José Miguel
Barragán, al que no le conozco otra actividad que no sea la política, manifestó que el Parlamento de Canarias –que
es ahora, y desde hace más de tres lustros su lugar de trabajo, hazme al favor
de no reírte– no puede convertirse en un cementerio de elefantes. Raro concepto
el que tienen todos aquellos que se eternizan en la cosa pública del animal en
cuestión, cuya vida media ronda los 60 años. El señor Barragán, al igual que
otros tantos, que deberá sobrepasar, y con creces, la veintena de años subido
al carro del bien cobrar –él señala que se lo gana; y yo también, no te
fastidie–, debe entender que si comienzan su andadura, con algo de suerte, a
los treinta y pocos, cuando cumplan la edad que se le supone al paquidermo para
estirar la pata, ellos se hallen aún en la flor y nata de la existencia. De ahí
el raro concepto que tienen de la expresión que al inicio te menté. Le bastará
al majorero echar una visual a su alrededor para ver las caras de otro José
Miguel, de Paulino… ¿Sigo? Claro, lo mismo pretendía justificar a los que
encontrándose en edad de buen ver, son reubicados en Audiencia de Cuentas,
Consejo Consultivo…, órganos en los que, y mira que es bastante difícil, se
trabaja aún menos que en el que ahora él se estaciona o aparca.
El concejal
de Nuevas Tecnologías de Burgos –del PP, pero da lo mismo– se gasta 200.000
euros en Telefonía en dos meses (abril y mayo de 2011). Amén de otros
dispendios con sus colegas para irse a Madrid –el fútbol arrastra masas– en el
coche oficial del ayuntamiento; manda bytes. Vaya dominio tiene el edil en el
área que el alcalde le ha delegado. Lo mismo otro bien cercano, y que lo dejaba
‘enchufado’ porque creía disponer de tarifa plana, se copió de los
procedimientos. Son unos desalmados que juegan con nuestro dinero hasta el
extremo de la obscenidad más impune.
Y va otro
ejemplo. El alcalde de La
Mojonera (Almería), también muy popular él, es pescado
circulando a 150
kilómetros por hora en una zona cuya límite era 100.
Cuando le llega la sanción (900 euros), no corto ni perezoso la endosa a las
cuentas municipales –que la pague el pueblo– y a seguir con las mismas. Creo
que el angelito transitaba por carreteras de la provincia de Córdoba. Dicho en
román paladino: las excursiones le salen completamente gratis.
Hace unas
semanas comenté que me parecía una aberración el esfuerzo al que eran sometidos
los ciclistas en esos finales de etapa infernales, en los que las rampas
sobrepasaban, en mi modesto entender, la capacidad de sacrificio del
deportista. Lo que, probablemente, les inducía –conducía– hacia ese sórdido
mundo del dopaje. Y ejemplos, a porrillo. Este pasado fin de semana, uno de los
atletas participantes en la Tenerife
Bluetrail fallecía víctima de una fulminante parada
cardiorrespiratoria. Me parece que nos estamos pasando. Cien kilómetros, y con
esos desniveles, suponen ir más allá de los dictados de toda lógica deportiva.
El afán de superación, consustancial con la filosofía atlética, no debe
confundirse con salvajadas de este tipo. Las mejores máquinas del mundo también
sufren avería. Y el corazón humano no es ajeno a esa dinámica. Las trágicas
consecuencias saltan a la vista. Pregunto: ¿merece la pena?
Juan de Dios
es el alcalde de la población grancanaria de Teror. Que ha gobernado varios
mandatos con una mayoría holgada. Puede que con el auxilio de la Virgen del Pino –que le
echa una mano por el nombre tan bíblico– ha ido soslayando inconvenientes, como
en otros lugares, sin mayores complicaciones. Pero ahora se le ha fugado una
edila, Carmen Delia Ortega. Dicen las malas lenguas que las relaciones estaban
algo tirantes. No me extraña lo más mínimo observando la fotografía publicada
en Canaria7. Está la mujer como media escorada a la derecha, ¿no? Aunque la
corbata del mandatario tampoco se queda atrás. Otro problema para José Miguel
(y este es el tercero en el post). Que lo solventará como hizo con Alpidio en
El Hierro o con Román en El Tanque, es decir, nada de nada.
El pasado fin
de semana eché una visual a los comentarios que durante cuatro años estuve
realizando en Radio Realejos con periodicidad semanal. Como la próxima semana
tengo que hacer unas cosillas pendientes, lo mismo recupero algunos. No serán
antologías como las descritas con anterioridad, pero en demasiadas facetas de
la vida los asuntos siguen conservando rabiosa actualidad a pesar del tiempo
transcurrido.
Hasta mañana.
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