lunes, 13 de agosto de 2012

Adolecer

Me temo no ser hoy demasiado original. Debe ser la vigésima ocasión en que me ‘meto’ con el verbo adolecer. Y todo surge de la lectura, hace escasos días, del siguiente texto, extraído de un artículo publicado en un periódico de estas ínsulas y referido a un entorno tan cercano como escasamente respetado:
“Es claro y notorio que Los Molinos de Agua son un patrimonio arqueológico y etnográfico único en Canarias. Su rehabilitación en forma de parque etnográfico sería un atractivo turístico del que adolece el municipio, y su puesta en marcha supondría para el Realejo Bajo el incentivo económico que tanto necesita y que los distintos gobernantes le han negado. En definitiva, la rehabilitación del parque etnográfico Los Molinos de Agua vendría a ser para el Realejo Bajo lo que la construcción del puerto pesquero-deportivo y comercial para el Puerto de la Cruz”. Aclaración pertinente: el subrayado es mío.
Como parece meridianamente claro que el susodicho verbo es usado como un sinónimo de carecer, me pregunto, no sin cierta ingenuidad, si no es que pretendemos presumir de elegante léxico cuando lo fácil, y comprensible, sería la utilización de la forma común, de tal manera que sea captada por el común de los mortales. Me recuerda al ‘motu proprio’ y ‘grosso modo’ que tantas y tantas veces adornamos con unas lindas preposiciones (de y a, respectivamente). Pero, y sigo erre que erre, como para ser periodista basta con saber mantener tiesa la alcachofa, espero que el buen amigo Humberto, tan certero en sus apreciaciones lingüísticas, meta mano, y con urgencia, a desavenencias tales.
Ya sé que esperas la consabida ‘me fui a consultar’. Por supuesto:
Adolecer (según el DRAE), (Del ant. dolecer): 1. tr. ant. Causar dolencia o enfermedad. 2. intr. Caer enfermo o padecer alguna enfermedad habitual. 3. intr. Tener o padecer algún defecto. Adolecer DE claustrofobia. 4. prnl. compadecerse (sentir lástima).
Según SM, 1. Referido a una enfermedad, padecerla o sufrirla: Adolece de jaqueca desde muy joven. Referido a un defecto, tenerlo o poseerlo: Esa empresa adolece de graves irregularidades. Etimol. De doler. Morf. Irreg.® Parecer. Sint. Constr. Adolecer DE algo. Sem. No debe emplearse con el significado de ‘carecer (Adolece > Carece) de inteligencia.
Según la Espasa Calpe, 1. Caer enfermo o padecer habitualmente alguna enfermedad. Fig. Refiriéndose a los afectos, pasiones, vicios o malas cualidades, tenerlos o estar sujeto a ellos.
En el sitio http://www.lavadoradetextos.com, estas interesantes apreciaciones:
“El verbo ‘adolecer’, al que muchísimos hispanohablantes le dan el significado de ‘carecer’, en realidad quiere decir otra cosa. ‘Adolecer’ significa ‘tener o padecer algún defecto’ y no se debe emplear con el sentido señalado más arriba.
Emplear el verbo ‘adolecer’ donde no le toca es un error muy frecuente en nuestra lengua, lo cual explica que haya sido tratado en tantos manuales de estilo y diccionarios de dudas, desde el Libro de estilo de El País (Ediciones El País) hasta el Diccionario de uso del español, de María Moliner (Gredos), pasando por el Diccionario de usos y dudas del español actual (Ediciones Trea), de José Martínez de Sousa; el Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española (Espasa), de Manuel Seco; el Manual de español urgente (Cátedra); el Diccionario panhispánico de dudas (en línea); la página web de la Fundación del Español Urgente (Fundéu)…
Todos vienen a decir más o menos lo mismo. El Panhispánico señala que “es impropio usar este verbo con el significado de ‘carecer’”, el María Moliner dice que “se emplea con frecuencia impropiamente con el significado de ‘carecer’”, El País aclara que “no debe equivocarse con el significado de ‘carecer’” y Manuel Seco escribe: “Evítese el error de emplear este verbo con el sentido de ‘carecer’”. Martínez de Sousa y la web de la Fundéu coinciden con todos los anteriores. A eso lo llamo yo unanimidad”.
Por último, y a perdonar el didáctico inicio de semana, en la misma web, la siguiente alusión a los sabios consejos del magistral filólogo que fuera director de la Real Academia desde 1992 a 1998 y autor de ‘El dardo en la palabra’:
“Decía Lázaro Carreter que el uso erróneo de este verbo, que ha tenido una “difusión rapidísima”, lo comete “una multitud ingente de hablantes”. Y añadía esto a cuenta de algo que leyó en una crónica deportiva: “Si se dice que un equipo adolece de velocidad se manifiesta que correr y mover el balón con trazos de relámpago constituye una chapuza y que lo bueno es jugar con languidez de minué”. El ejemplo de Carreter es tan sencillo que hasta Mariano Rajoy –un apasionado del fútbol– lo puede comprender, a no ser que adolezca de falta de comprensión, entendida en este caso como la ‘facultad para entender las cosas’”.
Pues no, no ‘adolece’ Realejo Bajo de atractivos turísticos. Si ello fuera así, no tendrían razón de ser las reiteradas quejas y lastimeros artículos de Esteban Domínguez. Que no es el autor, por cierto, de las líneas que han dado pie al presente comentario. O post, que se estila en estos ámbitos.

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