miércoles, 21 de diciembre de 2011

Un entusiasta dehesero (3)

Doloroso resulta ver en el Cementerio tanta vanidad. Ricas y esmeradas habitaciones para guardar despojos miserables de nuestra existencia: eso nos espera, a algunos, al borde del sepulcro. A otros nos espera en plena vida el triste receptáculo de una cueva o algo parecido, que bien pudiéramos llamar cementerio de los vivos y ante el cual debiéramos consternarnos más que ante la morada silenciosa de los muertos.
Las lágrimas humedecen nuestros ojos y abundantes las derramamos sobre el yerto cadáver que albergó una vida... Y lloramos porque un ser querido se apartó de nosotros para siempre. Edificamos tumbas de piedra o mármoles para que sus huesos reposen tranquilos y adornamos sus sepulcros con flores, cintas y mil vanidades.
Antes de la muerte, en la vida, en esa vida en que luchamos todos, unos contra otros, sin escrúpulos, cuando necesitamos algo que alivie y haga llevadera nuestra existencia, únicamente obtenemos el desengaño de vivir solos con nuestras penas. ¡Qué contraste! En la vida nos dejan solos y después nos van a hacer compañía al borde de los sepulcros...
Un ruego para cuando me toque morir. Poned el ataúd que contenga mis despojos en una zanja abierta en la tierra; tapadlo con tierra; clavad una simple cruz, sin mi nombre. No merece más el cuerpo humano. Acordaos del alma, del espíritu, que soy yo. Acordaos de "mí", no de mis despojos que se convertirán en polvo, en nada, porque "yo" vivo... Y pensad en "mí" en silencio, lejos de la multitud que acude al Cementerio llevando productos industriales para adornar nuestra podredumbre... No me hagáis habitación de piedra o mármol que yo no "vivo" allí; mis huesos estarán fríos, pero no sienten frío... No hagas nada en memoria mía en que tenga que actuar tu cuerpo, porque yo soy espíritu y sólo necesito de tu espíritu en oración...
El importe de esa habitación que habíais de construir sobre mi última morada, inviértelo en una vivienda para ti o para tus semejantes; lo que hubieses de gastar en adquirir un ángel de muda piedra dalo para obras buenas convirtiéndote tu en ángel, porque ángeles de piedra, mármol, bronce... hay muchos sobre la tierra.
Los que abandonaron este mundo solo piden oraciones. La Iglesia se enluta y ora. Imitemos a la Iglesia y prescindamos de esas otras vanidades que se ven en los cementerios en este día y que tan poco gratas deben de ser a los muertos.
Florencio SOSA ACEVEDO. Puerto do la Cruz, Noviembre 1928.
En noviembre del año siguiente aparece este ilustre dehesero como padrino de bodas en Gaceta de Tenerife, 16 de noviembre de 1929, página 3
Ecos de Sociedad. Bodas.
Ha contraído matrimonio en el Puerto de la Cruz con la señorita Rosario Cabrera Abrante, el joven don Domingo Sosa Carballo. Fueron apadrinados por la señora doña Manuela Martín y por don Florencio Sosa Acevedo. Deseamos a los contrayentes muchas felicidades.
Finalizamos la década de los veinte con una nueva velada (escolar) en el Casino, cuyo programa se recoge en Gaceta de Tenerife, 8 de diciembre de 1929, página 9:
En el salón de espectáculos de la entusiasta sociedad Valle de Taoro, del barrio de las Dehesas, en el Puerto de la Cruz, se celebrará hoy, domingo, día 8 del actual mes, una interesantísima velada.
Los números de esa fiesta estarán a cargo de un Cuadro artístico formado por las niñas, niños y jóvenes de las escuelas de dicho barrio.
El líquido de lo que se recaude se destinará a los niños de la escuela. Interesa, principalmente, que asistan los padres y las madres de los niños.
El orden del espectáculo es el siguiente:
Primera parte
1. “Sobre Cultura elemental”, por don Florencio Sosa Acevedo.
2. Explicación acerca de una pequeña sociedad, creada en la escuela de niños.
3. Saludo y presentación de los ‘artistas’, en verso, por el niño Pedro Díaz Villar.
4. “¡Sin pan y sin escuela!”, boceto dramático, escrito expresamente para esta velada por don Florencio Sosa Acevedo. Reparto: Lolita, Manuela García Yanes; Carmita, Rosa Martín Díaz; Clara, María Luisa Estévez Luis; Rosita, María de los Ángeles García Delgado; don José, Maximiano Yanes Cabrera; Antonio, José Manuel Alonso Pérez; Emilio, Francisco Afonso Pérez; Juanito, Pedro Afonso Pérez; Felipe, Patricio Abrante Martín; Fernando, Ángel Barroso Abrante; Serafín, Miguel Hernández González; Julián, Manuel García Delgado.
5. “El chico de la escuela”, poesía de Ángel Acosta, por Julián Fernández Calzadilla.
6. “El niño desamparado y la Caridad”, diálogo. Reparto: Caridad, Paulina Luis. Abreu; Niño, Pedro Afonso Pérez; Ángeles, las niñas Blanca Bravo y Candelaria Acevedo.
Segunda parte
7. “Las dos grandezas”, diálogo, de Campoamor. Reparto: El Rey, Antonio González Bravo; Diógenes, José Ruiz Calzadilla.
8. “Un sueño”, poesía de Juan de Bustamante, por Maximiano Yanes Cabrera.
9. “El santo de chaqueta y pantalón”, comedia. Reparto: Antonio, Francisco Hernández González; Basilio, Casiano Amador Pérez; Camilo, Pedro Díaz Villar; Diego, Domingo González Bravo; Evaristo, Elías Amador Pérez.
10. Lectura de varias poesías, por don Florencio Sosa Acevedo.
11. “Las andanzas del churro”, comedia de Manuel Graña. Reparto: Churro, José Ruiz Calzadilla; José, Lorenzo García Cabrera; Rafael, Pedro García Linares; Ramiro, Antonio González Bravo.
12. Resumen del acto, por D. Sabas Pérez Correa.
Bueno sería leer y releer por si nos ‘pega’ algo. Qué pena de institución (Sociedad Valle de Taoro). Quién te ha visto y quién te ve.
Cuánto le gustaría a un servidor que alguno de mis lectores extendiera estos apuntes entre aquellos que puedan guardar relación con ese núcleo poblacional de Puerto de la Cruz. Y si posible fuera que familiares directos de los hasta ahora nombrados ‘presumieran’ de lo mucho que se hizo en el barrio en la década referenciada (y en la siguiente, que será tema de otras próximas entregas), quizás despierte conciencias dormidas. Otra vez digo –escribo–: ojalá.
Déjenme unos días para poner en orden el resto, que versará, prioritariamente, de la faceta reivindicativa de Florencio Sosa y de sus ‘tropiezos’ con los gobiernos del entonces. Hasta entonces.
(continuaremos)

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