Concluyo la
lectura dominical de la prensa digital (¿comprar?, ni que yo fuera miembro del
COI) y antes de que arranque Vettel (sigue el hombre empeñado en salir detrás
de Alonso) y me relaje con los paisajes pirenaicos que la Vuelta nos brinda, aquí me
hallo enfrascado ya en la redacción de lo que mañana (hoy para ti) dejaré a la
consideración de los incondicionales en Pepillo y Juanillo.
La velocidad
del disparo es el título que Juan Cruz dio a su comentario dominical (en su
blog Mira que te lo tengo dicho) en el que nos traslada al mundo del periodismo
y a la facilidad con que se opina ante un hecho de cierta trascendencia, como fue
la eliminación de Madrid en el sueño de organizar los Juegos Olímpicos en 2020.
Suele ser esa hornada de periodistas tertulianos, especialistas en todo y
doctores en nada, que se lanza, en incontenible diarrea verbal, a opinar y
buscar causas y culpas cuando la moderación exige otros tipo de
comportamientos. Y como me identifico totalmente con su contenido, me atreví a
resumir perlas que pudimos todos vislumbrar.
Amén de la
disparidad de datos que se observaban en sendas encuestas para los periódicos
El País y La Vanguardia
(una prueba más de la fiabilidad de las mismas), y que constituyen otro grano
de arena en ese empeño por demostrarnos que aquellos sacrosantos conceptos de
imparcialidad y neutralidad pasaron a mejor vida, o, dicho de otra manera, que
cada cual se vende al mejor postor sin descaro alguno, también me llamó la
atención el que en el hervidero de las redes sociales, alguien aprovechara que
el Barranco de Ruiz marca la frontera entre Los Realejos y San Juan de la Rambla para deleitarnos con
la sentencia de que la unidad de la izquierda debe hacerse al margen del PSOE.
Lo que constituye, a mi manera de ver, que se trata del mejor comienzo para la
‘fabricación’ de esa plataforma que ‘compense’ el conglomerado que ha sido
capaz de aglutinar el Partido Popular. Aun en las penurias, ni contigo ni sin
ti tienen mis males remedios. Por cierto, votantes de esas izquierdas varias y
plurales: denme una sola razón técnica (científica) del porqué la encuesta de La Vanguardia está amañada
y no la de El País. A los comentarios en Facebook me remito.
Pero como no
iban los tiros por tales derroteros, vamos a nuestro meollo. Que no es otro que
la cantidad de titulares que nos ha dejado esta cita en Buenos Aires. Que nos
ha costado pasta gansa y que habrá que sumar a los 7455 millones de euros que
ya arrastra de deuda el ayuntamiento madrileño. Toma gallardones y botellas. Y
ya que pensaste en ella –exacto, la mujer de Aznar–, me parecen injustificadas
las críticas a su peculiar acento inglés, porque, incluso contando con mis
escasos conocimientos al respecto (el mío no llega ni a garrafón), es
infinitamente mejor que el esgrimido por Mariano –un folio, en español y
leído–, quien voló desde San Petersburgo (otro séquito incluido) para demostrar
que Montoro no estaba equivocado al manifestar que España es el gran éxito
económico del mundo.
Presentar
como aval la posible recuperación económica y la alusión de Felipe a la unión
de los españoles (en las horas bajas en las que se halla la institución
monárquica), debió causar tan excelente impresión en los miembros del COI que
así votaron. Y menos mal que a nadie se le ocurrió invitar a Paulino para que
sostuviera en Argentina –recuérdese nuestros estrechos lazos sudamericanos– que
la economía mejora aunque los canarios van a tardar tiempo en notarlo. Manda
Willys.
Cuánta razón
tiene el comentarista que mantiene que un país no puede crecer a golpe de
ocurrencia o evento deportivo. Y que una tasa del 26% de paro, amén de la deuda
antes citada, expresa muy poco a favor de que nos concedan nada y retrata a la
perfección lo que somos y pintamos. Nada de extrañar, por lo tanto, que uno de
los ‘mafiosos’ miembros del Comité Olímpico (tres intentos seguidos para darnos
cuenta, dice mucho de nuestra perspicacia) dijera que España tiene problemas
más graves en los que gastarse el dinero que el proyecto olímpico. Lo que,
además, viene a ratificar la creencia generalizada que las ganancias del país
organizador son pan para hoy y hambre para mañana. Máxime cuando el auténtico
beneficiado siempre es el COI para que paseen sus componentes, y abundantes
acompañantes, y se hallen presentes en demasiados saraos poco gratificantes y
escasamente deportivos.
Y los dejo
con unas frases. Cortas, impactantes, de las que hemos podido contemplar desde
la tarde-noche del pasado sábado. Que mucho definen la situación y que dejo a
tu consideración sin valoración alguna por mi parte. Que cada cual obtenga sus
propias conclusiones:
Tongo
olímpico.
La
desfachatez del COI.
¿Se puede
creer todavía en el COI?
Vergonzosa
decisión del COI, no juegan limpio.
El COI es
antidemocrático.
Una tormenta
boicoteó la señal de TV.
Mariano fiel
a su papel, en español y leyendo.
El COI
desprecia el realismo y la solidez de Madrid 2020.
En el COI no
nos quieren.
Hoy hemos
perdido, pero hemos ganado.
Jamás seremos
vencidos.
Ahora sabéis
de qué va este negocio.
…
La última es
propiedad de uno que fichamos de asesor por dos millones de euros. Bien que lo
sabrá él. Finiquito con este pronunciamiento: “Yo no envié mis barcos a luchar
contra los elementos”. Felipe II (al que llamaban El Prudente), dixit.
Mis
estimados, los españoles (perdón, don José) somos así. Unas veces se pierde y
otras escasas se gana. Pero con un buen café con leche, relajaditos del todo.
Buen comienzo de semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario