viernes, 24 de agosto de 2012

Ortografía

Hace unos días me recordaba una exalumna lo bien que le vinieron algunas rabietas de su profesor de lenguaje para lograr que ahora escribiera con cierta soltura y sin faltas de ortografía. Ello me produjo enorme satisfacción porque al susodicho (maestro) lo conozco bien. Y como hoy se priva todo el mundo por llevar la contraria y plasmar los párrafos al más puro estilo de Rajoy (con recortes), me alegra de que alguien reivindique la importancia de esas normas que rigen el uso correcto de la lengua (escrita).
Siempre me gusta hacer la salvedad de que antes eran los denominados duendes tipográficos los artífices de las erratas de rigor. En la actualidad podremos convenir que serían, en todo caso, los informáticos (duendes) los que te juegan malas pasadas de vez en cuando. En especial cuando pasamos el corrector del procesador de textos utilizado (Word en la mayoría de las veces) y nos cuela más de un gazapo.
Si yo fuera periodista (de Redacción), a buen seguro que me habrían ubicado en el departamento de cierre (no sé si se menta así), al menos para revisar los titulares, en los que, inevitablemente, se deslizan yerros casi tan peligrosos como los incendios que hemos sufrido este verano.
Ayer jueves, en el sentido que venimos comentando, no fue un día demasiado afortunado para el digital GomeraNoticias.com, porque tuvo a nuestra disposición, junto a una fotografía de un brote de un cañaveral, el siguiente titular: “El incendio no ha sido tan debastador como parece”. Que introducía un informe del profesor José Ramón Arévalo (Ecología, Universidad de La Laguna) y que fue remitido al periódico por Álvaro Ladrón de Guevara. Dejo el enlace: http://www.gomeranoticias.com/article/%E2%80%9Cel-incendio-no-ha-sido-tan-debastador-como-parece%E2%80%9D (ignoro si será o no corregido con posterioridad a la inserción del post en el blog). Hago constar, asimismo, que he resaltado en negrita la palabreja de marras. Entiendo que se refieren a devastador (que devasta). Y devastar es sinónimo de destruir, arrasar, asolar, reducir a cenizas, que puede ser el vocablo correcto para ese estudio (léelo tú, si te apetece).
No sé quién fue el culpable, pero raro me parece. Porque si tuviste la paciencia de realizar el ejercicio encomendado, o tarea propuesta (leer el artículo), te habrás percatado de que aparecen también unas lindas hiervas silvestres (vuelve a ser mía la negrita) que me volvieron a descolocar sobremanera.
Como ante la duda, la mejor medicina es siempre el diccionario, me tropecé con desbastador (herramienta que sirve para desbastar). Y hete aquí que yendo al verbo en cuestión: 1. Quitar las partes más bastas a algo que se haya de labrar; 2. Gastar, disminuir, debilitar; 3. Quitar lo basto, encogido y grosero que por falta de educación tienen algunas personas.
Me temo, no obstante, que el incendio en el barranco de Gran Rey no se limitó a desbastar, sino que fue más allá y devastó todo lo que halló a su paso, no solo lo basto y silvestre (incluyan las hierbas).
En la misma edición del precitado digital tropiezo con un hermanamiento entre las Asociaciones Iballa (Tercera Edad, San Sebastián) y “Toscal” de Romero (o “Toscal del Romero”, como se expresa en el cuerpo informativo). Vuelve a asaltarme la duda del quién fue el informante y del cómo se recibió la nota en la redacción, pero los realejeros pertenecientes a la Asociación  de Vecinos Santa Marta, de las Toscas de Romero, se habrán extrañado tanto, o más, que un servidor.
Estas observaciones las hago con toda la buena intención y máximo cariño didáctico. Con el único y exclusivo deseo de que velemos por la pureza del español. Y ahí los medios de comunicación deben ser tremendamente exquisitos. Casi todos presumen de libros de estilo. Pues que sea algo más que un capítulo de buenas intenciones. Que no todo puede reducirse a copiar y pegar. Como es obvio, nadie me paga por esta tarea diaria de Pepillo y Juanillo, y, sin embargo, me lo tomo con cierta disciplina y hago un esfuercito para que estas opiniones gocen del conveniente rigor. Si no, me quedo en mi casa.
Como se aproxima otro fin de semana, dos pinceladas para concluir.
Vuelven los toros a TVE tras seis años de sequía. Estaba tardando el PP en destacar otro símbolo patrio, otro orgullo nacional. Me imagino que en la primera del retorno estará (lugar preferente) don Mariano con su puro y Aznar con su copa. Qué menos.
No comparto la detención de un individuo en Las Teresitas que se hallaba sacando fotografías con su móvil a unas féminas que hacían topless. ¿No estaban en un lugar público? Si no quieren que se las retrate tienen dos opciones: ponerse el biquini o ir a una playa nudista.
Lo dicho: feliz fin de semana.

Nota de última hora: A las diez de la noche, cuando iba a programar esta entrada, vuelvo a echar una visual a Gomera Noticias y me llevo esta sorpresa, que seguro no te dejó abrir el enlace anterior (ya cancelado): http://www.gomeranoticias.com/article/%E2%80%9Cel-incendio-no-ha-sido-tan-danino-como-parece%E2%80%9D. Aunque seguí localizando unas lindas hiervas. Si hay alguna otra novedad, la pondré en ‘comentarios’. Me voy a acostar que estoy cansado de tanta brocha (si no te lo crees, pasa por casa que tengo una de repuesto).

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