O yo me he
vuelto incordio –¡ay, los años!–, o vislumbro lo que otros no, o el paso de los
días me hace ser más exigente, o estoy torpe, tú. Eso, estoy torpe, corto y
obtuso.
Pensaba hoy,
de una manera tranquila y sosegada, preguntarles si ustedes entienden el porqué
en tres periódicos de estas islas, ante una misma información, expresan
cantidades tan dispares acerca del número del siguiente hecho:
Canarias
pierde 250.000 pasajeros de avión en febrero.
Los
aeropuertos pierden 191.400 viajeros en febrero.
El
Archipiélago pierde 230.000 pasajeros en febrero.
Si quieres
que te sea sincero, los redactores de tal primicia en estos medios impresos
(averigua tú cuáles fueron) deben ser afiliados al PSOE. Que son los únicos
‘cerrados de mollera’ que no ven lo que los demás contemplamos con nitidez
meridiana. Muchos aviones hay que llenar –o vaciar– para que puedan casar esas
cantidades tan dispares. Lo mismo obtuvieron la información en diferentes post
del blog de Paulino.
Aparte de las
generosas dietas que cobraban los consejeros de Caja Navarra por ni siquiera
asistir a las reuniones –semejantes golfos–, creo que es conveniente comentar
algo acerca de lo apetitoso que es un cargo político. Tanto que es preferible
aparcar la ideología –si acaso se tuvo en algún momento– para seguir aupado al
machito. Sí, me estoy refiriendo al penúltimo episodio del Partido Socialista.
Pero del que no escapa nadie. Ni siquiera Izquierda Unida que se presenta como
el adalid de la honradez y todas esas cosas del bien quedar. Y por aquí bien
cerca, me gustaría que Manuel Domínguez, presidente insular del PP, diera
alguna explicación convincente de cómo permite la trastada de apoltronar a
Tomás en la alcaldía ramblera. Aquí el que menos corre, por muy carita de bueno
que se ponga, vuela. Y si es en pos de la tan codiciada silla, se pierde el
culo –que es lo de menos– amén de la dignidad.
Se ha lucido
el PSOE en Ponferrada. El “se corrige y punto” de Alfredo constituye otra
muestra de la deriva de una formación no ya sin rumbo, sino sin nadie que sea
capaz de timonear la zarandeada embarcación. Recuerdan al Borbón a la salida de
la clínica: “Me he equivocado. Lo siento. No volverá a ocurrir”.
Se elevan
voces por doquier y los comunicados inundan las redacciones. El espectáculo
bate récords de audiencia. Y, al menos por una vez, no puedo, en manera alguna,
coincidir con el artículo del buen amigo Salvador García cuando califica la
intervención de Rubalcaba en Telecinco como sobresaliente. Juego con ventaja en
este caso. Hace muchísimos años que las obediencias ciegas desaparecieron de mi
entorno. Pero si fuera solo Jesús, con mandarlo a tomar viento fresco, como ya
lo ha hecho más de un iluminado, asunto arreglado. Pero son tantos los que se
han sumado al parecer de que el principal partido de la oposición debe
‘refundirse’, que los cada vez más escasos afiliados (a este paso solo quedarán
los que ocupan cargos en diferentes instituciones), y añado, generoso que
estoy, los poquísimos que aún creen que Alfredo es la solución. Y lo del
Oscarito López, para echarle pienso en pesebre aparte. En vez de largarse (motu
proprio), van y lo respaldan. Claro, como en otros tantos lugares, en las
siguientes elecciones municipales, pelillos al río Sil, y bajo las siglas del
partido otra vez. Es que se perdió la vergüenza. Márchense pa´l carajo y
váyanse a hacer puñetas al embalse de
Bárcena. Hasta el nombre es bonito. ¿Cómo? ¿Que yo estoy cabreado? Arrímame un
fósforo y verás.
Se ha
alcanzado un punto en el que no hay retorno posible. Se impone una ruptura total
–ante tanto fraccionamiento apenas se va a notar– e iniciar un nuevo
peregrinaje. En el que, me temo, no sea Chacón el recambio adecuado después del
circo catalán. Ni la opción de JFLA, que barajan algunos, porque a las primeras
de cambio puede repetir la jugada que hizo en Canarias. Y no discuto, válgame
Pablo Iglesias, valías. Que todos los mencionados las tienen.
El problemón
del partido a nivel nacional es extrapolable a los escalones inferiores. Son
necesarios muchísimos mirlos blancos. Algo parecido a lo que ocurrirá en estos
días en El Vaticano. Pero como más bajo no pueden caer, comiencen ya el
proceso. Y échense a un lado tantas viejas glorias que jeringan más de la
cuenta. ¿A qué tienen miedo? ¿No se dan cuenta de que seguir con los modos y maneras
actuales, no van a poder levantarse del estampido? Hagan algo antes de que les
ocurra lo que al Titlis en Punta Brava o no les va a quedar más que una hélice
para decorar Ferraz. No esperen al próximo otoño (vaya estación más
representativa para el giro) y déjense de machangadas con el manual de
instrucciones que cada mañana remiten a los cargos públicos. Se perdió la
credibilidad y como si cantan misa en latín.
Me apena ese
grupo excelente de jóvenes que siguen ahí a verlas venir. Peguen ya los moquetes
necesarios en la mesa y si menester fuere inicien la ‘reconquista’ desde abajo.
Y cada cual que le dé el significado que le apetezca a la palabreja revolución.
Ya se lo envié hace unos días, con motivo de sus cumpleaños, a las juventudes
socialistas realejeras.
Jamás en la
historia al partido opositor se lo ha puesto tan a huevo el que rige el
gobierno en estos momentos. Y el resultado salta a la vista. En las próximas
confrontaciones electorales las agrupaciones independientes, por el mero hecho
de diferenciarse de este y del otro, pueden proporcionar sonadas sorpresas. Hasta
yo estoy pensando diputar la alcaldía al PP en mi pueblo fundando la Agrupación Electoral
Independiente: Obstinados Undécuplos. Exacto: la AEIOU, para vocalizar con
fundamento.
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