Son los
propios políticos los que utilizan la crisis como arma arrojadiza cuando les
interesa no dar un euro. Sin embargo, los ciudadanos debemos ponernos una cremallera en la boca ante los
despilfarros sin sentido que vislumbramos en procederes de dudosa consistencia.
Ahí tenemos
el capítulo de las fundaciones, instituciones vinculadas a los partidos y que disponen de generosas aportaciones
económicas de los presupuestos generales del Estado. Es decir, que tú y yo
estamos apoquinando con nuestros impuestos un dinerito constante y sonante para
que las mismas elaboren informes, hagan estudios y realicen seminarios, amén de
otras zarandajas varias, que luego no tienen ninguna finalidad práctica, ni a
nosotros nos interesa un pimiento. El Partido Popular dispone de la FAES, el juguete preferido de
Aznar, que se lleva la mayor parte del pastel. Sin recato ni rubor algunos. El
PSOE no se va a quedar atrás y se entretiene con IDEAS. Puede que colegios,
asociaciones vecinales, colectivos culturales y un largo etcétera mendiguen
años para sacar adelante cualquier proyecto que a buen seguro le daría cuatro
vueltas en la consecución de objetivos. Para mayor escarnio, de vez en cuando
se tiran los trastos a la cabeza por supuestas contrataciones irregulares.
Vamos a ver,
los populares no van a proponer a una empresa cuyo director sea un destacado
militante socialista que le realice tal o cual plan que deberá repartir por
todas sus agrupaciones a lo largo y ancho del país. Ni a la viceversa, claro. Y
cada cual que se defienda como mejor estime oportuno. La pregunta obligada, sin
embargo, es: ¿Por qué demonios se pueden acoger a subvenciones públicas? Y
alguna más: ¿Sabes de alguna formación política que haya solicitado cerrar este
grifo? Ni una, hoy por ti y mañana por mí. Lo mismo que con la corrupción.
Alardean con las comisiones de investigación y concluyen con tirarse los
trastos a la cabeza. ¿Qué ocasiones siguen perdiendo? Todos.
Otro hecho a
destacar podría ser la celebración de reuniones partidarias en horarios no pertinentes.
El pasado lunes se reunió el Comité Ejecutivo del PP en Madrid. Si echaste una
visual a las imágenes que nos brindaron las diferentes teles, allí se
encontraban ministros, diputados, alcaldes y, en suma, un selecto conglomerado
que cobra por otras funciones bien diferentes. Dinero público, nuevamente. Y ni
Rubalcaba ni la madre del cordero son capaces de decir basta. Que se hagan los
domingos. Y es que terminan por cobrar suculentos sueldos por ejercer la
función encomendada de martes a jueves, o como mucho viernes a mediodía. Así
cualquiera. ¿Qué ocasiones siguen perdiendo? Todos.
Uno, como
está jubilado, tiene más tiempo para estar conectado, que se dice. Y comprueba
que, por si fuera poco lo anterior, en esos escasos días en que se dedican los
próceres al noble oficio del curro, siempre se hallan disponibles en las redes
sociales y tanto Facebook como Twitter echan humo. Sin recatarse un carajo.
¿Qué ocasiones están perdiendo? Todos.
Y concluimos
con la Dársena
de los Llanos en el Puerto de Tenerife (me dijeron una vez que lo escribiera
así y no de Santa Cruz de Tenerife). Ahí se sumergieron millones y millones.
Después la rellenamos con cientos y cientos de elegantes contenedores para que
no viendo el mar, diéramos la impresión de ser mucho más grandes. Porque esta
isla siempre ha tenido tal handicap: vivir de espaldas a la mar. Al contrario
que nuestros vecinos de Las Palmas.
Pasó el
tiempo y allí seguía el muerto. Por las mentes prodigiosas de la autoridad
portuaria y alcaldía santacrucera pasaron sendas estrellas fugaces que
concedieron el deseo de rigor: quitar toda aquella basura y acabar con el
retrato de la ignominia. Como no les duele el dinero, a trasladar lo
contenedores, a trocear las grúas, nuevos asfaltados, señalización de aparcamientos…
Eso que llaman un plan especial. Basta con sumar los euros de la chapuza con el
“deschapuceo” y viva la crisis y la madre… de todas las batallas.
¿Hasta cuándo
vamos a ser capaces de seguir soportando a tanto necio al frente de nuestros
ahorros? Sí, porque se supone que con mis impuestos contribuyo a ese fondo
común con el que invertir en infraestructuras, mejora de servicios básicos y
elementales, atención sanitaria… Ves, con esa sonrisa que esbozas no llegamos a
ningún sitio. Así nos va. Nos hemos habituado a pensar que las cosas son así y
perdimos la capacidad de elevar nuestra voz ante tanto mangante y tanta
mamandurria. Creemos que entra dentro de los cálculos de la normalidad. Y no es
así. ¿Qué ocasiones están perdiendo? Todos. ¿Y qué ocasiones estamos perdiendo?
Todos.
En la edición
del pasado martes, Diario de Avisos, en su sección de Opinión, se publicaba un
artículo de Juan Henríquez, del que extracto: “…y además, colocar al frente de
la agrupación a gente joven y preparada, evitando la influencia nociva del
rubalcanismo. Espero que lo dicho por un socialista sin carnet, pero con
conocimiento de causa, no caiga en saco roto”. Él aludía a la convocatoria para
nombrar nueva ejecutiva en la agrupación socialista santacrucera. No solo comparto
su parecer, sino que lo hago todo lo extensivo posible. Qué oportunidades se
pierden para el necesario giro copernicano.
Yo, como
Viera, desde Los Realejos para el mundo.
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