lunes, 7 de mayo de 2012

Por escrotos

En la población madrileña de Tres Cantos ha ocurrido un extraño percance en el que se vio involucrado cierto vecino y al que una tormenta inoportuna casi deja sin atributos masculinos. No se sabe a ciencia cierta si el individuo regresaba a su casa medio chispiado y, por lo tanto, bien cargado de electrones, o si se hallaba evacuando tranquilamente cuando una descarga eléctrica le sorprende y ataca a traición. Las informaciones al respecto señalan que el rayo le entró por el escroto y salió por un pie. Así como lo leen. Puede que la diferencia de potencial entre el voltaje de la tempestad y la del tubo que ejerció a modo de pararrayos, haya sido la causante del tránsito electromagnético por el cuerpo del susodicho. Bien tieso debía estar el chorro de la micción o, en todo caso, el conducto por el cual salía al exterior el producto elaborado en los riñones, puesto que los daños causados en su organismo han quedado reducidos a una mínima expresión. Algo bien distinto a que hubiese tenido la cosa floja. Ya se sabe que hay que mostrarse fuerte ante la adversidad.

Tras ser atendido en el centro de salud más cercano, nuestro protagonista se recupera tranquilamente en su hogar y ya dispone de varias ofertas de trabajo, como obvio es deducir. Las más llamativas guardan relación con la consistencia del material que protege sus testículos,  ya que la altísima resistencia demostrada ante el fuego y el calor podría desembocar en la fabricación de cascos (que no trillos) especiales, válidos no solo para todo tipo de eventos deportivos (automovilismo, motociclismo, rugby…), sino aptos para el tan arriesgado juego del golf durante el tránsito de las tan peligrosas tormentas de verano por esos campos llenos de hoyos. Ni que decir tiene que el madrileño se ha ofrecido de probador oficial, con lo que la rentabilidad de la operación mercantil estaría más que asegurada. Es cuestión, manifestó, de echarle cataplines al asunto.

Uno no puede menos que alegrarse de la situación vivida, que no sufrida. Porque en un país en el que andamos de sobresalto en sobresalto, en el que cada viernes nos dan otro par de cachetadas y en el que el paro sigue causando estragos, es digno de elogio que descubramos las capacidades de aguante que atesoramos y que un contratiempo repentino puede sacar a la luz. El accidentado en el  caso que comentamos cree haberse sacado la primitiva. Quién le iba a decir que un rayo de esperanza le iba a devolver la ilusión. Y siempre se cumple aquello de que tras la tormenta renace la calma. Ojalá pudiésemos todos presumir de aportar, por escrotos, nuestro granito de arena en el resurgir de esta nación llamada históricamente a cumplir altas misiones y bla, bla, bla.

Pero qué va. Deseo fervientemente que llegue el día en que todo lo que pueda plasmar en estas líneas diarias sea visto bajo el tamiz del optimismo. Mas nuestro gozo en un pozo. Nuevos datos del número de parados correspondientes al mes de abril y en Canarias a peor la mejoría. Fue el mes de la Semana Santa, propicio, eso dicen, para la contratación. Y cierto debe ser pues en el territorio patrio el paro descendió en 6.632 personas, cantidad bastante exigua si la comparamos con idéntico mes del año anterior, algo así como la décima parte. En aquel entonces era, o ya no te acuerdas, el inepto de Zapatero (según el coro popular) el que destruía empleo a mansalva. Doce meses después, con mayoría absoluta (tanto en reformas como en diputados y senadores) de los que ustedes saben, la cantidad que alcanzó aquel (el optimista que preconizaba brotes verdes) bien la hubiese deseado la tropa de Rajoy. Y lo que dijeron por mayo de 2011. Y lo que justifican en mayo de 2012.

En Canarias, como aludíamos, cinco mil parados más. Ni la santa semana, ni los incrementos en el número de turistas, ni el sursuncorda. Cuando aplique el gobierno presidido por Paulino, y vicepresidido por José Miguel (que no lo olvide Alfredo) los nuevos tipos en el IGIC, cuando nos ataque con otra subida de los combustibles, amén de lo que nos llueve vía Madrid, ni el festín mediático de caso Kárate le pondrá remedio. Festín al que no se iba a sumar la tele autonómica porque son otras las que se subieron al carro del morbo. La carcajada se me escuchó en El Cotillo.

Claro que, como en todas partes cuecen habas o guisan boniatos, mientras esa casta especial comúnmente denominada clase política no se baje del burro o nosotros no seamos capaces de darle cuatro patadas en cierta parte de su anatomía, que no tiene por qué ser en la bolsa formada por la piel que cubre los testículos de los mamíferos y por las membranas que los envuelven, vamos no solo aviados sino remando a contracorriente. Y es que el predicar con el ejemplo, que tantas veces hemos comentado, no va con ellos; ni de coña marinera. Fíjense, si no, en esta guinda (¿o guindo?):

En el Boletín Oficial del Estado (BOE número 102, de 28 de abril de 2012) aparece publicado un anuncio del Ministerio de Hacienda y Administraciones públicas (ese mismo, el de Montoro, el que nos da, y bien, todas las semanas) por el que se va a contratar un periodo de clases presenciales de inglés, francés y alemán para altos cargos y grupos especiales del personal del Departamento (mañana mismo se sumarán otros para seguir con la fiesta despilfarradora, y es que no tuvieron tiempo de aplicarse cuando eran estudiantes). Y agárrense, el valor estimado del contrato asciende a 685.440 euros (pásalo tú a pesetas porque a mí me da vergüenza; si esa que perdieron ellos).

¿Recortes? Qué va, ajustes presupuestarios. ¡Ah!, y cállate, hoy por ti y mañana por mí. Vivan los colgantes del emblema nacional.

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