Hay días, y
hoy puede ser uno de ellos, en que el caudal informativo baja con tal cantidad
de metros cúbicos que uno se queda en blanco. Llámalo paradojas o como te venga
en gana, pero es así. Y como este blog no pretende suplir carencias, te quedas
patinando y sin saber a qué meterle mano.
La Infanta, imputada (aunque
el fiscal, que más parece un defensor, va a recurrir el auto del juez); el
Duque de Palma (aunque sin placa), flaco, con ojeras y con problemas de
levantamiento (de moral) de tanto bajar la rampa (traduzco: em-Palma-do, aunque
venido a menos); Feijóo sigue sin saber con quién navega; Aznar tiene que
acudir a más de doscientas clases para manejar los palos (las pelotas son cosa
de Botella, los pagos del Manzano); Griñán da explicaciones en el parlamento
andaluz y la oposición ni lo quiere escuchar; Mouriño envía los mensajes a
Casillas a través de Karanka (las mociones a los periodistas las realiza in voce); Carlos Alonso, el cabildero
sustituto de Melchior, nos va a cobrar peaje; los populares de mi pueblo
adelantan por la izquierda a los grupos de la oposición; Maduro se cayó del
árbol y en el descenso creyó vislumbrar un lindo pajarito (qué estaría fumando
en la rama)…
Después de
darle unas cuantas vueltas he decidido escribir de Mariano. Que no está
em-Palma-do, ni im-puta-do, sino en-plasma-do. Me recuerda todo esto a un grupo
de palmeros que pusieron una fábrica de cemento con un enorme cartel que decía:
CemenPalma. Volvió Rajoy a las andadas. Varios meses después hemos vuelto a
escuchar su voz a través de una generosa pantalla de plasma. Y los periodistas
acudieron a la disertación con sus artilugios y pudieron entrevistar… a los
compañeros de ambos costados.
“La reforma
laboral no ha creado empleo, pero evita que se destruya”. Sonaron los aplausos
de los enfervorizados dirigentes puestos en pie y haciendo la ola. Todos
olvidaron que las cifras estadísticas de cada inicio de mes se empeñan en
demostrar lo contrario, a pesar del paréntesis de las contrataciones de Semana
Santa. Ahora bien, en 2014 a
este país no lo va a conocer ni la madre…
Los escraches
son un atropello y un atentado contra la dignidad de los cargos públicos.
Vuelven a olvidar los militantes del Partido Popular los argumentos que
utilizaron en la oposición a Zapatero. Y claro, a uno termina por llenársele la
cachimba. Anteayer por la tarde escuchaba un cara a cara (Cadena Ser, la
ventana de Canarias, Juan García Luján) entre dos diputadas de Teobaldo Power,
una de CC y la otra del PP. De pena, lástima y sentimiento. Bochornoso. No
discuto sus méritos académicos, pero son analfabetas funcionales. Cualquier
platanero (y como lo soy, vaya el burro por delante) le demuestra a tales
inútiles que no se pueden decir más boberías en tan corto periodo de tiempo.
Se reunió
ayer por la mañana, como te venía contando, la Junta Directiva Nacional del PP
en Génova, comunidad autónoma de Madrid (no en Italia). En horas de trabajo. En
las que deberían estar en aquellos puestos por los que los españoles les
pagamos un sueldo bastante amañadito. Allí había ministros, parlamentarios (de
los unos y de los otros), presidentes (de muchas ramas) y yo qué sé. La flor y
nata. No se reúnen por la noche, como lo hacíamos en los años ochenta del siglo
pasado. No, reitero, en horas de trabajo. Y se les importa un pimiento murciano
el que deban desatender a los contribuyentes que religiosamente pagamos para
que ellos perciban los sobres, perdón, los salarios a fin de mes.
Es probable
que haya por ahí un listado de cargos públicos pendiente de que Rajoy tenga un hueco
en su agenda para platicar un fisco. Mezclan los asuntos partidarios con los de
gestión pública con un descaro y desvergüenza sin límites. Y como existe veto a
las preguntas, aquí no se da cuenta a nadie. No obstante, me temo que los
periodistas tampoco se preocupen de estas nimiedades en las que yo me fijo.
Otras zarandajas venden más. Cuando en realidad lo que tendrían que hacer, si
existiese un mínimo de decoro profesional, es dejar la sala completamente
vacía. Pero como los medios se deben, no hay más leña que la que arde.
Se impone
otros lapso de varios meses de mutismo. Mientras, Bárcenas se irá diluyendo.
Puede que el Borbón tropiece de nuevo y se descoñete
aún más. Lo mismo le sale otro forúnculo en ciertas partes nobles a Rubalcaba.
Y así, entre pitos y flautas, concluirá 2013, se cambará la línea económica
descendente y alcanzado 2014 comprobaremos atónitos cómo el presidente
volverá convocar ruedas de prensa. En
inglés y en alemán. Y desposeído de sus ataduras, irá con Merkel a la playa.
Nudista o no, ya se verá.
Cada vez
estoy más convencido de que este país
camina porque los que no somos políticos sabemos lo que tenemos que hacer sin
que nadie nos lo indique. Ocurre lo que en los colegios e institutos, que
funcionan a pesar de malos directores. Es más, marchan mejor porque los buenos
siguen dando clase mientras aquellos se pasan el día en la cafetería. Y a buen
entendedor, mañana más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario