lunes, 20 de agosto de 2012

Secuelas incendiarias

Ayer domingo me enteré de que el presidente se había dado un salto desde su residencia veraniega del Coto de Doñana hasta la aldea de El Rocío. La información no señalaba si el traslado lo realizó en helicóptero, en un 4x4 o en caballo (o yegua, que tanto monta, sin dobles). Parece ser que en el caserío almonteño se celebra el Año Jubilar Mariano, y, como su propio nombre indica, qué mejor que la presencia del señor Rajoy para dar realce al acontecimiento. Me imagino que de paso habrá comprado un par de décimos por si la suerte le acompaña en esta travesía no demasiado placentera. Y los periodistas acudieron ávidos, pues las presencias del gallego no suelen ser muy frecuentes en estos últimos tiempos, aunque si la prima de riesgo continúa bajando, mejor sería que siguiera oculto una temporada más. Vino a declarar don Mariano que siempre nos estamos quejando por asuntos materiales (lo dice él que dispone de buenos sueldos, al menos tres reconocidos y dudosamente cuantificados), sin percatarnos de que somos personas con alma y eso es muy bonito. Si la susodicha (alma) nos diera de comer y nos trajera el sueldo bajo el brazo, sería maravilloso. Hasta yo estaría dispuesto para volver a Matalascañas, darme un garbeo por la Torre de la Higuera (el famoso Tapón) y parar un rato en la verja (no la de Gibraltar).
Fiel seguidora de la línea trazada por el jefe supremo es la señora Delegada del Gobierno en Canarias, doña María del Carmen Hernández Bento, quien, en otro episodio más a sumar en su brillante trayectoria, debió confundir cleptómano con pirómano y casi llena la cárcel de sujetos fogosos. Declaró solemnemente que ya había detenidos en relación con el incendio de La Gomera. Al día siguiente tuvo la Guardia Civil que desmentir tal hecho, afirmando que se ha procedido a interrogar a varios individuos, pero nada más. De seguir los consejos de Paulino Rivero (entre pirómanos anda el juego), a buen seguro que ya habría encerrado al ministro que se aloja en un hotel ilegal de Lanzarote, porque por en esos mundos de pa´fuera hay mosquitos, y que nos es otro que su otro jefe (canario), a saber, don José Manuel Soria. Cuando era vicepresidente autonómico no tuvo reparo alguno en apoyar la tele y policía canarias y ahora se le ha pasado la visión al ojo trasero (porque lo ve todo al revés).
Un buen número de chalangueros se ha reunido en el campo de fútbol de Gran Rey convocados por no sé qué plataforma. Y se elaboró un comunicado en el que, sin mentar organización política alguna, se puso de manifiesto que “la evidente negligencia derivada de la mala actuación de las diferentes administraciones nos ha llevado a este desastre”. Al tiempo, el alcalde de aquella población, Miguel Ángel Hernández, ha declarado que “la sociedad civil ha estado por encima de los políticos”. No sé de qué se extraña el mandatario municipal si ya en su campaña estimaban (Socialistas por La Gomera) que el resto de formaciones habían conducido al caos a la población mediante las nefastas gestiones de gobiernos anteriores. Para estar por arriba de los políticos no es necesario un esfuerzo demasiado grande. No obstante, estimo que mala táctica el buscar responsables siempre fuera del entorno del que se habla. Culpables siempre los otros, parece ser la máxima que impera. El polvorín que constituía la vegetación del barranco no fue percibido ni siquiera por el que vivía justo al lado. Solo era visible el encauzamiento de su tramo final y el peligro de las posibles avenidas. ¿Cuándo será el día en que TODOS seamos capaces de remar juntos para buscar soluciones y no dedicarnos a poner zancadillas jugando con manejos barriobajeros a la obtención de réditos políticos?
Nos sumergimos en un lodazal inmundo y no nos recatamos lo más mínimo a la hora de disparar (dialécticamente). Sería oportuno que los dirigentes fueran capaces de rebobinar cada equis tiempo. Y ser sometidos a un control antes de acogerse al veredicto cuatrienal de las urnas. Con la posibilidad de ser penalizados por tales infracciones. ¿O acaso es normal que lo estipulado en un programa electoral sea borrado de la faz de la tierra a los dos minutos de ser publicado el escrutinio? ¿Cuántos disparates salen de las fauces (vocablo malintencionado) de cargos públicos, sin pudor alguno y sin que ni uno de ellos sea capaz de un posterior desmentido, disculpa o justificación? ¿Te pongo ejemplos? Creo que no vale la pena.
El ejecutivo canario, a través de sus portavoces en la tele de Willy, no se ha cortado ni un pelo al valorar como un rotundo éxito la arribada de unos hidroaviones marroquíes, merced al viaje de Rivero a Marruecos y las excelentes relaciones con el monarca alauí. No tardó quince segundos el gobierno de Madrid en soltar lo de nanai de la China, que los guapos somos nosotros y el moro nos quiere más. Curbelo acusa a Soria de ir a sacarse la foto, mientras a él le espetan que se montó en el Benchijigua para ir de salvador al Puerto de Vueltas. Los periodistas ‘accidentan’ a un miembro de la UME por inhalación de humo, mientras Santiago Díaz (el portavoz militar) corrige que fueron ellos los que sacaron a un brigadista forestal…
Y todavía quedan rescoldos (más en los medios; ¿este un ejemplo?: ojalá). Y nacen plataformas como hongos (que se presenten en las próximas). Y todos contra Casimiro (que se jubile). Y las redes siguen ardiendo (hay que pescar). Y yo soy más honesto que tú (demostrado científicamente). Y tú eres más cachanchán que yo (catch as you can = cógelo como puedas). Y viene otra ola de calor (cambien al Kamov por el Kampoff). Y que no se desvíe ‘Gordon’ (monitorízalo a conveniencia)…
Hasta mañana.

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