lunes, 31 de diciembre de 2012

Un año nuevo está aquí

De una parte, este fragmento:
“Ya lo hemos manifestado en alguna que otra ocasión. Nos preocupa el escepticismo que se está creando en la población por las cosas y casos que se ven; nos preocupa el pasotismo que se denota en los movimientos asociativos, otrora motores de la vida de nuestros pueblos; nos preocupa la falta de interés de determinados colectivos que solo viven cuando se aproximan las campañas electorales; nos preocupa un montón de cosas. Y al tiempo que felicitaremos todo lo positivo que acontezca, haremos, asimismo, la correspondiente crítica cuando menester fuere. Y es que el derecho de hacer nuestros comentarios no nos los puede quitar nadie. Cuando estemos equivocados –a lo que también tenemos opción–, que se nos haga saber. Lo contrario, el silencio, vendrá a suponer que contamos con la aquiescencia de quien nos lee. Esperemos que alguno haya.
Sin palabras rimbombantes, sin giros metafóricos, sin combinaciones esperpénticas, sin falsas greguerías, vayan, simplemente, nuestros mejores deseos –a todos, sin excepción– para este año que comienza. Ojalá pueda ser aquel en el que los políticos se entiendan con el pueblo llano y sencillo, en el que podamos mirar hacia adelante con optimismo, con ilusión, sin presagiar negros nubarrones. Brindemos, sencillamente, por un futuro mejor”.
Y de otra, el siguiente:
“Con la llegada del nuevo año, vaya la lícita pretensión de querer vislumbrar un futuro pleno de ilusión y anhelo. Esperanza de lograr una sociedad mejor, con un amplio horizonte de optimismo. Dejemos, por esta vez, que las penas hayan fenecido con el extinto y partamos de cero con el ánimo dispuesto a intentar alcanzar grandes metas en este que se inicia, queriendo demostrar su buena voluntad al ofrecernos un día más, para que los logros sean mayores, para que la meta pueda estar un poquito más lejos. Y en este barco con destino común, cada cual tiene su misión. No sería, pues, buena medida el intentar echar la zancadilla al contrario porque nos retrasaríamos todos.
En el inicio de esta nueva singladura pidamos éxito en su gestión a todos los que rigen los destinos del municipio. A todos, sin distinción de ideologías, suerte en esta nueva etapa. Intenten olvidar viejas rencillas y luchen, codo con codo, por ansiar alcanzar grandes logros para Los Realejos. Releguen zancadillas y boicots y dedíquense a trabajar por quienes tuvieron a bien colocarlos en el Ayuntamiento; seguro que no querrán, bajo ningún concepto, que ellos se sientan defraudados.
Deseemos suerte inmensa a cuantos colectivos pretenden trabajar con desinterés por el bienestar de nuestros ciudadanos; a las asociaciones de vecinos para que salgan del ostracismo, casi generalizado, en el que se encuentran sumidas y logren constituirse en el nexo de unión entre los vecinos y nuestros representantes en los diferentes organismos oficiales; a las asociaciones de padres para que sigan luchando con ahínco para mejorar la calidad de la educación de nuestros hijos como pilar básico y fundamental de un futuro mejor y de un progreso armónico y consecuente; a los diferentes colectivos profesionales, sindicatos, partidos políticos, sociedades culturales, recreativas y de ocio y a toda la sociedad en general, para que cada cual, en el puesto que la vida le haya deparado, aporte su sapiencia y no regatee esfuerzos para, entre todos, lograr el bienestar de la comunidad.
Critiquemos sí, pero aportemos al mismo tiempo soluciones. No sería, de manera alguna, buena táctica comenzar el año aprovechando cada uno su particular situación para seguir desprestigiando al contrario según uso y costumbre.
Seamos, pues, capaces de tener ilusión y esperanza. Lo contrario, mala señal sería”.
Cuando uno repasa escritos de bastantes años atrás (veinticinco en nuestro caso), se percata de que siguen siendo perfectamente válidos. Y no quisiera pensar en los discursos estereotipados que los políticos, amén del rey, repiten con machacona insistencia. Ojalá pudiera disponer de los euros suficientes para dar a conocer facetas relacionadas con la prensa y la educación acaecidas allá por el final del siglo XIX e inicios del XX. Porque nos llevaríamos demasiadas sorpresas. Pero estamos en crisis y es época de pensar en otras cuestiones más perentorias.
Se acaba 2012 y nos adentramos en 2013. Bonita terminación, dice los que juegan a la lotería. Creo que la mayoría de nosotros nos conformaríamos con recuperar lo jugado. Mantengamos la mano en el agua. Quizás pesquemos algo.
No se excedan esta noche porque el alcohol puede que ahogue las muchas penas momentáneamente, pero luego pasa factura. Y el panorama…
Feliz año nuevo y gracias por seguir siendo fieles.

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