miércoles, 6 de junio de 2012

Prospecciones

No creo que una mayor dependencia de los derivados del petróleo sea la solución para la salida de la crisis en este territorio canario. Es más, no lo entiendo como recurso a nada en este aldea global en la que los desastres ecológicos se suceden a tal ritmo que nos cargamos el hábitat sin permitir que sea, dentro de no sé cuántos miles de millones de años, el choque natural de Andrómeda con la Vía Láctea la que haga trizas nuestra estancia terrenal. Pero como el ser humano, que si por algo se destaca del resto de seres vivos es por su racionalidad, se ha empeñado en llevar la contraria a todo lo que dicte el sentido común, nada debe extrañarnos que sigamos apostando por este tipo de energías.
Ese portento de compañía que es Repsol ha encontrado un valioso aliado en nuestro ministro del ramo. Para compensar los desagravios argentinos, ha apostado por otros ‘caladeros’. Y resucita unos permisos (si fueran de una construcción tuya estarían más que caducados) para realizar prospecciones ahí al lado de Fuerteventura y Lanzarote, dos islas que dependen sobremanera del turismo. Como don José Manuel Soria es, además, el responsable de esa otra también denominada industria, se halla el hombre con un desdoble de personalidad tal que le hacen harto complicado compatibilizar ambas labores. Pero si algo destaca en el máximo dirigente popular canario es el de ser currito por naturaleza. Y contando con ello, tira pa´lante bien ufano. Que su maestro Mariano ya tuvo experiencia con los hilillos de plastilina del Prestige. Lo del chapapote posterior en las costas gallegas, como de todos es más que sabido, fue otro ardid del singular Zapatero.
Lo malo es que aquí en Canarias solemos comenzar las protestas cuando ya el solar se halla medio edificado. Y al frente de las declaraciones inoportunas, nuestro magistral Paulino. Saben ustedes que el Gobierno se adhirió a las solicitudes de los cabildos de las islas mencionadas por las que se solicitaba la suspensión de los permisos, algo que el Tribunal Supremo ha rechazado. Quiérase o no, ello supone un varapalo a las pretensiones de paralización. Pero si currito el ministro, no se le queda a la zaga nuestro presidente: “La lucha será larga y apasionada, pero la vamos a ganar”. Algo parecido a lo que ha venido manifestando acerca del paro desde que era alcalde de El Sauzal y así nos va. Mientras en el resto del territorio español existe algo de consuelo, aquí incrementamos la lista negra a razón de unos cinco mil (4.476) mensuales. Mejor haría en permanecer callado (que aprenda de Rajoy) e ir echando apagafuegos de pantalla. Puede que el próximo congreso “nacional” de su formación política lo traiga por el camino de la amargura y lo esté conduciendo a ir soltando disparates cada tres por dos.
Tenemos, no obstante, otro grave problema. Porque si llegamos a la conclusión de que es la energía eólica la que nos puede sacar del atolladero (y estudios deberá haber a porrillo), deberemos fabricar unos molinos en miniatura porque los otros, los verdaderos, suponen un gordo problema para los animales voladores que ven amenazadas sus trayectorias por las gigantescas aspas. Y si por un casual estuviese en la solar la solución, pondremos el grito en el cielo porque los reflejos de los paneles ponen en elevado riesgo nuestras retinas no acostumbradas a esfuerzos tales. Claro, entre discusiones y disputas se nos va el tiempo y la casa sin barrer. Los políticos piensan que su tiempo es nuestro tiempo. Pierden la conciencia de que ellos disponen del que quieren y nosotros estamos siempre limitados, que se nos va, que se nos escapa.
Esta batalla durará hasta las próximas elecciones autonómicas. En las que los resultados fluctuarán en torno a los tres de siempre. Y es el arma que mejor ha utilizado Rivero. Aunque gane Soria, gobernará él. Y José Manuel sabe que hasta con 29 diputados (cantidad que nadie podrá alcanzar) puede irse a la oposición. En ese instante, pelillos a la mar y vuelta a empezar. Contigo o sin ti tienen mis males remedios. Así que todas estas supuestas desavenencias entran en el guión. Como lo es la ubicación de flamantes ‘lavadoras’ en las entidades bancarias para que los defraudadores puedan blanquear su dinero sin necesidad de recurrir a la compra de décimos premiados en la lotería. E incluso disponer del uso de Internet para no tener que desplazarse demasiado.
Se trata de la misma película de siempre. Esa que ya hemos visto hasta la saciedad pero a las que estamos condenados a seguir siendo espectadores. Puede que muy a pesar nuestro, pero no se atisba modificación posible. Acuérdate que no pasará mucho tiempo en que volvamos a leer jugosos comentarios de los móviles de los concejales portuenses. Tras el gasto, por error, de unos diez mil euros (en un año) del concejal Luis Miguel, ahora han acordado un máximo de 60 euros al mes (las operadoras parecen no tener ofertas para estos individuos). Si fuese tan sencillo, deberán explicarme cómo se quedan las partidas presupuestarias de cualquier concepto sin crédito y deben recurrir con demasiada frecuencia a las consabidas modificaciones.
Sigan ustedes jugando con las cosas de comer que nosotros, mientras tanto, procuraremos seguir los consejos del dueño de Mercadona: trabajar como burros a ver si la cosa se endereza. A mis años. Y a los tuyos, Paulino, que en esto no te aventajo en mucho. Iré cualquier día por tu pueblo. No te preocupes, si no estás ya me invitará el común amigo Antonio. Estamos de jubilosos los dos que si yo te contara.
Y una nota final: si les parece vayan al otro blog al que he incorporado unas fotos majoreras.

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