Mientras por
el pueblo –el mío, claro, Los Realejos– observo que se van haciendo cosas en
los diferentes ámbitos, amén de rescatar alguna factura oculta que el anterior
equipo de gobierno había dejado olvidada en una gaveta (así no había ni para
libros), por esos mundos pa´fuera también hay movimiento.
En Andalucía
resta bien poco para la segunda prueba de fuego de Rubalcaba. Porque si, como
es previsible, le dan otra ‘meniada’ en el territorio bandera de su partido,
algún detalle tendrá que sacarse de la chistera. Chacón, por si acaso, acudió a
mitinear un fisco, que todavía no ha perdido las esperanzas, puesto que la
‘tercera vía’ sigue sin definirse. Dijo Alfredo que los votos se mueven en la
segunda semana de campaña. Y con esa esperanza metió la mano en el agua de la
bahía gaditana. Como la aseveración no surta efecto, tendrá que agarrar el
barco y venirse a Canarias con José Miguel, quien le pasará las pruebas de PISA
para cerciorarse de si es conveniente que repita.
A Cádiz fue
igualmente Mariano para aprovechar que Pepa cumplía 200 añitos y mezclarla –la
pobre–, estilo coctelera, con su reforma. En un tris estuvo el Rey en espetarle
lo de por qué no te callas. Pero se contuvo, no fuera que le recortara la
pensión vitalicia. Y la posible comisión urdangariniana
no acaba de cuajar.
Se dio a
conocer ayer la sentencia de la primera de las piezas separadas (la número 2,
de 26) en el denominado caso Palma Arena (que también afecta al yerno de Juan
Carlos). El expresidente balear Jaume Matas (otro íntimo de Rajoy) fue
condenado a seis años de prisión. Y como le restan unos diecinueve, lo mismo le
caen unos siglos más. Aunque el hombre, exdirigente popular (se dio de baja
para no perjudicar los intereses… y esas cosas que se dicen), parece tener la
cartera bien repleta a tenor de las fianzas que se le imponen y que no le
incomodan demasiado. Lo que más me extrañó es que cierta prensa parecía estar
comentando el caso de un señor que pasaba por allí, pues lo de su pretérita
militancia fue obviada escandalosamente. Y es que se quieren un huevo, con yema
incluida.
Si alguna
ventaja tiene en estos próximos años el PSOE es que todos los posibles
encausados a partir de ahora serán del PP. Ya se halla el partido socialista en
periodo de prospecciones dilucidando el número de primaveras que le quedan para
volver por sus fueros. Y ya que me sumergí en cuestiones petrolíferas, cuando
me enteré de que Paulino Rivero se había afiliado a Greenpeace casi me caigo de
culo. Tanto es así que ha puesto a disposición del colectivo ecologista su
artilugio preferido, el helicóptero, al tiempo que lanzaba sonada amenaza a los
intrépidos parapentistas, surfistas y otros ‘istas’ conminándoles a pagar la
tasa canaria de emergencias cada vez que se dieran un leñazo no programado.
Y en ello estábamos
cuando surgió la figura de la directora general de Fondo Monetario
Internacional, algo así como la dueña de las perras, doña Christine Lagarde
(Cristina, la guardia, para los íntimos), y manifestó que la economía mundial
camina hacia la senda del crecimiento. Lo dijo a los periodistas que la
esperaban por fuera del cajero cuando fue a comprobar cómo andaba el saldo de
su cuenta corriente. Y me pregunto yo si su declaración tiene significado
diferente a los brotes verdes de Zapatero. Ninguno, lo que ocurre es que hay
hijos y entenados.
Bueno, ya
llegó la primavera. Tendré que acudir al refranero. ¿Lloverá o no lloverá? That´s the question.
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