lunes, 11 de junio de 2012

Fluir el crédito

Lo hubiese tenido tremendamente fácil si ayer me hubiera asomado a este blog. Porque habría bastado con una recopilación de las frases más ingeniosas de estas dos últimas semanas con las que los políticos españoles han pretendido enmarcar los acontecimientos en torno al rescate. Que no ha sido tal, sino más bien un apoyo financiero. Tan positivo nos lo han pintado que uno se pregunta por qué hasta unas horas antes se nos estaba señalando todo lo contrario. Pero como han sido numerosos los artículos de opinión al respecto, ingente el cúmulo de información que nos ha invadido en todos los medios de comunicación, que este humilde bloguero considera más conveniente pasar de puntillas sobre el tema y a otra cosa (mariposa, que se dice).
Me llama poderosamente la atención el que se incida, de manera harto machacona, que las únicas condiciones (algún  periódico expresa en titulares destacados que no existen) se les exigen a los bancos, que no habrá secuela alguna en el bolsillo de los ciudadanos. Y eso no se lo cree ni el más optimista del colectivo de sufridores. Porque si hemos llegado a esta situación, no provocada por los que debemos solucionarla pagando, qué pimientos le importará a los banqueros el repercutir los posibles pagos en su cartera de clientes a través de comisiones o cualquier otro proceder.  Lo han hecho siempre, lo seguirán haciendo y si les sale mal, no deben preocuparse lo más mínimo porque los volveremos a ‘rescatar’.
El sábado quedé anonadado ante todo lo que de Guindos iba desgranando (incluido el “a usted no le toca preguntar”). Que me fue ratificado ayer domingo por el propio presidente. Tan excelente es la medida que la mismísima Angela Merkel está pensando muy seriamente –Hollande también medita– solicitar esas inyecciones. Da la impresión de que Zapatero preparó el terreno para que esta medida tuviera lugar. Porque ahora mismo, en cuanto compruebe si el post se ha colgado adecuadamente, saldré corriendo para mi entidad bancaria, donde el crédito debe estar saliendo por la puerta y no sería cuestión de desaprovechar la oportunidad de montar una pequeña empresa y dar trabajo a todos los concejales de los ayuntamientos de los alrededores que van a quedar al pairo con esto de la reducción del número de ediles.
Desde que el concejal portuense que erró en el funcionamiento de las teclas de su móvil, y gastó durante un año una burrada de dinero (sin darse cuenta y arriba nadie le avisó), se percató de que los euros volvían a circular, ni corto ni perezoso, y tras ser debidamente informado por el espía de turno de que en cierta emisora Jonás Hernández, concejal por IU en el consistorio realejero, había cuestionado su negligente acción telefónica, le ha presentado una querella exigiéndole la módica cantidad de 15.000 euros del ala. Como él no piensa devolver nada de lo ‘sustraído’ (cualquiera se atreve a poner robado) al presupuesto del ayuntamiento ubicado en El Penitente, quiere resarcirse de su negligencia con los capitales ajenos y, eso sí, hacer una sonada donación a las mismas entidades que se vieron imposibilitadas para rascar algo por los procedimientos ordinarios. Pero sigo dejando la promesa en el aire de volver más adelante a contar avatares de lo que debe ser –y no es– el quehacer de una emisora radiofónica. En la Avenida de Canarias siguen echando balones fuera y cuando la situación se les vaya de las manos, échenle la culpa a José Luis y acudan a las ayudas externas.
Mientras el PP nos recorta y hace todo lo contrario a lo que prometió, el PSOE se enfrasca en su Plan 2015, por el que pretende modernizar el partido, fortalecerlo interna y externamente, abrirlo a la sociedad (deberá ser en canal) y hacerlo más participativo. Lo que yo traduzco, igualmente, en que fluya su depauperado crédito. Lo malo es que siguen obcecados en que ello debe conseguirse a toda costa con Rubalcaba al frente. Peliaguda situación. Es como si aquí en Los Realejos pretendiera ser alternativa con la vuelta al ruedo de quienes formaron parte activa de aquellas corporaciones de 1979 y 1983. Y lo manifiesto así porque hace escasos días lo estuve hablando (durante la compra en Mercadona) con alguien que también estuvo en el ajo. Mi parecer al respecto (dejé todo tipo de militancia hace bastantes años) quedó meridianamente nítido: el PSOE se halla más dividido que nunca y no tengo muy claro el que los dirigentes actuales canarios, untados en el pesebre que Paulino puso ante sus narices, sean capaces de admitir estos retornos, estas vueltas. Los juegos y vaivenes han sido comidilla de tertulias y debates. Se ha participado en actividades a demasiadas bandas con lo que la credibilidad se halla  bajo mínimos. Hace un año que se celebraron elecciones municipales y no hay movimiento porque se siente pánico a no salir en la foto. Dicho en román paladino: se lo siguen poniendo a huevo al Partido Popular. A todos los niveles y no se atisban visos de mejora. Porque la renovación que se impone es también de caras, de rostros, de personajes. Un fregado completo que borre cualquier posible nexo con la actual coyuntura. Sé que es difícil, pero no imposible. Y los que persisten en poner chinitas en la senda no pueden ser solución de una situación en la que se han sido activos partícipes. Leo que los políticos que se hallaban al frente de los países que han sido intervenidos en la zona euro han sido borrados del mapa en un santiamén. Me temo que no ocurrirá en España por mucha incidencia que haya en Internet y sus redes. Llana y simplemente porque el principal partido de la oposición es tanto o más nefasto que el gobernante. Penoso, pero no me prestarán el más mínimo caso. Y algunos me leen, pero continúan encerrados en sus urnas dejando pasar la oportunidad de presentarse ante la sociedad como una alternativa firme y convincente.
Lo dicho, salgo corriendo a ver cuánto me toca. Lo mismo me dan más para cambiar también el coche. Como hasta no ha tanto, ¿te acuerdas?

1 comentario:

  1. Me soplan que debí escribir "De Guindos". Sí, hombre, está el patio como para poner mayúsculas. ¡Ah!, y nadie da dinero a cambio de nada. Agárrate y prepárate a pagar.

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