Recién
finalizada la feria de Sevilla (ya saben que este año se adelantó), en la que
Mariano Rajoy, sin necesidad de montar jaca andaluza alguna, hizo el paseo
triunfal cual avezado jinete –chacho, estuve a punto de escribir Curro Jiménez–,
nos hallamos ante un placentero panorama (hasta el 26 de marzo). Una vez
concluya el proceso electoral de la comunidad autónoma situada más al sur del
territorio peninsular, continuaremos prestando sumisa atención a lo que la
señora canciller estime conveniente dictar, para general regocijo de los que
aún tienen –tenemos– un sueldo, aunque bastante disminuido, a final de mes. Ya
saben, si hasta ellos dicen que esta reforma no va a crear empleo, ¿para qué
esperar a que llueva más?
De soslayo
pasó por el congreso popular la dimisión del presidente alemán. No obstante, admite
el presidente que puede existir algún desliz (estilo Camps), pues el factor
humano no puede ser desligado de la faceta política (lo contrario de lo que
pregona el editorialista en sus diatribas contra Paulino), pero que no van a
permitir corrupción alguna. Y se quedó más ancho que un percebe de su tierra.
Hablaremos con todo el mundo, buscaremos consensos, estaremos abiertos… Y en
las sedes de UGT y CCOO se estremecieron las tumbonas en las que suelen descansar
–o echar la siesta– los Toxo y los Méndez.
Un servidor
entiende que podemos presumir de políticos que leen bastante bien. Ya me quiero
imaginar la legión de escribanos que deberán seguir los pasos de Rajoy, aunque
tampoco deberá ser muy costoso planificar los discursos porque si te fijas
bien, sea de carácter orgánico, sea de índole institucional, siempre dice lo
mismo, a saber lo contrario de lo que aseveró la semana anterior. Nada debe
sorprendernos de que ya alabe la última reforma de Zapatero. Lo que sí me llamó
poderosamente la atención fue localizar el vídeo blog del presidente: http://www.rajoyenaccion.com. Hombre,
lo de Rajoy en acción será una broma. Por cierto, ha ordenado abrir una
investigación para comprobar qué demonios pasó con el 2,44% de los
compromisarios. Y es que no parece de recibo que ‘solo’ el 97,56% haya votado
su reelección. Como tranquen a los que se les ocurrió ir a mear en ese preciso
instante, los nombran altos ejecutivos de cualquier empresa pública, eso sí,
con un sueldo tope de 105.000 euros; como el tuyo y el mío, por ejemplo.
Don Esteban
González Pons, el eclipsado, sigue, ahora muy de vez en cuando, soltando alguna
guinda. Habiendo comprobado que no va a alcanzar ese número de puestos de
trabajo prometidos, se nos ha enredado ahora con la denominación de ‘cristiano’
(no refiriéndose, precisamente, al jugador madridista), y cuando se
percató de su enésima metedura de pata,
a intentar sacar el cogote del agujero con lo de que la palabreja no tiene
connotaciones religiosas. Mire usted, señor vicesecretario de no sé qué, si
supiera que es lector del gran Pancho Guerra, lo mismo podría entender que sabe
de qué van los cuentos de Pepe Monagas. Pero me temo que no. Es más, es probable
que ni siquiera Cristina Tavío pueda ayudarle en estos dejes muy nuestros.
¡Ay!, cristiano, suba y echamos una parrafiada.
No creo hayan
cambiado nada en los Estatutos, pues mucha falta no debe estar haciéndoles. Lo
expreso por lo de volver a retransmitir las corridas de toros. En cualquier
horario, pues la televisión pública alega en sus descargo que como las privadas
no respetan lo de la protección de los menores, ya saben, a llorar a la plaza.
Es decir, romper cristales no está bien, pero si tu vislumbras a cualquier
loqueta a la pedrada limpia, veda abierta para el lanzamiento de proyectiles.
Así no me extraña el que coloquen, verbigracia, una placa en una calle y esa
misma noche desaparezca.
Y acabo, ya
que hice esta ligera incursión por tan procelosos caminos (y callejuelas). En
la última crónica de alabanza a lo bien que lo hizo el alcalde de mi pueblo
(también del PP, pero es mera casualidad), se puede leer que se notó la
ausencia del alcalde de Puerto de la Cruz, don Marcos Brito. Meridianamente
claro, señores articulistas. Cuando el susodicho está, qué quieren que les
diga, se nota. Y cuando no, también, y mucho. ¿No vino Ledesma? No, no, por
nada; para compensar quizás.
Esta tarde el
coso de Los Realejos. Pásenlo bien. Y moderación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario