Son las que
hubo este pasado fin de semana en Las Palmas de Gran Canaria. Allí, en la playa
de Las Canteras, tuvo lugar un magnífica exhibición aérea al cumplirse cien
años de la aviación en Canarias. No entro en detalles porque ustedes ya han
podido seguir las crónicas al respecto en los diferentes medios de
comunicación. Y de las muchas fotografías que he podido vislumbrar, me quedo
con esta que inserto y que fue publicada en el periódico La Provincia. Lo hago en el
convencimiento de que es la mejor que representa el sentir de dicho festival:
los trazados curvilíneos de esos aparatos en plena faena. Fíjense ustedes en
esa entrada majestuosa de la patrulla “Águila”, del Ejército del Aire, por El
Confital y La Puntilla…
No quisiera pensar que estabas distraído en ese momento mirando para otro lado.
Son las que
goza el Partido Popular tinerfeño en estos momentos en lo que va fraguando su
venganza de manera lenta pero inexorable. Y como su aliado natural es Coalición
Canaria, le ha tocado pagar los platos rotos al Partido Socialista. Formación
política cuyo parecido a un circo es cada vez más patente. Le correspondió ayer
el turno al amigo Rafael Yanes. Con quien hablé el 5 de abril próximo pasado
con motivo del acto de homenaje al maestro y poeta José Galán Hernández,
celebrado en Realejo Alto y del que ya di norte en este mismo blog. Y le dije
que anduviese con cuidado en su pacto municipal de Güímar porque en el ecuador
del mandato podrían saltar liebres. En las redes sociales se vaticina que el
próximo en caer será el alcalde de Granadilla. Mientras, las poltronas del
Cabildo y Gobierno autónomo siguen bien ocupadas. Los dirigentes del PSC-PSOE
permanecen mudos. Así es la política. Algunos me critican porque me fui (otros
me echan) a los cuatro años. Los ánimos para acudir a las urnas menguan a
velocidad supersónica.
Son las del
grupo que nos va a representar en Eurovisión: El Sueño de Morfeo. Leí que ya ha
comenzado a ensayar el día de la puesta de largo. Y como todos los años,
partimos con muchas posibilidades. Entiendo que exactamente las mismas que el
resto de participantes. ¿Cuánto nos cuesta la broma? ¿Vale la pena adentrarse
en estas aventuras cuando el país, salvo la banca y algunas otras honrosas
excepciones, va con la proa pa´l marisco? ¿Cómo he de hacer caso o prestar
atención a las declaraciones del presidente Rajoy, ayer mismo, si se persiste
en dispendios de muy difícil justificación? Al final, como siempre, habremos
jugado un digno papel en el bodrio musical politizado.
Son las que
deben estar ‘sufriendo’ indefinidos comunicadores que se descubren al darse por
aludidos en ciertos cruces que uno tiene a bien dirigir a quienes lo
representan en las instituciones públicas. Hace unos días escribí este texto en
Facebook: “¿Hasta cuándo va a seguir Radio Realejos explotando el espectáculo o
circo ramblero? ¿Tiene, estimado alcalde, algún interés informativo o es mero
amarillismo que no tiene cabida en una emisora pública?”. Manolo ha debido
estar ocupado en otros menesteres más importantes (Fiestas de Mayo, mociones de
censura…) y no ha podido enviarme respuesta ante la cuestión planteada. Que él
sabe perfectamente que no es nueva. La hemos comentado, incluso, por otros
canales, menos públicos. Aunque no debe preocuparse demasiado porque en un
cínico ejercicio de total desfachatez y repugnancia, algunos se encargan de
hacerlo por él. Por ahora no en la emisora pública, pero todo se andará. Sigan
atentos a la red social antes mentada. Y por si no lo sabías: Me echaron de la
alcaldía en 1987. Recogido está en el acta de la sesión plenaria en la que se
constituyó la nueva corporación, encabezada por José Vicente González, y que
había de regir los destinos municipales entre el precitado año y 1991. Desde
ese instante estoy cobrando la pensión de jubilación, amén de la suculenta
indemnización a que tuve derecho en la sentencia del juzgado por despido
improcedente. En lo de no saber escribir, coincidimos. Sobre todo para los que
la bombilla fundida no les deja captar el recurso de la ironía. Eso se halla en
una zona del cerebro de muy difícil acceso para los que escupen a la menor
vibración de las cuerdas vocales.
Son las que
parecen respirarse ante la noticia publicada en Diario de Avisos acerca de la
inversión que se va a llevar a cabo en la Casona de La Gorvorana para evitar más actos vandálicos en el
inmueble. No entendí –tendré que hablar con Adolfo– lo de proteger los frescos
de Bonnín, porque la última vez que los vi, bien poco se podría arreglar ya.
Existen algunas fotos por ahí que demuestran hasta qué punto se ensañaron otros
pintores –iba escribir de brocha gorda,
pero ni siquiera les hizo falta– con los elementos que decoraban el amplio
corredor de acceso a varias dependencias del costado norte de la casa.
Bueno, para
los detalles de menor porte: FB y Twitter. Y el consejo final: no se ahoguen en
sus propias incongruencias. Si nadie me lee… ¿Lo cogieron o se los explico otro
día? Pues sí, me han vuelto a premiar en un concurso literario. Debí
presentarme yo solo.
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