Ayer por la
mañana (¿un lunes?) subí a Las Cañadas y poco menos que perdí el viaje.
Conservo en la retina la impresionante floración de tajinastes del año 2006 (y
alguna fotografía), por lo que las visitas de los años siguientes, como decía
la abuela, no tienen ‘comparancia’. Este 2013, por ejemplo, aparte de que a
estas alturas de junio aún no han cogido color, hay cuatro regados y para de
contar. Los entendidos lo achacarán, me imagino, a la falta de lluvias del
invierno. El coche tragó tierra por todos los recovecos y cuando alcancé el
asfalto en Arico (chiquita tirada), él solito buscó una estación de servicios
para darse un manguerazo. Pobrecito. Antes, en una zona recreativa (no sé cómo
se llama), nos habíamos mandado un bocadillo de sardinas. Chacho, chacho.
Vamos con
algo más serio. ¿O lo serio era lo anterior? Es igual, como sea. Sigamos.
Cuando uno escribe todos los días, cae en el peligro de que lo encasillen (sus
lectores) en determinadas manías. Y los más avispados me lo recuerdan de vez en
cuando. Pero en mi descargo siempre alego que me lo ponen a huevo.
El Partido
Socialista Canario (que dicho así no sé si es Obrero y Español, aunque me
quiero imaginar que sí) ha dado entera libertad, o autonomía, a las direcciones
insulares para que decidan per se sobre la duplicidad de cargos. Y como es
asunto que he tratado en múltiples ocasiones con destacados dirigentes de esa
formación política, amén de la constancia escrita en diferentes medios, el
contemplar estos regates en corto para salir del atolladero me causa estupor,
cuando no carcajada estrepitosa.
Puede que me
queden demasiado lejos estos socialistas de nuevo cuño. Los del aparato, que se
menta. Voy a poner solo un ejemplo. Cuando Yeyo se va a echar una partida de
dominó con los amigos en El Palmar, puede ocurrir que entre los que juegan, o
entre los espectadores, se halle alguno que la lacra del paro le esté
sacudiendo. Mientras él, afortunado, puede presumir de vivir a caballo entre
Madrid y Santa Cruz, entre el Senado y el Cabildo. No insinúo que cobre dos
sueldos por no atender, al menos con la dedicación necesaria, ninguno de los
dos cometidos. Pero habrá que poner en el correspondiente platillo de la
balanza dietas, bonos de transporte, coche oficial, secretaria…
El (mal)
ejemplo que están dando a la sociedad, además de la posibilidad de ostentar
cargos orgánicos en la estructura del partido, es de tal calibre que cuando
dimiten de algo siempre será de aquel que le puede causar mayor problema por el
trabajo y por el que cobraría menos. Concejal de Puerto de la Cruz, verbigracia. Con lo que
el paradigma de honradez, sacrificio y entrega vale menos que aquella media
peseta de agujero. ¿O eran cinco duros? Me queda tan lejos.
Si el retrato
a nivel nacional es en blanco y negro, mucho más negro que blanco, en Canarias
el panorama pinta todavía peor. Un partido que tiene por misión ser el bastón
de lo que va quedando de Coalición Canaria, solo conduce al fortalecimiento de
un PP que da palos de ciego ante los dictados europeos (y bancarios) y una
dispersión brutal de minúsculas formaciones en ese espectro que denominan de
izquierdas. En las próximas elecciones seguiremos teniendo tantas opciones que
cuando lleguemos al local de las votaciones y contemplemos las mesas repletas
de papeletas, acabaremos por meter el sobre vacío en la urna.
Mal, muy mal
pinta el panorama. El pueblo está desencantado y el PSOE sigue perdiendo aceite
(en el sentido de que su motor renquea). Deja pasar las oportunidades y ni
siquiera es capaz de dar pasos sensatos para recuperar millones de votantes que
navegan en el mar de la confusión. Lo mismo, me temo, les interesa el acomodo
de la oposición porque entre dirigencias y duplicidades tienen los garbanzos
asegurados. Allá, aquí y más aquí.
Cuando don
Paulino Rivero (¿con ironías?) sube a la cima del Teide para proclamar a los
cuatro vientos los cinco pilares del Plan Estratégico contra la Pobreza, ¿es posible que
no haya un socialista (sí, uno, no pido más) que levante la voz, pegue un
moquete en la mesa (o en lo que tranque más a mano) y pregone la inutilidad y
despilfarro de la tele y radio autonómicas, policía, una administración
racional y equilibrada…? ¿Cómo lo van a hacer? El establecido se tragará cuanto
sapo le echen con tal de que no le toquen la libreta (del banco). Y los que
aspiran, los posibles sustitutos, a la espera de que caiga alguna breva.
Las fotos representan
la pobreza del espectáculo. Y la soledad…
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