viernes, 8 de noviembre de 2013

Distensión

Como hace unos días te conté el origen de la palabra anestesia, como el último sondeo del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) solo satisface –por lo que leo y escucho– a determinados cocineros, pinches y friegaplatos, como estamos a las puertas de un fin de semana, como estoy hastiado de los indecentes comportamientos de algunos (bastantes) políticos, como tengo previsto subir unos cuantos kilos en la actual temporada de viajes del Imserso y como yo –y solo yo– soy el que se impone las normas de lo que toca y de lo que no, hoy corresponde distensión (acción y efecto de distender: aflojar, relajar, disminuir la tensión).
Aunque estemos a punto de comenzar el invierno, válganos el eslogan de eterna primavera en Canarias para señalar que el 2 de junio de 1946 se experimentó la bomba atómica en una isla deshabitada de la Polinesia. Ya te puedes imaginar la explosión. Y la consecuencia fue que la vegetación desapareció y el terreno quedó prácticamente desnudo. Como no hay mal que por bien no venga, y en honor al desaguisado y al nombre del islote, un tal Louis Réard, parisino él, inventó un modelo de traje de baño con el que Micheline Bernardi (que bailaba en el Casino de París luciendo el traje con el que había venido al mundo) se mostró públicamente en la piscina Molitor (otras modelos habían rehusado llevar la prenda por atrevida) sin mayores agobios de recato y pudor. Así nació el bikini.
Hubo cierta pareja en Dos Hermanas (Sevilla) que no podía casarse por la oposición del padre de la muchacha. Conocido el hecho por el alcalde (un monterilla encumbrado por arte de birlibirloque), se le ocurrió a la autoridad darlos por unidos en matrimonio. Y se fueron a vivir juntos. Montó en cólera el progenitor y se fue a ver a quien había osado a semejante desatino. Sitúense en la época de la revolución denominada La Gloriosa (1860). El padre, algo más instruido, señaló al oficiante sacramental que no había más matrimonio que el que Dios instituyó y que fue regulado por el Concilio de Trento. Y el alcalde, sin cortarse ni un pelo y con el cargo subido a la cabeza, le contestó: “Sepa usted, de ser verdad eso que me cuenta, que desde este instante queda derogado el Concilio de Trento”. Me temo que lumbreras de tal calibre son aún visibles en (in)determinados ayuntamientos.
Sabido es que existe la costumbre de sacar a vírgenes y santos en procesión cada vez que la naturaleza se muestra esquiva. Porque hay sequía, porque explotó un volcán, porque hubo un terremoto… Y no siempre han salido bien paradas las imágenes. Sobre todo si las peticiones no han sido bien satisfechas. En Alcocer (Guadalajara) se puede escuchar esta copla: No he visto gente más bruta / que la que hay en Alcocer, / que echaron el Cristo al río / porque no quiso llover. En Huelva no se quedan atrás: “En Moguer sacaron el Cristo a palos porque no quiso llover”. Aunque en este caso debe tratarse de Palos (puerto que dista una legua del pueblo y del que salió Colón).
Ya que mencionamos antes la necedad de ciertas autoridades, hay una frase aplicable a los estúpidos que guardan silencio, como reconociendo su falta de inteligencia, y cuando lo rompen es solo para decir cualquier disparate. Junto a un buey gordo cantaban / un ruiseñor y un canario, / y lo gracioso y lo vario / iguales los dos quedaban. / Decide la cuestión tú, dijo al buey el ruiseñor, / y metiéndose a censor /habló el buey y dijo: mu.
Es ahora el tiempo en el que las orquídeas inician su ciclo de floración. Lo que tal vez se desconozca de tan bello y elegante vegetal es que el nombre viene de sus dos tubérculos elipsoidales y simétricos. Procede del griego orquis, que quiere decir testículo. Así que no digas nunca jamás que la susodicha te tiene hasta los mismísimos. Y otra aclaración: elipsoidales, sí; lo de simétricos no lo tengo tan claro. ¿Y tú? Pues mira a ver.
El escritor, médico y humanista francés François Rabelais, el que reinventó las historias de Pantagruel y Gargantúa, tuvo siempre fama de poseer un agudo sentido del humor que conservó hasta su lecho de muerte. Se cuenta que un sacerdote se le acercó con el viático y le dijo: “He aquí al Señor que viene a visitaros, ¿le reconocéis?”. A los que respondió: “Sí, le conozco por su cabalgadura preferida” (ya se sabe que la bestia que utilizó Jesús era un asno). Su testamento fue el siguiente: “No tengo nada, debo mucho, el resto lo dejo a los pobres”.
Este fin de semana habrá Conferencia Política del PSOE. Han surgido multitud de candidatos. Pero esto no tocaba. Sean felices.

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