Sofía Loren, que no estaba muy mal ‘retribuida’, allá por 1957, recibió cierto homenaje en el restaurante Romanoff's, de Beverly Hills, y otra actriz, estadounidense ella, Jayne Mansfield, se presentó en la cena algo más ‘esplendorosa’ que la distinguida, y, claro, surgió alguna mirada hacia las partes mostradas que de haberla llevado a cabo, por ejemplo, este que teclea estas mal hilvanadas letras… Sigue tú.
De ahí el titular con el que iniciamos otra semana de este mes de enero que ya guía sus pasos por la segunda quincena. Parece ser que la envidia es uno de los denominados pecados capitales (apetito desordenado que es fuente o principio de otros). Y en ese deseo por algo que no se posee, creo deba estar el origen de esta crisis que padecemos. Como lo fue en el pasado y me temo que en el futuro no nos irá mucho mejor. Porque somos como somos y no le demos más vueltas. Creo que la expresión de la cara de la actriz italiana lo deja meridianamente claro.
El señor Arias Cañete, uno de los dirigentes del PP que más patrimonio tiene declarado (del otro nadie dice nada), flamante ministerio de casi la triple A (Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente –media A–: sumen y sale 2,5 –no sé de qué nos quejamos en la calificación que nos dan las agencias de rating–, a saber, casi tres, ¿o no?), nos ha prometido una muy profunda reforma de la Ley de Costas. Lee bien, muy profunda; irá, pues, mucho más allá de la orilla, tanto que los cien famosos metros serán a partir de ahora mar adentro. ¿Lo cogiste, Algarrobico? Cuando haya algún meneo en cualquier renglón de la exposición de motivos, ya verás cómo saltan los ecologistas con sus verdes protestas. Y eso es envidia cochina.
Me preguntan, a veces, por qué no me apunto a un crucero maravilloso de esos que van por al ‘tranquilo’ Mediterráneo. Me imagino que hubiera podido ser en el Costa Concordia. Y ya tú ves, jamás he sentido envidia de esas extraordinarias travesías con mucho lujo a babor y estribor. Y menos mal, porque también se escoran, tú. Con el calado (profundidad que alcanza en el agua la parte sumergida de un barco) y puntal (altura de la nave desde su plan –parte inferior y más ancha del fondo de un buque en la bodega– hasta la cubierta principal o superior) que tiene un bicho de esos, quita pa´llá. Prefiero escorarme yo solito con buen vaso de vino. Ni comparancia.
El Benchi Express deja de prestar servicio el próximo 1 de febrero. Ya entiendo el porqué está tan descuidado. Y yo, envidioso perdido, haciendo críticas de lo mal que me pareció hace unos días. Nada, la próxima vez iré en coche.
El pasado viernes, el Consejo de Ministros dio un ultimátum a los agentes sociales: o se ponen de acuerdo y presentan una propuesta o actuamos nosotros vía decreto. El sábado manifestaba UGT: “Sigue habiendo tiempo para la negociación”. Al tiempo, CCOO (leerse: ce, ce, o, o): “En dos días no hay tiempo para pactar una reforma”. ¿No creen ustedes que Soraya –and company– siente sana envidia de la unidad de criterios de los sindicatos y pretende acaparar méritos?
Tras el guirigay en torno a una residencia de ancianos en Tías (Lanzarote), comienzan a aflorar otros comentarios en torno a lo mal que lo hacen las demás. Le correspondió el turno a la del Padre Antonio en Las Dehesas. Lo leí en uno de esos digitales que lanzan exclusivas temerarias, mientras el resto de medios permanece en un prudente compás de espera. A la envidia debemos unirle el afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas (avaricia) que nos entra cada vez que atisbamos la posibilidad de sacar tajada. Puedes, si te place, ubicar ahora todos lo ejemplos que se te estén pasando por la cabeza. Y si quieres más, acude a cierto programa de la Televisión Canaria (el de un tal Roberto, más impresentable él que la gente –nuestra gente, alega– que acude a contar sus intimidades) y te culturizas un fisco, ignorantón perdido.
El Vicepresidente del Cabildo Insular de Tenerife se lamenta amargamente de las carencias del Hospital del Norte. No sé si su queja guarda relación con la toma de posición ante el inminente congreso de su partido, pero parece olvidar Aurelio que en Canarias (y en Tenerife) existe un pacto de ‘gobernabilidad’ entre el PSOE y CC. Y aunque, todo así lo indica, las relaciones entre Melchior y Rivero no pasan por los mejores momentos, corresponderá, en todo caso, al otro socio hacer todo lo posible para que los atrasos dejen de serlo. Y no hace falta remontarse muy atrás en el tiempo para airear declaraciones en prensa, radio y televisión. Si el (es)tupido velo no te deja ver mucho más allá, síntoma es, estimado Yeyo, que la edad de jubilación no está demasiado lejos. Y te puedo asegurar que por ahí, envidia ninguna.
Hasta mañana, apreciados míos.
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