sus
chantajes, de sus extorsiones. Pero flaco favor están haciendo los medios de
comunicación (aquellos que constitucionalmente están obligados a difundir
informaciones veraces). Tanto que me avergüenzo confesar no saber a qué
demonios juegan. Y más se me revuelven las tripas con los políticos que no
esperaron diez minutos para el lanzamiento de las diatribas de rigor. Como no
podíamos ser menos en estas Canarias nuestras, el ínclito bocazas, arribista,
aprovechado, trepador y más y más llamado Javier Abreu, secretario de algo indeterminado
en una de las tantas ejecutivas del partido socialista, arremete contra el
partido popular en una soflama que no hay por donde cogerla, sin que el
vicepresidente del Gobierno haya sido capaz de llamarlo a capítulo. Como él
(Javier) accedió de rebote al ayuntamiento lagunero, aupándose nada más y nada
menos que a la primera tenencia de alcaldía, cree por (de)méritos propios
hallarse legitimado para impartir lecciones. Deleznable su comportamiento.
Y con el
apoyo del PSOE, la televisión autonómica (atinómica, según López Aguilar) sigue
erre que erre con sus planteamientos informativos. Dado que el volcán herreño
se ha gufiado (lo expliqué ayer),
ahora cogieron la cantinela de cantar las excelencias de haber sido los
primeros en todo (y más). Y te lo explican con imágenes en un helicóptero, en
una avioneta, en un barco o con varios unidades móviles distribuidas por
diferentes puntos de la minúscula isla. Manifesté lo del apoyo del PSOE, porque
si este partido no ejerciera tareas de gobierno y, por ejemplo, Juan Carlos
Alemán no estuviera enchufado en la Audiencia de Cuentas y Gloria Gutiérrez no
fuera directora general, a buen seguro que las declaraciones por el despilfarro
hubiesen sido la tónica dominante. Estas veleidades en los procederes políticos
son los que reafirman la imbecilidad de los que los soportamos.
Mientras los
dispendios del párrafo anterior se suceden, los recortes hospitalarios han
alcanzado tales extremos que hace unos días nos espetaron unos datos bastante
significativos: más de la mitad de los que vivimos en Tenerife no hemos nacido
aquí. Me apunto a la teoría de Morgan, dibujada en Canarias7. Ahí la tienes.
Está la Sgae
en una campaña informativa tremenda. Raro es el día que no reciba un comunicado
en el que me señalan lo mucho que están haciendo ahora. Me indican que tenemos
un nuevo local en Las Palmas, en el que parece van a ubicar a Caco Senante. ¡Ah!,
y parece que se jactan de la eficacia habida en la recaudación y en el reparto.
Como ustedes, estimados ojeadores, saben de mi reclamación (batallita) por
cierta grabación de un grupo folclórico, que incluye varios temas del menda, a
la que no han prestado el más mínimo caso, proclamo solemnemente que debe ser
cierta la agilidad para recaudar, pero no parecen ser tan efectivos para
distribuir o repartir lo que corresponde a los asociados. Debo, pues, creer en
la justicia y hacer mías las sospechas de los jueces acerca de los tejemanejes
de Bautista y compañía.
Bastante
rentable le salió a cierto periodista el que lo echaran de la Cadena Ser (Radio
Club Tenerife). Parece la caja del turrón. Antes sabía de todo. Ahora, ni te
cuento. Está las “24 horas” del tingo al tango. Como uno ya está algo mayor, y
dejó atrás la etapa de los alimentos benjamines, deduce que la leche debe estar
cara. Más explícito no puedo ser. Tú obligación no es solamente la de echar una
visual a Pepillo y Juanillo. Tienes, además, que leer una docena de periódicos,
escuchar tres o cuatro emisoras de radio y analizar en profundidad, como
mínimo, media decena de telediarios (en sus tres –o cuatro– sesiones). No
hacerlo significa, llana y simplemente, no estar legitimado para emitir
opiniones. ¿Tú no ves Telecinco o qué?
Feliz fin de
semana.
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