Eso de
desearle el mal al ajeno no está nada bien. Pero como llevamos –y la que nos
queda– una buena temporada ‘estrangulados’ con las múltiples medidas
gubernamentales conducentes a solventar el futuro de los banqueros, el
contemplar el amago de Jean-Claude Juncker (nada tiene que ver con los
calentadores) hacia nuestro ínclito Luis de Guindos me dio cierto gustirrinín. Como cuando uno veía,
tiempo ha, Los Pitufos y se alegraba de que el cascarrabias de Gargamel no se
saliera con la suya.
Europa nos ha
pedido otro pequeño esfuerzo de 5000 millones apenas. Y siguiendo los doctos
consejos de la Sra. Cospedal (los españoles tienen que trabajar más; tenemos no
dijo, que ya ella lo cobra bien por doble vía), hemos respondido
afirmativamente. A ver, interpeló Mariano, ¿cuántos funcionarios hay en esta
España nuestra? Tropecientos mil,
respondió Montoro, agarrando la pregunta por los cuernos. ¿Verdad que ya te
imaginas el resto? No escapamos ni los pensionistas.
Por allá
estaban con disquisiciones de tal porte, cuando por estos lares se dio a
conocer el informe PISA encargado por Milagros Luis Brito en aquellos tiempos
en que no estaba aún desarmando la ZEC. Y del ojeo de sus conclusiones, no creo
que haya habido demasiadas sorpresas.
Los docentes
cobran mucho y trabajan poco. Eso lo sabía hasta el concejal portuense que se
gastó diez mil euros en teléfono durante 2011 (2268 en el mes de julio; no
olvides que eran las fiestas y tenía que ‘embarcarse’; ¿fuiste tú, Ledesma?).
Lo de cobran mucho lo saben, mejor que nadie, el presidente autonómico y su
señora esposa, ambos maestros, quienes lo han sufrido en carne propia desde
hace muchísimos trimestres. Y lo de las treinta y siete horas y media
estipuladas, somos muchos los que siempre sostuvimos el que nos pusieran un horario
fijo en nuestra jornada laboral. Por ejemplo: de 8 a 15,30 de lunes a viernes. O
el que estimaran conveniente. Pero no dejar eso de que si el resto de las horas
de no permanencia obligada son para labores de no sé cuánto y de no sé qué.
Y la vacaciones
se toman en función de las que se conceden, ¿o no? Es el patrón quien decide en
este apartado y nunca el asalariado. Como no han sabido salirse de los
berenjenales en los que la propia Consejería se ha metido, ahora se buscan
excusas para cargar contra los docentes. Pues vale, supriman lo de los cuatro
días de libre disposición, supriman la jornada continua, convoquen cursillos de
perfeccionamiento durante el mes de julio (para todos), adelanten la acogida temprana
a las seis de la madrugada, obliguen a los centros a permanecer abiertos hasta
las diez de la noche (con el compromiso de devolver cenados y duchados a los
alumnos)… Hombre, contrátenme y les aporto ideas. Pero también para los que
llevan aupados desde que Franco vivía, y a los que conminaré al retorno a las
aulas.
Pretenden
–brillante idea– compensar económicamente a los profesores cuyos alumnos
obtengan un mejor rendimiento (me imagino que harán referencia a que apruebe un
porcentaje elevadísimo). Estarán saltando sobre una pata sola los de Educación
Física, Religión… ¿Sigo? ¿Es esa la manera de acabar con el fracaso? Pues
prohíban suspender y asunto zanjado.
Los consejos
escolares apenas aportan nada. De perogrullo. Basta echar una visual a los
índices de participación de madres/padres en las votaciones correspondientes. Y
si le han dado –legislación al canto– todas las prerrogativas a las
direcciones, a santo de qué se viene ahora con esta cantinela. Es más, en el
mismo informe hay conclusiones contradictorias. Como es la mentada de los consejos
escolares con la de conceder más autonomía a los directores. Hombre, a los
centros, sí, con mucha menos burocracia de la hasta ahora exigida, pero
conociendo un perfil de directores que se apoltronaron con tal de no pisar un
aula (político frustrado), mejor déjenlo quieto.
Aun
reconociendo que hay de todo en estas viñas (¿de qué señor?), después de toda
una vida dedicado a estos menesteres docentes, sigo pensando muy seriamente que
la ineptitud, la falta de valía y profesionalidad y otras cuestiones siempre
puestas en duda por sesudos estudios y prolijas investigaciones (de carácter
teórico), no se hallan en la parte más baja del escalafón, sino que más bien
habrá que aplicar aquello de qué buen vasallo si tuviera buen señor. Por si no
lo cogieron (los de arriba), qué necesitados estamos de políticos y dirigentes
varios con la capacidad suficiente para saber estar. ¿Más claro, no?
Hace dos día
entendí el porqué no tuve éxito con mis artículos periodísticos en mis
pretéritas andanzas por los medios impresos de esta Nivaria nuestra. Como no
fui capaz, mísero de mí, en gastarme un duro en pasteles, mucho menos en cuchipandas
y agasajos, así me fue. Hoy lloro mis penas con desconsuelo en este blog. Coge
recortes, que me diría la abuela: http://eldia.es/2012-03-13/gente/0-Agasajo-director-editor-D.htm.
Hasta mañana.
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