viernes, 4 de mayo de 2012

Conglomerado (I)

Volvió a aparecer el ya tristemente famoso virus de la policía. Y creo que procede el formateo del disco duro del ordenador. Mientras, cubro las expectativas con este portátil que sigo viendo demasiado pequeño. O lo mismo la culpa es mía por falta de visión. Así que si ustedes, que aún tienen a bien ojear este vehículo de comunicación, atisban algún elemento extraño, echen culpas a los duendes tipográficos, que se decía en los gloriosos tiempos de los tipos de plomo en aquellas imprentas de antaño. El parche denominado Polifix, así lo leí anteayer en un digital, no me ha taponado debidamente al susodicho y el bicho ha seguido haciendo de las suyas por esos íntimos cibernéticos. Lo mejor, pues, cortar por lo sano. Ya lo decía mi padre: Cortando h… se aprende a capar; o muerto el perro, se acabó la rabia.

Hoy viernes, antes de que nos comuniquen el nuevo pago, vamos con un conglomerado de asuntos, que continuaremos mañana sábado. Por cierto, ya que pensé en los acuerdos del Consejo de ministros, somos bastantes los que pensamos si no  sería mucho mejor –y nos curaríamos antes del susto–, que nos dieran el sablazo de golpe. Es que si no, de la manera en que se viene haciendo, vamos a gastar todavía más en medicamentos para los nervios. Y con esto del repago…

Vaya manía nos ha entrado con la utilización de nuevas palabrejas. Ayer mismo tuve la oportunidad de echar una visual a un artículo que trataba de la crisis y el paro –toda una novedad, ¿no?– y se titulaba ‘Emplearizar’. Me quedé patinando, algo obvio. Fui al diccionario oficial de la Academia de la Lengua y me espetó que nones, que no se hallaba recogido el vocablo. Y me pregunté a mí mismo mismamente si el autor de los párrafos había pensado en ‘Emplear’, que entiendo que sí. Chacho, y para qué complicarte la vida. ¡Ah!, pero no quedaba todo ahí, porque en el cuerpo redaccional (manda trillos) me topé con ‘emplearización’. Eso, más difícil todavía.

Es –debe ser– algo parecido a cuando se utiliza la palabra ‘gobernanza’. Que si vas a donde te dejé indicado en el párrafo anterior, podrás comprobar que significa “acción y efecto de gobernar o gobernarse” (lo del pronominal deberá ser para destacar la idiosincrasia del españolito). Que es exactamente lo mismo que el propio diccionario propone para ‘gobierno’. Español muy difícil, que decía Flora, aquella empleada del hogar en Las Adelfas (Puerto de la Cruz), en la década de los sesenta del pasado siglo.

Me han enviado un correo en el que el remitente se escandalizaba por la que creía exagerada composición de la plantilla orgánica del Diputado del Común, a saber, Jerónimo Saavedra. Y tuve la santa paciencia de irme a investigar un fisco y me hallé que en el año 2006 tenía más personal asignado que en esta de ahora. Ignoro si es mucha o poca, pero creo que hay mucha metralla, y demasiada mala leche, en bastantes de los ‘emilios’ que circulan por Internet. Y no entiendas que puedo ser sospechoso en las críticas, porque mi parecer acerca del nombramiento del otrora socialista para ese cargo lo dejé meridianamente expresado en este mismo blog ha bastante.

Bueno, dentro de un ratito apenas, allá por el mediodía, nos tropezaremos con otra cuota, con otro peaje. A este paso, hasta salir de casa nos va costar algo. Nos están amarrando de tal manera, que el hecho de consumir será pura entelequia en apenas unas semanas. Ahí tenemos a los mandamases del Banco Central Europeo reunidos en la Ciudad Condal y colapsadas las entradas a Cataluña por mor de la seguridad de los ilustres visitantes. Esos que prestan el dinero a las entidades bancarias al 1% y estas, a posteriori, acuden a las subastas de los estados miembros de la UE para, a un interés del 5 o 6 por ciento, concluir con un negocio redondo y poder pagar así los orondos sueldos de sus directivos. Y un ignorante –ponme de ejemplo y no te rompas el coco– piensa si no sería mucho más  práctico, para que la economía cotidiana comience a revolverse un fisco y el dinero pueda circular, que el BCE, a idéntico interés (el 1%), se lo dejara a las empresas de todo tipo, que son, en definitiva, las que pueden crear empleo y hacer posible que el número de parados disminuya.

Como aludí unas líneas más arriba a lo del peaje, nada me extrañaría que aquí en Canarias volviésemos a los tiempos del fielato. Lo malo es que ya no quedan plataneras y veredas por las que tomar la válvula de escape ante el asalto inmisericorde al que nos están sometiendo. Me imagino que en el trayecto que más frecuento (Realejo Alto-La Longuera), me encuentre con al menos tres puestos en los que pagar el canon pertinente. Y como hemos adelantado una barbaridad, no habrá necesidad de poner a persona alguna al frente del chiringuito, sino que nos conformaríamos con una máquina expendedora. Bastaría con un supervisor. En Realejo Bajo deberé realizar la primera parada a la altura de la farmacia. Como Luis se los conoce a todos, lo liberaremos de la dispensa de medicamentos (además, con los recortes ya consumimos mucho menos) y estará al tanto de la circulación. En unos años, la mejora en la red viaria  –merced a las inversiones con el dinero recaudado– será fiel exponente de la marcha imparable de un país reformista (y reformado). En San Agustín, donde el surtidor de Texaco, segundo alto en el camino (y no intentes escapar por San Vicente,  porque lo tenemos todo controlado). Ahí pondremos a Imeldo, para seguir con la dinámica establecida, ya que no solo se trata de estar al tanto de los viandantes, sino, y es un detalle a tener muy en cuenta, que saben a la perfección que presión se puede ejercer sobre ellos pues en caso de un repentino patatús echarán mano de sus conocimientos previos y darles la pastilla adecuada…

En fin, amigos, dicen que el Madrid ya es campeón de la liga. Pero debe haber muchos más aficionados al Barça porque no escuché demasiado ruido tras el partido de Bilbao. Pero de eso escribiremos algo mañana. Hasta entonces.

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