Pasa el
tiempo, cumplimos años, nos hacemos mayores (hasta los cuarenta, luego entramos
en cuarto menguante) y… cada día sabemos menos. Es tal la avalancha de
información que nos llega por los más diversos canales, que estamos saturados.
Te pones a leer la prensa, por ejemplo, y acabas sumergido en un mar de
confusiones. Ayer lunes me correspondió, entre otras menudencias varias, echar
una visual a dos entrevistas.
La primera,
en El País, a Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea. Y uno se
alegra de que los españoles ocupen altos cargos de responsabilidad allá en La
Europa, como dice la copla del siote palmero (aire folclórico que como otros
muchos es una adaptación de los bailes de salón que nos llegaron de allende los
mares). Pero sigo pensando que vivimos en un país raro. Porque este dirigente
es el mismo que años atrás, cuando el PSOE, como ahora, estaba de capa caída,
no fue capaz de levantarlo y tuvo que abandonar su cargo de Secretario General,
a pesar de que la derrota electoral no llegó a los extremos de la obtenida por
Rubalcaba, aunque, a diferencia de aquel, este no dimitió. Lo mismo espera,
iluso, un vuelco en Andalucía. Y ahora mismo es de los que nos cuestionan
nuestras cuentas y nos pone los vetos pertinentes. Yo no lo entiendo; si no
vales aquí, si no eres capaz de ilusionar a los votantes, ¿qué transformación
se produjo para este salto hacia puestos de mando supranacionales?
Me recuerda,
salvando las distancias, las tácticas que se utilizan por estos lares
ultraperiféricos. Ante la imposibilidad de alcanzar la alcaldía en determinados
pueblos, el candidato de turno es elevado a los altares en estamentos
superiores si su partido ostenta cuotas de poder. Han salido así demasiados
directores generales en esta comunidad autónoma.
Te pones a
meditar las respuestas de Almunia y te preguntas cómo es posible que teniéndolo
tan claro no fue capaz de soplarle a Zapatero la que se le venía encima. O lo
que es peor, al propio Rajoy, quien parece que no quedársele a la zaga. Y viene
ello a cuento del 4,4% de déficit, que luego el Consejo de Ministros incrementa
al 5,8, para ser reducido al 5,4% por la Comisión, tras cuyos vaivenes
coinciden todos en el 3% para 2013. Y arráyense un millo.
Hay que distinguir el fondo de la cuestión y
los procedimientos. Sobre el fondo, en Bruselas no somos estúpidos: sabemos que
los objetivos de ajuste presupuestario no pueden ser inamovibles si cambian las
expectativas de crecimiento, como ha sucedido en particular en España.
La disciplina presupuestaria exige compromisos
explícitos de todos los países, aunque la experiencia muestra que no basta con
disciplina: hay que afrontar varios problemas simultáneamente para salir de la
crisis.
El anterior texto en cursiva se corresponde con dos de las reflexiones ‘almunianas’. ¿No te recuerdan las
del actual presidente español? Por la concreción, que luego se traduce en que
cada cual actuará en función del lugar de procedencia del viento.
Dándole
vueltas estaba a las soluciones que aportaba nuestro comisario europeo, cuando
vislumbro la segunda de las entrevistas. En La Opinión de Tenerife. La
realizada a mi estimado Willy García, director general –otro más– de
Radiotelevisión Canaria, la que nos cuesta solo 13,50 euros a cada uno de los
que poblamos estas ínsulas y modelo de referencia para el resto de televisiones
autonómicas, modestia aparte. Ahí tenemos La Gala y La Revoltosa para
demostrarlo ante el foro que haga falta. Por cierto, estuve viendo un fisco de
la segunda de las mentadas y, madre mía, vaya vomitivo esta ampliación y burda maniobra
copio y pego en clave de ja(bugo) o chorizos.
El verdadero enemigo de los medios de
comunicación no está en las nuevas tecnologías, sino en su pérdida de
credibilidad, concluyó don Guillermo, tras poner todo el énfasis posible en quién se va a preocupar cuando el agua le
llegue a la gente por las rodillas por unas lluvias torrenciales; quién contará
un fenómeno volcánico como el de El Hierro, nuestro deporte, Carnaval, nuestra
cultura...
Te olvidaste,
no obstante, de dos facetas que tan bien dibujas en los informativos de los que
tanto presumes porque en ellos se tratan temas canarios. Chiquito
descubrimiento. No, van a contar los problemas de las minas asturianas. Que sí,
obviaste que las dos terceras partes de tus telediarios son ocupadas por
sucesos (¿quieres ejemplos?) y que bastaría con las notas emitidas al respecto
por la policía. Y ahora has descubierto que Paulino tiene un blog.
Pero lo peor
–y mejor para ti, claro– es que los pactos de gobierno hacen milagros (y no
Luis Brito, precisamente). Algunos socialistas, si tuviesen un mínimo de
vergüenza, estarían ahora mismo escondidos bajo una piedra. Luego hablan de las
promesas incumplidas de Rajoy. Nacionalidad.

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