Comenzó la
campaña electoral y ahí tenemos colgando de las farolas un montón de dinero.
Del que ningún político manifiesta absolutamente nada y cuyo importe no forma
parte de la tan cacareada crisis ni está sujeto a los dictados del mercado, a
la prima de riesgo y a la madre del cordero. Se lleva la palma, y con abultada
diferencia –solo en lo observado en mi pueblo–, la tropa de CC, con sus cabezas
visibles (ignoro si pensantes) Ana Oramas y Ricardo Melchior.
Mientras las
encuestas siguen batiendo récords y demostrando que jamás nadie sin hacer
absolutamente un carajo había llegado tan lejos, comienzan a proliferar las
paridas de rigor. Todos deberían aprender del líder mejor situado que ha
alcanzado elevadas cotas sin pedalear lo más mínimo. No piensa variar de táctica
y durante toda la campaña no contestará ni una sola pregunta que se le haga.
Los periodistas deberán abstenerse porque ya todo está escrito en las 214
páginas. En el futuro no tan lejano, los profesores de 2º de bachillerato lo
tomarán como modelo para instruir a los alumnos que vayan a hacer las pruebas
de acceso a la universidad. Será la guía perfecta para que rellenen abundantes
hojas en los exámenes sin necesidad de comprometerse lo más mínimo, no dejando,
por lo tanto, margen posible para el error. Paja se decía antes. Ahora no sé.
Don Javier
González Ortiz es el consejero de Economía, Hacienda y Seguridad del gobierno
canario. Y ha dicho que los recortes en determinadas áreas son justos y
necesarios. Los de Sanidad quedan fuera de toda duda y como la responsable de
la materia es parte de la cuota socialista en el Ejecutivo, que le den (tortas
a ella). Puede que a este paso haya que inaugurar unas dieciocho veces más el
Hospital del Norte, ese al que ya ponía la alfombra hace unos días el presidente
del Cabildo. Ya saben ustedes que cuando una obra se eterniza, cortamos una
cinta cada vez que ponemos un bloque nuevo en cualquier pared. Las tijeras serán
portadas por Aurelio, mientras Alarcó, bien ubicado a la diestra, también
saldrá en la foto sosteniendo la bandera (canaria, por supuesto, por la del
pacto con el CCN).
El Partido
Popular, al igual que ocurrió con Camps, no quiere que le estalle ningún
volador durante la campaña (no sea que Mariano se asuste), y ha obligado a
Esteban Bethencourt a que acepte su culpabilidad y evitar el juicio. Quien
fuera largo tiempo alcalde de Gran Rey en La Gomera, de la mano de CC, ha sido
condenado a un año y medio de prisión y otro tanto de inhabilitación absoluta.
No deberá hacer acto de presencia en Tenerife II por aquello de no haberla
pisado antes (yo sí estuve una vez durante toda una tarde). Y con respecto al
resto de la condena, el propio fiscal solicitará que el gobierno lo indulte, en
la esperanza de que sean los populares los que tomen las riendas de este país a
partir de bien poco. Como la propia Cristina Tavío reconoce que accederán a la
poltrona por lo mal que lo ha hecho Zapatero y no por méritos contraídos, el
gomero lo tiene a huevo y mañana estará por ahí riéndose una vez más. Parece
que las (malas) acciones de los políticos son mucho más benévolas que las
(malas) acciones de cualquier otro ciudadano. Es un botón más de lo que podemos
denominar ejemplaridad.
El debate,
que no será tal, nos costará algo más de quinientos mil euros. Una mezquindad
apenas. No he escuchado a Esperanza levantar la voz para que traspasen esta
cantidad a los colegios (aunque sea concertados) de su comunidad. Ni a José
Miguel para cubrir varias bajas de las que se producen durante el curso. Ahí
los dejo con Rubalcaba y Rajoy hablando de sus cosas. Fíjense bien en las manos
y escriban ustedes el diálogo entablado. A un servidor le parece que Alfredo le
espeta en la última: ¡Toma, por aquí!
Feliz fin de
semana.
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