martes, 12 de marzo de 2013

Rayano el ridículo

O yo me he vuelto incordio –¡ay, los años!–, o vislumbro lo que otros no, o el paso de los días me hace ser más exigente, o estoy torpe, tú. Eso, estoy torpe, corto y obtuso.
Pensaba hoy, de una manera tranquila y sosegada, preguntarles si ustedes entienden el porqué en tres periódicos de estas islas, ante una misma información, expresan cantidades tan dispares acerca del número del siguiente hecho:
Canarias pierde 250.000 pasajeros de avión en febrero.
Los aeropuertos pierden 191.400 viajeros en febrero.
El Archipiélago pierde 230.000 pasajeros en febrero.
Si quieres que te sea sincero, los redactores de tal primicia en estos medios impresos (averigua tú cuáles fueron) deben ser afiliados al PSOE. Que son los únicos ‘cerrados de mollera’ que no ven lo que los demás contemplamos con nitidez meridiana. Muchos aviones hay que llenar –o vaciar– para que puedan casar esas cantidades tan dispares. Lo mismo obtuvieron la información en diferentes post del blog de Paulino.
Aparte de las generosas dietas que cobraban los consejeros de Caja Navarra por ni siquiera asistir a las reuniones –semejantes golfos–, creo que es conveniente comentar algo acerca de lo apetitoso que es un cargo político. Tanto que es preferible aparcar la ideología –si acaso se tuvo en algún momento– para seguir aupado al machito. Sí, me estoy refiriendo al penúltimo episodio del Partido Socialista. Pero del que no escapa nadie. Ni siquiera Izquierda Unida que se presenta como el adalid de la honradez y todas esas cosas del bien quedar. Y por aquí bien cerca, me gustaría que Manuel Domínguez, presidente insular del PP, diera alguna explicación convincente de cómo permite la trastada de apoltronar a Tomás en la alcaldía ramblera. Aquí el que menos corre, por muy carita de bueno que se ponga, vuela. Y si es en pos de la tan codiciada silla, se pierde el culo –que es lo de menos– amén de la dignidad.
Se ha lucido el PSOE en Ponferrada. El “se corrige y punto” de Alfredo constituye otra muestra de la deriva de una formación no ya sin rumbo, sino sin nadie que sea capaz de timonear la zarandeada embarcación. Recuerdan al Borbón a la salida de la clínica: “Me he equivocado. Lo siento. No volverá a ocurrir”.
Se elevan voces por doquier y los comunicados inundan las redacciones. El espectáculo bate récords de audiencia. Y, al menos por una vez, no puedo, en manera alguna, coincidir con el artículo del buen amigo Salvador García cuando califica la intervención de Rubalcaba en Telecinco como sobresaliente. Juego con ventaja en este caso. Hace muchísimos años que las obediencias ciegas desaparecieron de mi entorno. Pero si fuera solo Jesús, con mandarlo a tomar viento fresco, como ya lo ha hecho más de un iluminado, asunto arreglado. Pero son tantos los que se han sumado al parecer de que el principal partido de la oposición debe ‘refundirse’, que los cada vez más escasos afiliados (a este paso solo quedarán los que ocupan cargos en diferentes instituciones), y añado, generoso que estoy, los poquísimos que aún creen que Alfredo es la solución. Y lo del Oscarito López, para echarle pienso en pesebre aparte. En vez de largarse (motu proprio), van y lo respaldan. Claro, como en otros tantos lugares, en las siguientes elecciones municipales, pelillos al río Sil, y bajo las siglas del partido otra vez. Es que se perdió la vergüenza. Márchense pa´l carajo y váyanse a hacer puñetas  al embalse de Bárcena. Hasta el nombre es bonito. ¿Cómo? ¿Que yo estoy cabreado? Arrímame un fósforo y verás.
Se ha alcanzado un punto en el que no hay retorno posible. Se impone una ruptura total –ante tanto fraccionamiento apenas se va a notar– e iniciar un nuevo peregrinaje. En el que, me temo, no sea Chacón el recambio adecuado después del circo catalán. Ni la opción de JFLA, que barajan algunos, porque a las primeras de cambio puede repetir la jugada que hizo en Canarias. Y no discuto, válgame Pablo Iglesias, valías. Que todos los mencionados las tienen.
El problemón del partido a nivel nacional es extrapolable a los escalones inferiores. Son necesarios muchísimos mirlos blancos. Algo parecido a lo que ocurrirá en estos días en El Vaticano. Pero como más bajo no pueden caer, comiencen ya el proceso. Y échense a un lado tantas viejas glorias que jeringan más de la cuenta. ¿A qué tienen miedo? ¿No se dan cuenta de que seguir con los modos y maneras actuales, no van a poder levantarse del estampido? Hagan algo antes de que les ocurra lo que al Titlis en Punta Brava o no les va a quedar más que una hélice para decorar Ferraz. No esperen al próximo otoño (vaya estación más representativa para el giro) y déjense de machangadas con el manual de instrucciones que cada mañana remiten a los cargos públicos. Se perdió la credibilidad y como si cantan misa en latín.
Me apena ese grupo excelente de jóvenes que siguen ahí a verlas venir. Peguen ya los moquetes necesarios en la mesa y si menester fuere inicien la ‘reconquista’ desde abajo. Y cada cual que le dé el significado que le apetezca a la palabreja revolución. Ya se lo envié hace unos días, con motivo de sus cumpleaños, a las juventudes socialistas realejeras.
Jamás en la historia al partido opositor se lo ha puesto tan a huevo el que rige el gobierno en estos momentos. Y el resultado salta a la vista. En las próximas confrontaciones electorales las agrupaciones independientes, por el mero hecho de diferenciarse de este y del otro, pueden proporcionar sonadas sorpresas. Hasta yo estoy pensando diputar la alcaldía al PP en mi pueblo fundando la Agrupación Electoral Independiente: Obstinados Undécuplos. Exacto: la AEIOU, para vocalizar con fundamento.

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