Escuchaba
hace unos días la intervención del portavoz de uno de los cuatro grupos
políticos que conforman la corporación municipal realejera en la emisora
pública Radio Realejos. Se trataba, concretamente, de Jonás Hernández, de IUC.
Y casi cuando finalizaba su intervención, llamó un ciudadano para recriminarle
que siempre se estuviera metiendo con el señor alcalde. Aunque yo no soy del
PP, recalcó al menos en dos ocasiones.
Viene el
anterior párrafo a cuento de que transcurrido poco más de un año en que Mariano
Rajoy se halla al frente del gobierno, merced a una mayoría absoluta sin
discusión, ya se vislumbran demasiados desertores. Porque no parece normal el
que sean escasos los que te declaran que su voto se emitió en la dirección
popular. Ahora, cuando hemos visto el verdadero rostro de los que se
presentaban como adalides de la moderación y el ‘centrismo’, viene a resultar
que no nos cuadran las cuentas para que hayan alcanzado esa cantidad de
diputados (185). Nadie los votó, nadie es ya del PP. Entonces debió haber un fraude
electoral de tal calibre que podría ser equiparable a cualquier república bananera
de este globo terráqueo, incluyendo Sudamérica.
No obstante,
los sondeos siguen estampillando que el algodón no engaña. Y nos señalan que
volverían a ganar. No seremos del PP, pero sí que somos masoquistas. Ponemos la
otra mejilla, el cogote y hasta el mismísimo trasero. Y vuelvo al primer
párrafo:
Alegaba, a
través de la llamada telefónica, el señor aludido que todos los partidos
deberían sentirse culpables por lo que está ocurriendo. Y no deja de tener
cierta parte de razón. Pero nos olvidamos de que unos más y otros menos. No es
achacable idéntica responsabilidad formando parte de los gobiernos que siendo
miembros de la oposición. Aunque, y no es menos cierto, que los dos grandes
partidos (PP y PSOE) han jugado últimamente demasiado a parecerse en sus
maneras de hacer política, de gestionar. Puede que en el afán de captar ese
importante sector poblacional que navega por los mares de la indefinición y lo
mismo le importa Juana que la hermana. Pero no sigo, so pena de sumergirme en
los resbaladizos terrenos argumentados ayer.
Yo, que no
soy del PP por prescripción facultativa, sigo maravillado con lo fácil que me
hubiera resultado acceder hoy, a pesar de la tan cacareada crisis, a un puesto
de (ir)responsabilidad. Desde el que ya no se gestiona porque entre el número
de asesores, técnicos, lameculos y chupatintas (que lo hacen por ti) y el
tiempo que debes dedicarle a entrevistas en diferentes medios de comunicación
para decir las chorradas de rigor (y que luego se indicarán), apenas te resta
el par de minutos para decirle a la parienta que estás muy cansado y le señalas
amablemente que lo deben dejar para otro momento.
“La cuesta de
enero se prolongará hasta junio”. Pero en verano se comenzará a dejar de
destruir empleo. Todo eso, seguido y sin trabucarse, salió de la boca del
director general de comercio y consumo (todo con minúscula), el excelentísimo
señor don Gustavo Matos (al que los Reyes Magos dejarán un vale para acudir a
la peluquería más cercana). Y como fiel seguidor de los discursos
presidenciales, añade que Canarias remontará el vuelo antes que otras
Comunidades Autónomas. Enmárquenlo, porque en julio próximo, viendo que sus
deseos tomaron la senda errónea, dirá lo contrario, cargará contra Rajoy (si es
que por esa época sigue en La
Moncloa) y no se corta ni un pelo (a pesar del vale).
Como la tele
de Paulino sentenció ayer que comienza el año con menos dinero y más gastos, la
verdad es que no llego a comprender (nada raro, por cierto) cómo nos la vamos a
arreglar para cubrir las subidas de casi todos los impuestos, la mayoría de
tasas, los transportes, la supresión de algunas deducciones y, para más inri,
ni la ilusión de la primitiva, pues del premio que pienso obtener, Hacienda me
limpiará la quinta parte. De seguir así, no nos deberá extrañar que nos limpien
hasta los calzoncillos. Llegado ese instante, me gustaría que fueran los
usados.
Me llamó la
atención lo de las campanadas de fin de año en Corralejo. No fui capaz de casar
el discurso victimista de Claudina Morales (no tenemos dinero para pagar las nóminas
a partir de febrero; recuérdese la sentencia que le obligaba a readmitir a más
de cuarenta trabajadores) con las sonrisas, besos y abrazos con Willy García.
Eloísa, Gara, Loida y resto de la tropa, equipos de la tele y amplia movida no
costaron un euro a las arcas públicas. Los comerciantes, que pasan por una
época excelente, corrieron con todos los gastos. Lo mismito que los tenderetes
en mi pueblo. Qué fácil es siempre manejarse con la cartera del otro.
Me voy. Si
conocen a alguien que hay votado por el PP no siendo afiliado, preséntenmelo
para felicitarlo por el nuevo año, el de los brotes, el de la luz al final del
túnel y… ya empiezan a engañarnos otra vez.
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