Hoy es uno de
esos días en que existe bastante material como para escribir unas líneas de
más. Me he inclinado por este titular, pero también pudo haber sido El estacón.
O, si me apuran El homenaje.
Doña Ana
Oramas, la que fuera alcaldesa lagunera hasta que se cansó, como don Ricardo
Melchior, y cedió el bastón de mando a don Fernando Clavijo (por obra y gracia
del Espíritu Santo y el Cristo de los Dolores), ha declarado que en Coalición
Canaria nadie tiene la silla asegurada. ¡Ah!, y que fue un error apoyar a
Zapatero. Mucho estaba tardando la posible candidata a sustituir a Paulino. ¿En
qué año? Aún no está decidido.
Y con
respecto a la soterrada lucha por esa lógica aspiración (política, por
supuesto) de situarse la mejor posible para cuando se dé el pistoletazo de
salida, vino a manifestar la susodicha parlamentaria, al ser preguntada por ese
potencial cabeza de lista (o de cartel, que de ambas maneras se conoce), que
“lo genial sería que fuera alguien de La Graciosa”. Y me cayó mal, muy mal. Y de ahí el qué
graciosa del inicio. ¿Significa ello que tal posibilidad no sería factible
porque los gracioseros son todos unos troncos y quedan descartados de antemano?
¿Han dado muestras los dirigentes coalicioneros –de cualquier institución– de
poseer un cociente, o coeficiente, intelectual superior a cualquier habitante de
la isla más pequeña del archipiélago? ¿Ha llevado a cabo labor más meritoria
Rivero, o la mismísima Oramas, que Margarona, mero ejemplo?
Permítame,
Anita (dicho en el sentido más cariñoso del diminutivo), que le espete algo en
el idioma autóctono que ustedes defienden: Vétete
por ai (es fácil de prenunciar,
pero medio chungo para escribir). Qué graciosa. Ni pizca que me hizo.
¿Dos incisos?
¿Vale? Vale. Sebastián Ledesma, portuense de toda la vida y con domicilio de
casi siempre en La Cruz Santa,
ha sido imputado por la
Fiscalía por un presunto delito de prevaricación. Yo cuando
le eché una visual a los elementos mobiliarios a colocar en ese portento del
Paseo de San Telmo y escuchar luego que habría una baja de más del 40%, díjeme
que había gato encerrado.
Y el otro.
Vaya espectáculo real el habido en la solemne apertura del Año Judicial. Allí
estaba el de los trompicones y no fue capaz de leer derecho las tres frases que
le escribieron en un papel con letras bien gordas. Me recordó aquellos cursos
de primero de antaño, cuando el escolar, con notorios balbuceos y guiándose con
el dedo, intentaba descifrar aquellos garabatos. República ya.
Un estacón es
una estaca grande, como su propio nombre indica. Y se utiliza en la platanera
(ahora son metálicos) para aguantar al rolo, sobre todo cuando este ya tiene
piña. Que junto al amarre (antes con vergas y en la actualidad con liñas
sintéticas) supone asegurar la planta ante el azote de los vientos. Así pues
que dando por hecho que el artilugio es un soporte, al ver ayer las fotografías
que inundaban los medios impresos y que nos retrataban el acto de la despedida
de Melchior y la bienvenida de Alonso, no pude menos que recordar mis años
mozos en la finca de La
Gorvorana cuando vislumbraba al socialista Aurelio Abreu. Y a
buen entendedor… Gente nueva ya. Peor no lo podrán hacer.
Una concejal
del Partido Popular en el ayuntamiento de La Guancha acaba de presentar su renuncia al acta
porque se va a trabajar a Inglaterra. Ha seguido los consejos de la Ministra del desempleo y
emigra en uno de los tantos viajes turísticos programados para la juventud
sobradamente preparada desde las más altas esferas de su propia formación
política. Es lo que yo denomino predicar con el ejemplo, para alabanza y gloria
nuestra, amén.
Y según el
portavoz popular en el consistorio que dirige Elena, es tanta la distancia al
trabajo que le imposibilita el acudir más
que sea a las sesiones plenarias. Hizo el hombre un esfuerzo descomunal,
midió los centímetros en línea recta entre la isla y Londres, atisbó la escala
que aparecía en una esquina del mapa, realizó los cálculos pertinentes y… qué
va, imposible, tiene que entrar otro.
Pero pensó el
señor Antonio Hernández que ser concejal no es cuestión baladí. Y le echa en
cara a la alcaldesa que solo se haya limitado a agradecerle a la ya ausente los
servicios prestados, a desearle toda la suerte del mundo en ese futuro que
piensa labrase allende nuestras fronteras, y no haya sido capaz de algo más, de
un reconocimiento público de sus compañeros.
Oye, se me
antoja que el hombre reclamaba un homenaje en toda regla. Con buena cuchipanda
incluida. Y con la actuación estelar de Pepe Benavente. Siendo presentado el
evento por Leticia Sabater. Al que no podría faltar Tomás, por razones obvias
de vecindad, para entregarle la metopa ramblera. Ni Manolo, que como jefe
insular, se echaría la verborrea pertinente y destacaría la ingente labor del
partido en pro de esa juventud fiel y abnegada…
Cállate, pensionista.
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