Viene a
cuento este titular por la costumbre implantada en estos últimos tiempos.
Cualquier asunto de supuesto interés para los medios de comunicación se
justifica con la coletilla de rigor. Para lo que no es necesario, en la mayoría
de las ocasiones, la pertinente ficha técnica que avale el trabajo llevado a
cabo por esos que se mencionan como expertos. Pues si han proliferado aquellos
(los estudios), nada te cuento del notorio incremento de estos otros (los
expertos). Basta echar una visual a esas maravillosas tertulias con que nos
deleitan las cadenas televisivas para comprobar la altísima capacidad de los
opinadores u opinantes. Si los políticos se rigen por el manual respectivo y
cumplen a la perfección el guion establecido, los tertulianos debieron memorizar
cuatro conceptos que son esgrimidos en cualquier faceta que se debata. Exacto,
para el roto y para el descosido.
El pase a
negro (creo que se dice así) de la televisión pública griega me ha hecho
recapacitar largo y tendido. Se nos traslada el drama de más de tres mil
trabajadores que se han quedado en la calle. Como uno se ha desenvuelto en un
medio, el docente, en el que las plantillas siempre han sido más bien escasas,
a pesar de trabajar con tan frágil material, se pregunta, no sin cierta ingenuidad,
si no estarían sobredimensionadas las nóminas en el país heleno. Me temo que sí
y me da pie a recordar ciertas anécdotas mucho más cercanas en los entes que
nos quedan más a mano. Y que ya he contado aquí en otras ocasiones. Como el
acudir a cubrir cierto evento dos operarios de televisión española en un lugar
determinado de Tenerife y hacerlo uno en un coche de la ‘empresa’ y el otro en
taxi. O en La Gomera,
para realizar un reportaje en el Hotel Tecina, llegar cámara y locutor en
sendos ‘coches oficiales’, más conductor en uno de ellos. Y más reciente, de
anteayer, un despliegue impresionante en El Hierro (acompañados, por si eran
pocos, por otros tantos del Cabildo), que pudimos ver en los informativos, solo
para buscar los asentamientos del material con el que pretende cubrirse la Bajada. A la que acudirán más
de un centenar de personas con todos los gastos pagos… y viva la tele
autonómica.
No justifico,
en manera alguna, el cierre acaecido en Grecia. Mucho menos cuando pienso que
las culpas de otros siempre caen en los más débiles. Pero no es menos cierto
que en las épocas de vacas gordas cada cual despilfarró como mejor le vino en
gana los dineros que eran comunes. Y coincido, qué raro, con la apreciación de
Jerónimo Saavedra, Diputado del Común, cuando declara que sigue habiendo
funcionarios que están de brazos cruzados. Y para que no entiendan que me
escudo en bocas ajenas, reafirmo este convencimiento cuando sigo observando
docentes que no creen en el trabajo que realizan, son meros autómatas en el
desarrollo de las clases, pasan olímpicamente de la labor educativa y flaco
favor prestan a los que acuden a los centros guiados por lo que yo sigo
mentando como vocación. Son los causantes, junto a mucho dirigente inepto, de
los problemas en el sector, enquistan las relaciones en la profesión, pasan la
pelota a quienes están comprometidos con los alumnos (los equipos directivos hacen
la vista gorda normalmente) y suelen coincidir (debe ser por el estrés) con
aquellos nombres que más aparecen en los partes de baja. O con quienes son
premiados y pasan a ocupar puestos de responsabilidad en los organigramas de
gestión y mando. También sindicales, por supuesto. Al final, cuando el sistema
se va para el carajo –y a perdonar la expresividad–, los verdaderos currantes
serán los más perjudicados.
Según otro
estudio ya sabemos cómo funciona la red financiera de dinero negro. Repito: lo
sabemos. Eso se ha dicho. Ahora bien, del dicho al hecho va muy fuerte trecho.
Conclusión: se resolverá cuando este mundo haya hecho aguas hasta tal punto que
todos, incluidos los suizos, estemos ahogados para siempre jamás. No hay rabia
que se apodere de perro muerto. Debe ser como el curso de periodismo científico
que, con el patrocinio del ayuntamiento realejero (luego dicen que no hay
dinero), se va a celebrar en el Hotel Maritim (que no haga calor y que el
viento no sople para el poniente). Dado que la matrícula es gratuita, espero se
haya ‘apuntado’ algún trabajador municipal que bastante falta le está haciendo
por el puesto de trabajo que ostenta y porque debate, también temas
científicos, que es un disgusto escucharlo a pesar de sus variados asesores.
El mismo
estudio que cuantificó en 300 toneladas los alimentos que las empresas
interesadas en lavar su imagen donaron a Manolo Artiles para que pudiera
presumir durante cinco o seis meses, debió ser el que aconsejó a Saida Prieto para
que rompiera su silencio y dar el salto a la otra fama. Allá cada cual.
Me gustaría
que Hacienda me reclamara cuatro millones de euros. Significaría que tú no leerías
ahora mismo estas boberías ni yo te hubiese dado la oportunidad porque estaría
tirado a la Bartola
(bien diferente que tirarme a la
Bartola) en cualquier paraíso fiscal o representando a
cualquier celebridad futbolística.
Debió fallar
en los cálculos el estudio de Hilario con respecto a su pretensión de
homenajear al guanche Cubillo (así lo he leído), como también lo hicieron los
habitantes de la zona de Guanarteme (Las Palmas). Estos últimos, por lo visto,
no sabían que el código de la circulación no permite aparcar en las aceras y
han armado un singular revuelo porque la policía casi no da abasto para poner
‘recetas’ en los parabrisas. Tuvieron que echar mano de las reservas de
talonarios. Pero lo más gracioso es que los multados se han quejado
amargamente.
Creo que en
este país es menester dejar de apoyarnos en ‘según un estudio’ y dedicarnos a
estudiar de verdad. Lo malo es que con la supresión de Educación para la Ciudadanía y con los
adoctrinamientos dogmáticos de nuevo cuño, para largo va la cuestión.
Feliz fin de
semana. No obstante, no dejen de alongarse por si surge otro estudio y escribo
algo.
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