Siempre a salto de mata, sin mayores pretensiones (solo dar a conocer botones de un muestrario que permanece abierto), van unos nuevos trazos, ya relacionados directamente con la faceta política (¿sindical?) de Florencio, y que constituyen, insisto, meras puertas por las que deberán asomarse quienes pretendan profundizar es estudios de mayor empaque.
Comenzamos la andadura con Gaceta de Tenerife, correspondiente al 9 de abril de 1931, en la que leemos:
Vida judicial. Juicio para hoy. En la mañana de hoy se celebrará ante el Tribunal de Derecho, de esta Audiencia, la vista de la causa incoada en el Juzgado de la Orotava, por el delito de inducción y provocación a la rebelión, contra Florencio Sosa Acevedo.
El Ministerio Público, que en el acto del juicio estará representado por el fiscal, señor Gonzalvo, en su escrito de conclusiones dice, que el día 2 de Noviembre de 1930, el procesado Florencio Sosa Acevedo, suscribió un artículo con el seudónimo "Mario Lázaro", en el número 13 del periódico "Decimos..." del Valle de la Orotava, cuyo artículo lleva el título de' "Movimiento republicano", de cuya edición se ocuparon seis ejemplares.
Califica dichos hechos como constitutivos de un delito de inducción y provocación a la rebelión por medio de la imprenta, apreciando la concurrencia de la circunstancia agravante de publicidad por la imprenta del artículo 68 del Código Penal.
Solicita se le imponga la pena de 4 años de prisión y 4 años de inhabilitación especial para cargo público y pago de costas.
La defensa del procesado estará a cargo del letrado señor Cerviá.
Dos días después (11 de abril de 1931) y en el mismo periódico (Gaceta de Tenerife):
Juicio suspendido.
Por enfermedad del abogado defensor se suspendió la vista de la causa señalada para celebrarse el jueves último, por el delito de inducción y provocación a la rebelión, contra Florencio Sosa Acevedo.
Queda lanzado el primer envite, pues en mi hemeroteca particular (Jable) no me aparece la resolución de este conflicto. Fijémonos en las fechas. Se aproxima el advenimiento de la II República y Florencio accede meses después a la alcaldía portuense. Y la vida debe seguir asimismo con sus actividades privadas (ver siguiente información):
Gaceta de Tenerife, 7 de enero de 1932:
Don Florencio Sosa Acevedo, vecino del Puerto do la Cruz solicita autorización para practicar trabajos de alumbramiento de aguas en terrenos de propiedad privada en la margen izquierda del barranco de Pedro Alvarez, situados en el término municipal de Tegueste, con arreglo al plano que acompaña a su instancia.
Tras ocupar el puesto de alcalde en Puerto de la Cruz, se inicia un interesante debate epistolar (periodístico) con don Isidoro Luz Cárpenter, quien fuera, asimismo, alcalde de dicha ciudad en diferentes ocasiones y a quien Florencio sustituyó con la proclamación de la Republica en 1931. Que se inicia en Hoy (6 de octubre de 1932) y que nos traslada a una época convulsa en la que los nervios (políticos) afloraban con una facilidad pasmosa:
Con motivo de una campaña
Hemos recibido la siguiente carta:
Sr. Director del diario HOY, Santa Cruz de Tenerife.
Muy señor mío:
Agradezco a usted dé cabida en el diario de su digna dirección al escrito que le acompaño por lo que obligado y reconocido s. s. s. que atentamente le saluda, Isidoro Luz.
En el periodo pre-electoral, fui objeto de la campaña personalista del Sr. Sosa Acevedo y sus secuaces, en la que se llegó a extremos de verdadera significación anti-política y de un firme propósito de descrédito hacia mi persona, campaña que continuó el señor Sosa Acevedo desde el puesto que hoy ocupa y que hizo pública en hojillas lanzadas al pueblo, carentes de todo principio ciudadano, educativo, y llenas por el contrario de falsas apreciaciones.
A esta manera poco correcta de proceder y para todo aquello que él tildaba de ilegal, le respondí con un articulo inserto en el semanario “Control”, correspondiente al número 29, y que transcribo:
(Seguiremos en una próxima ocasión)
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