En esto de la
crisis estábamos cuando llegó Paulino Rivero, el adorado tormento de El Día, y
dijo que “tener un trabajo público y fijo que garantice un sueldo es hoy un
privilegio”.
Pues no,
estimado colega del gremio docente, trabajador público y fijo. Mi diccionario
–no sé el tuyo– señala que privilegio es la exención
de una obligación o ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión
de un superior o por determinada circunstancia propia. Y ni uno solo de los
trabajadores públicos en los que tú pensabas ha accedido a su puesto por algo
de eso que está en cursiva. Todos, absolutamente todos (maestros, profesores,
médicos, funcionarios en cualquiera de las administraciones públicas, jueces…)
tuvieron que pasar un proceso selectivo que les condujo a ese estado gozoso del
bienestar que tú pintas maravillosamente, mi querido presidente.
¿No crees,
acaso, que lo de las ventajas y concesiones están mucho más cercanas a tu
círculo que a la de estos disminuidos o congelados salariales? Di en todo caso
que tenemos la suerte de estar aún cobrando (hasta que Mariano dicte lo
contrario, que todo se alcanzará), pero no manifiestes alegremente lo primero
que se te ocurra. No todos (algunos médicos sí, según tú) tenemos la oportunidad
(¿el privilegio?) de poder llevar dos sueldos sustanciosos a casa cada final de
mes. No es saludable jalear (ni con menta) en una comunidad, como la nuestra,
con un porcentaje de parados que roza el escándalo. Ni presumir que vamos muy
bien porque hemos comenzado a recortar en 2008. Pues no se nota gran cosa, qué
quieres que te diga.
Y voy a
callarme ya, no sea que Rajoy te remita el encargo para comunicarme que debo
seguir en el congelador otra temporada. O suprima Mundo Senior. Qué dilema,
tendría que dedicarme a la política.
El segundo de
a bordo, vicepresidente gubernamental canario y consejero de Educación, a la
par que Secretario General de lo que resta de los socialistas canarios (a la
espera de la refundación de la izquierda), se ha nombrado único responsable de
los malos resultados electorales en las islas el 20-N. Échame a mí la culpa de
lo que pasa… Es la segunda ocasión en que nos relata idéntica letanía, pues ya
en mayo próximo pasado hizo tres cuartos de lo mismo. Pero como en aquel entonces
le fue meridianamente bien (solo hay que observar el organigrama del Ejecutivo
canario), no le importa lo más mínimo recurrir a estas demagogias baratas. Como
ello no supone mayor peligro (los que quedan están todos bien colocados),
esperaremos pacientemente porque las aguas turbias nacionales coparán las
portadas y tendrán entretenido al personal. Mientras, se dirán, subsistiremos
con estos míseros sueldos, públicos pero ni siquiera fijos. ¡Ay!, Paulino,
perdón, José Miguel, que todo se copia. Y si alguno está pensando pactar con el
PP, que se vaya olvidando porque… Ño, fuerte ataque de risa me entró.
Siguen
sumándose voces que fomentan la necesidad de que el futuro puerto deportivo y
comercial que haremos en Puerto de la Cruz a comienzos del siglo XXII o XXIII,
año arriba, año abajo, tenga un enlace directo con La Palma. Hay quienes basan
su petición aprovechando que pasaron por Garachico y observaron que aquello era
demasiado pequeño para que operara Fred Olsen (hombre, si leí catamaranes, ya
me dirán). Y este ignorantón perdido, al que le encanta viajar a y entre las
islas, siempre que la crisis, los mercados y la prima lo consientan
–fundamentalmente en barco–, se cuestiona de dónde vamos a sacar tanta gente
para tal novelería. Y si, de otra parte, vamos a suprimir las líneas desde
Santa Cruz y Los Cristianos. Ya de paso nombramos a Antonio Castro como
presidente de la Autoridad Portuaria (después del debate interno de CC, por
supuesto, y posterior refundación) y le ponemos la sede en la capital de su
isla. Que aproveche las tardes para echarse el cortadito con Jerónimo en la
Villa de Mazo.
Dicen que es
en las épocas de crisis cuando se agudiza el ingenio. No atisbo yo que eso sea
mínimamente cierto. O tendré que esperar. Ya que en Canarias tenemos una hora
más para pensar, lo mismo me sorprenden.
Como decía Juan, ‘el
palomo’, adiós esteee…
Exactamente, Jesús, los privilegiados nos llaman privilegiados. Lo que hay que aguantar.
ResponderEliminarUn saludo