No pude
entrar ayer (razones técnicas se me indicaba) en la hemeroteca digital de la
Universidad de Las Palmas (http://jable.ulpgc.es),
así que dejo las crónicas, que versan de Florencio Sosa Acevedo, aparcadas por
unos días, pues necesito realizar unas consultas por si hallo los escritos que
el susodicho dehesero escribió en La
Prensa y que dieron lugar a unas interesantes réplicas con las que otro
maestro le contraatacó en el diario católico y órgano de las derechas, La Gaceta de Tenerife, allá por 1929 y
1930.
Les anticipo,
asimismo, que, tras el vaciado oportuno, estoy en la fase de elaboración de
algunos álbumes web que Picasa nos permite hacer públicos, para darnos un salto
hasta la costa tarraconense (Salou). Y que iremos insertando en Pepillo y
Juanillo (II) a medida de que vaya concluyendo la selección. Son los
inconvenientes de estas cámaras que te permiten ‘cienes y cienes’ de
instantáneas sin necesidad de tener que llevarlas a revelar. ¿Te acuerdas cuando
los ‘rollos’ de 36 eran el no va más? ¡Ah!, y menos mal que PortAventura estaba
bajo mínimos, que si no todavía estuviese ‘arrullándome’. Novelero que es uno.
Ayer, día 22,
estuvimos toda la mañana escuchando la tradicional melodía navideña. Esa que une
números y euros. La que permite a los directores de todas las sucursales
bancarias darse unos garbeos a la caza y captura. La ‘suerte’ quiso esta vez
señalarnos que no es menester realizar excursiones por las archiconocidas
administraciones, pues el gordo se fue a una pequeña población de Huesca.
Parece que correspondía este año hacer ver que el cálculo de probabilidades es
mucho más complicado que adquirir el décimo en la ayer mentada doña Manolita. A
un servidor, ni aunque le pase el rabo cualquier gato negro. Lo mío es La
Primitiva por razones evidentes de la edad.
En la fecha
señalada también tuvo lugar el juramento de los nuevos ministros. Vi en la tele
cómo se equivocaban algunos, a pesar de que le pusieron delante de sus narices
un papel, con letras bien gordas, diferente para cada uno. No fuera que el de
Turismo fuera a decir Educación y el de Economía se trabucase con Agricultura.
Luego vino el intercambio (o entrega) de carteras. Acto protocolario en el que
uno se percata de lo poco que hacen, pues el famoso maletín está siempre
inmaculado, sin una mísera raspadura. Parece ser que el primer paso que van a
dar todos (comenzando por el pie derecho, faltaría más) es el de ir tapando
agujeros. Expresión que también utilizan, hasta la saciedad, todos los
afortunados en el mentado sorteo navideño. Por lo que deduzco que las paredes
de sus casas deben estar como el país, es decir, con una cantidad significativa
de desperfectos y desconchados.
El próximo
día 30 (me tendré que ir para La Gomera que el periódico llega un fisco más
tarde) comenzaremos a ‘sufrir’ medidas. Y el Ejecutivo se escudará (lo tiene bastante
fácil) en lo mal que dejó Zapatero el chiringuito. Los globos sondas se están
lanzando en Cataluña y aterrizarán, inexorablemente, en Madrid dentro de bien
poco. Y de ahí, a través de la T4, el resto del territorio patrio en un pispás.
Desde Lisboa, flanco occidental, se nos indica el camino a seguir. Hay que ir
al médico con la cartera y el monedero en la boca. Temo por Mundo Senior. O a
lo peor no. Lo mismo incrementan las plazas porque mientras se viaja no hay
momentos para enfermarse. No nos da tiempo. Uf, qué dilema.
Bueno, mañana
es Nochebuena y pasado Navidad. Iba a empezar el régimen este miércoles pasado,
pero lo dejaré para el 31. Creo que va a ser obligado. Y como el día siguiente,
1 de enero, arranca un nuevo año “Mariano”… En fin, sean felices.
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