Por los
comentarios que escucho, parece que las cabalgatas de los pasados Reyes en el
Valle de La Orotava
alcanzaron un notable éxito. Ya iba siendo hora de que noticias agradables y
satisfactorias tuvieran cabida en este contexto de crisis, desazón y malos
augurios. A los organizadores y participantes, mi enhorabuena.
Aunque uno no
comulgue con monarquías ni asuntos religiosos, no puede dejar de reconocer el
trabajo de nuestros escolares. Y se congratula que una alumna realejera haya
sido premiada e invitada al Palacio de la Zarzuela a recoger el galardón correspondiente.
Vaya para Gema, y su familia, mi más cordial felicitación.
Tras la
visita de Luengo y Rivero –ahora amigos para siempre y pelillos a la mar, o
agua pasada no mueve molinos, o lo que ocurre en política no es posible en
cualquier otra faceta, o déjalo ya que te salen ronchas– a Bruselas, resulta
que la única información que trajeron es que el REF peligra. De los millones
que iban a conseguir para crear empleo, nada se sabe.
Otro que
peligra es el senador Aurelio Abreu. La Fiscalía investiga dónde demonios puede estar
cierto proyecto encargado a un arquitecto y por el que se abonaron unos buenos
euros y hete aquí que el susodicho no aparece. Ni en Buenavista ni en Santa
Cruz ni en ambos ayuntamientos. Tampoco ha podido ser localizado en las sedes
respectivas del PSC-PSOE. Otro a sumar en la larga lista de políticos
imputados.
Ayer salí,
como casi todas las tardes, a dar una vuelta. Como la mayoría de bares y
cafeterías se han apropiado de las respectivas aceras, observé que en una de
las que me tropecé en el recorrido se hallaba cierto enjambre humano
contemplando la siguiente escena: Arias Cañete se zampaba con deleite y placer
un yogur 0%, con fecha de caducidad en noviembre de 2012 y sabor limón (algo
ácido, como sus declaraciones), de Hacendado (que me paguen la publicidad). Y
junto a él, Aznar daba buena cuenta de una botella (no la alcaldesa) de
Tajinaste, maceración carbónica (que me paguen la publicidad) y Rajoy se fumaba
un habano de cuarto metro, puede que Cohibas (que me paguen la publicidad). En
el justo momento en que yo sorteaba sillas y mesas para proseguir mi andadura,
el trío se subió al Opel Astra, de Cicar (que me paguen la publicidad), que
tenían alquilado y se evaporaron (no me caerá esa breva) en dirección a Las
Arenas. Conducía, por supuesto, José Mari. ¿Usted me va a decir a mí lo que
tengo que beber?
La creencia
generalizada de que los políticos gozan de generosos tratos de favor en sus
posibles tropiezos judiciales ha alcanzado su máxima expresión en el denominado
'caso Pallerols' de financiación ilegal de Unió Democràtica de Catalunya. Tal
acontecer, coincido con Gaspar Llamazares, da argumentos a los ciudadanos para
desconfiar tanto de la política como de la justicia. Unió aceptó, gracias a un
pacto judicial, devolver 385.000 euros desviados de subvenciones públicas
destinadas a cursos de formación para parados en el marco de este caso,
evitando la celebración del juicio y a los condenados entrar en prisión. Y aquí
viene lo bueno. Dijo anteayer una señora, a la que no tengo el gusto de conocer,
que su partido (debía ser una jefa) no ha sido acusado ni condenado. Pero si
acepta devolver un dinero será porque habrá reconocido que tal cantidad se
ingresó –eso sí, sin querer– en su cuenta corriente. Estarás de acuerdo conmigo
en la suerte que tienen algunos. Nosotros, tú y yo, nos pegamos todo el mes
mirando el saldo de la nuestra y solo hallas asientos negativos. Y estos
bergantes ni se habían percatado de que el saldo se le sabía incrementado de
manera significativa. Qué suerte. Debían estar nadando en la abundancia. El
Fiscal General del Estado, colocado, obviamente, por el partido que nos
(des)gobierna, alude a que todo ha sido correcto. Pues le sugiero que proponga
a Carromero como chófer oficial de Mariano. A ver… Por supuesto, los puntos
suspensivos dan lugar a todo tipo de interpretaciones. Lo de estos catalanes
impresentables se ajusta a derecho en todo momento. Perdón por el párrafo.
Merecía unos puntos y aparte. Pero me apetecía meter esta golfería en un mismo
saco, todo seguido.
El que parece
obsesionado con los animales es mi alcalde. Hace un par de días colgó en
Facebook que la policía había estrenado “nueva equitación”, al tiempo que se
adquirió un par de motos. Entre el hipódromo y la unidad canina a Manolo se le
trastocan las letras –un fallo lo tiene cualquiera– y se montó a caballo a la
hora de escribir “equipación” (la
RAE lo va a incluir en la próxima revisión como sinónimo de
“equipamiento”). Dado que algunos le hicimos un comentario gracioso sobre el
particular, no debió gustarle demasiado la ocurrencia, porque, ipso facto, lo
suprimió. Y muerto el perro… Sepa usted, señor alcalde, que cuando uno se asoma
a estas ventanas públicas, y este blog también lo es, está sujeto a tropiezos y
vaivenes. Pero en el juego estamos. Y todos debemos utilizar las mismas cartas.
Ser un personaje político tiene sus inconvenientes añadidos, pero no pretenda
arrogarse de privilegios. Si no, cambie la configuración en su perfil y no admita
opiniones. Sin embargo sí que le gusta que le señalemos dónde hay una luminaria
fundida, en qué lugar se sale el agua de una tubería o si alguien deja la
basura en lugar inadecuado. A las duras y a las maduras. ¿O rompemos la baraja?
Ayer acudí al
entierro de Lorenzo Sosa (Manolo, para los amigos). Un hombre cuya profesión
fue siempre la nobleza, por arriba de sus inquietudes periodísticas,
últimamente radiofónicas. Coincido con Salvador García: nos va a doler su
ausencia.
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