Como cada
mañana, tras el desayuno y el aseo personal (sin detalles), comienza la
aventura de culturizarme. Entro en FB, compruebo si Twitterfeed cumplió el
encargo de dar a conocer la entrada del blog, respondo algún mensaje (los
privados, que se menta) e intento memorizar alguna expresión que me pueda valer
en un futuro inmediato. Como este pequeño muestrario:
Guasss !!!,
jajjaaja), jaja9, XD jejeje, jajajaj, joer eso es otro nivel xd, siiiiii,
jajajaja, Jajajajjaj, Buenos días mmmmm....., amiguii q guapisimaa,
Graciaaaasss muaaack, jajajaja que
bueeeeeeeno!!!, Cono Hahahahaahahahahaha, Muxa Mierda…
Me echo un
buche de agua y prosigo con la lectura de la prensa, no sin antes repasar lo
que varios amigos publican en sus respectivas bitácoras digitales. Y tras el
acopio informativo de rigor, y comprobando la muxa mierda que no solo puedes encontrar en las aceras, consideré
conveniente que tocaba distenderse, aflojarse.
Recordé un
paseo de un grupo de muchachos con síndrome de Down en la playa aronera de Las Vistas
hace un par de veranos. Cada vez que uno de los monitores apremiaba a uno de
los rezagados para que no perdiera contacto con sus compañeros, este le
respondía con un sugerente y expresivo afloja, capullo. No me quedó más remedio
que establecer la correspondencia con los aguerridos políticos que memorizan
cuatro frases y suben a la tribuna de oradores a… marear la perdiz.
Así que hoy
me he relajado y me quedo con aquellas noticias –trascendentes– con las que la
mayoría de mortales se entretiene cada día:
“Un canguro
se cuela en una farmacia de Melbourne”. Como la ciudad es la capital del estado
de Victoria, allá abajo en Australia (¿Tú no has oído eso de las antípodas?),
pensé un rato qué raro o extraño había en la información que determinado
periódico me ofrecía. Porque anormal sería el que visitases a Mandillo, en
Realejo Alto, y en vez de encontrarte con Anselmo fuese un marsupial de esos el
que saliera a saludarte muy efusivamente.
“Rosa Benito
tuvo que ser ingresada por un grave ataque de ansiedad”. Parece ser que la
susodicha (ansiedad) ya ha sido detenida y se halla a buen recaudo en los
calabozazos policiales. A todas estas, la cuñada de Rocío Jurado solo acertó a
decirle al galeno que la atendió: ‘Sálvame’. Más guerra de las audiencias, más
telebasura. Pero la vemos. Oye, la otra noche estaba resintonizando las cadenas
televisivas en el viejo cacharro que tengo en la habitación y me salió una
local en la que un animal ladraba, vaya cómo ladraba. Le suprimí el sonido y me
quedé un rato observando. Chacho, tuve que apagar el receptor. Casi me rompe la
pantalla con tanto aspaviento. Después tuve que limpiarla pues estaba toda
empañada. Me dio un asco. Jamás había contemplado tanta baba junta. Lo mismo
estaba rabioso. Que lo vacunen.
Retorna Belén
Esteban. Necesita dinero para los remiendos y no le ha quedado más remedio. La
seguridad social le puso reparos a tanto implante y le cerró el grifo. Ahora
piensa seriamente acudir también a Mírame TV y hacer, además, una sesión de
fotos, estilo Manolo Artiles. Oye, por cierto, la moda de las camisas de manga
corta-corta se ha contagiado. Y yo con estos bíceps.
José
Fernández era el director general de Medio Ambiente en el Gobierno de Canarias.
Dimitió hace un mes, más o menos. La carta estuvo todo ese tiempo sobre la mesa
del consejero. No le había prestado atención porque pensaba que era una
redacción que su hijo había dejado olvidada. Es tan raro que alguien dimita que
cuando ocurre a nadie le interesa. Ya remití a la Real Academia Española la
sugerencia de que eliminen del diccionario el verbo dimitir. O que, en todo
caso, aclaren que es voz en desuso.
Me acaban de
llamar del 828011515. Y me hicieron una encuesta. De política. La señorita que
me atendió se trabucaba en alguna pregunta y no se la veía muy puesta en varios
aspectos. Pero allí estaba yo para sacarla del atolladero. Me preguntó que
valorara a Paulino Rivero, José Miguel Pérez, José Manuel Soria, Mariano Rajoy,
Angela Merkel, de cómo trataba Madrid a Canarias, de las prospecciones
petrolíferas… ¿De dónde sacará dinero el encargado de realizarla? ¿Podría
ayudarme cualquier amigo de los que tengo dispersos por los organigramas
institucionales? Te adelanto algo. Al que más nota le puse fue a Carlos Alonso,
un dos. Y le aclaré a la encuestadora que era por la gracia de los 100 días.
Imagínate el resto. Hice una escabechina. Pero me quedé a gustito.
La culpa de
la moción de censura en Tacoronte es de Fernando Clavijo. Pues qué bien.
Bastante que me alegro. ¿Estás de acuerdo, Manolo? Y aclaro, por si acaso:
decir no a los pactos en cascada dos años y medio después, parece una disculpa
no demasiado consistente, no creo que aguante dos soplidos.
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